14.

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—No en las mañanas, ¡Soy fea en las mañanas! 
—No es de mañana, son las tres de la tarde.
— ¿Las que? Preguntó alarmada, ¿Había dormido tanto?
—Vamos al cine, le propuso.
Ella como pudo se paró de la cama envuelta en la sabana… —Dame unos minutos, respondió mientras se metía en el baño. 
Ambos visitaron un parque y terminaron comiendo comida chatarra en Burger King, aunque no quisiera admitirlo sus pensamientos giraban en torno a James, tenía al otro desfile para recaudar fondos y donarlos a la caridad, se debería sentir feliz, pero pro alguna razón no lo estaba, suspiró mientras asentía y sonreía a lo que fuera que su novio le decía.
Cuando la noche cayó, recibió una llamada de un amigo, al parecer todos estarían en su casa haciendo una especie de fiesta, en el cine no se pudo concentrar, se acurrucó en el pecho de Richard mientras pensaba en Sofía, ¿Cómo la estaría pasando? Pero la respuesta llegaba al instante, bien… ella lo estaba pasando bien.
Lo único bueno era que andaba en su auto, adoraba conducir… Al llegar a la casa de German se encontró con sus amigas, ellos siempre estaban unidos, aunque era divertido estar juntos, siempre, el mismo grupo aburría. Abrasó a Mía mientras caminaba con ella a la terraza y le hablaba de su sobrina, ella había quedado encantada y quería volver a ver a la pequeña. Ella sonreía cuando debía pero la conversación la había aburrido, últimamente no sabía lo que le pasaba pero se estaba hartando de su perfecta vida, de repente lo que debía ser perfecto se había vuelto monótono. 
Se disculpó mientras iba en busca de su novio, lo escuchó hablando con Diego y se detuvo a escuchar.
— ¿Entonces no funcionó?
— ¿Te puedes creer que no?
—Pero ella se veía bajo los efectos cuando se fue de aquí.
—Sí, pero el imbécil ese del que te hablé, la retuvo y no la dejó salir.
Diego soltó una carcajada, —entonces le que la folló fue él.
— ¡No te pases imbécil! Exclamó en tono alto Richard.
Ángela no quiso escuchar más. Entró en la sala…— ¿Desde cuándo necesitas drogarme para llevarme a la cama? Le preguntó cruzándose de brazos.
Todos se giraron a mirarla, Richard estaba pálido, ella avanzó hasta él y lo abofeteó…. — ¡muérete! Le gritó mientras salía de la casa.

Amor en turbulencia. (2da parte de Un amor en tiempos de guerra) TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora