28.

332 9 0
                                    

Ángela no se sintió cómoda en el resto del día, lo extrañaba a su pesar, cuando su reloj marcó las 11 de la noche salió de la casa, tenía que buscarlo, se moría por verlo… y le importaba una mierda si estaba enojado o no, ella lo necesitaba y él la tenía que escuchar. Observó su apariencia en el espejo de su vehículo, al menos las marcas de su cara habían desaparecido, se arregló el pelo y salió del vehículo, tocó varias veces pero nadie contesto, sabía que él estaba en casa, de repente abrió la puerta, tenía el ceño fruncido. No le importó, entró a la casa, él tenía solo unos pantalones de chándal, Ángela se acercó, se puso de puntitas y lo besó, al principio él quería poner resistencia peor luego la levantó en sus brazos y la chocó contra la pared.
—He querido besarte todo el día, le dijo ella.
Él sonrió mientras besaba su cuello, Ángela abrasó su cintura con sus piernas para no caerse, —No sabes las ganas que tengo de estar dentro de ti, le dijo él.
—Pues hazlo, le respondió muriéndose el labio.
James gimió mientras le subía el vestido, y acariciaba sus muslos, —Eres tan hermosa, le susurró mientras le bajaba la ropa interior lentamente. Ángela cerró los ojos, estaba más que mojada, sentirlo, escucharlo, era demasiado para ella, sentía sus pezones endurecerse, sintió como él la penetraba de golpe, no evito gemir fuerte, clavó las uñas en su espalda, él aumentó sus golpes dentro de ella, cuatro, cinco más y sentía que se desvanecía en placer, él no estaba siendo romántico, sino rudo, justo como ella lo quería, como lo necesitaba. Su mente se bloqueó y se corrió ruidosamente al mismo tiempo que él.
James se drenó dentro de ella sin importarle, la necesitaba, y el deseo era tan grande que no lo hizo pensar en otra cosa que no fuese verterse en su interior, frotó su nariz contra la de ella y la besó. Ángela acaricio su mejilla mientras cerraba los ojos y lo chocaba nuevamente a sus labios.
Luego de eso, james la llevó a la cama y luego de repetir nuevamente, cayeron exhaustos y se rindieron a dormir, Ángela despertó enredada en el cuerpo del hombre que adoraba cada día más, sus piernas estaban entrelazadas, sentía los fuertes brazos de james abrazándola, se giró y se acurrucó contra su pecho, amaba estar así con él. James abrió los ojos lentamente, se encontró con los ojos azules profundos de Ángela. Sonrió mientras la apretaba más contra su cuerpo.
En ese momento sonó el celular de james, éste se estiró para tomarlo y Ángela aprovechó y fue al baño, luego de eso caminó en ropa interior hacia la otra habitación, en la cual había ropa de su hermana, de una vez que se quedó en esa casa con Justin, tomó unos leggins y una franela, vio a james ponerse la ropa interior y fruncir el ceño mientras hablaba con alguien por su celular. Rodó los ojos, al parecer algo le había incomodado y colgó. 
— ¿pasa algo? Le preguntó mientras se le acercaba.
—No, realmente no. Respondió mientras caminaba hacia la cocina, parecía mecánico, empezó a hacer el desayuno ignorándola totalmente, de repente se le cayó el tazón de leche que tenía en las manos, Ángela se acercó a él y lo abrasó…— ¿Qué te pasa? Le preguntó observándolo.
—Es mi madre, respondió james mirando para otro lado.
— ¿Qué le pasa a tu mama? ¿Está enferma?
James no respondió, exactamente si le explicaba el problema tendría que hablarle sobre sus esposa y su hija pero no quería hacerlo, esa parte de su pasado no concernía a Ángela, suspiró mientras tomaba un trapeador y limpiaba la leche que se derramó en el piso. —La relación entre nosotros es complicada. Ella nunca me trató igual que a mis hermanos. 
— ¿por qué? Preguntó Ángela curiosa.
—Rebeldía.
—Pero eso es algo normal… Supongo, dijo tratando de aliviar la tensión.
—Tengo mucho tiempo que no la veo… Desde que…
Hubo un silencio, no le podía decir bajo ninguna circunstancia que era prácticamente enemigo de su madre porque nunca quiso ni a su esposa ni a su hija, le molestaba hablar de las palabras que le decía su madre con respecto a su matrimonio, o las veces que le pidió que se volviera a casar… Ella nunca lo consideró que Camila fuera la mujer ideal, ni siquiera con el nacimiento de Marisol. No podía hablarle de la terrible relación que mantenía con sus dos hermanos, ni la manera en que decidió aislarse.
Ángela se quedó observándolo…— Desde ¿qué? Preguntó curiosa.

Amor en turbulencia. (2da parte de Un amor en tiempos de guerra) TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora