96.

251 10 0
                                    

Rodó su pie por su cuerpo y notó que su erección estaba elevada, sonrió y se le subió encima, se mordió el labio inferior y se acercó a su cara, empezó a darle pequeños besos en la cara. Lo vio esbozar una sonrisa. Sintió sus manos en su cintura apretándola y empujándola fuerte, entrándola de golpe en el grosor de su erección.
Gritó y luego se calló abruptamente mirando hacia la cuna del niño, él había movido su pequeña mano y había girado su cabeza hacia otro lado. Tenían que ser cuidadosos. —Será rápido, le susurró james al parecer leyéndole los pensamientos.
Ángela respiró hondo y cerró los ojos mientras sentía el miembro de james bombeando en su interior duramente una y otra vez, sus pezones rozaron su pecho, excitándola más. —No grites, le susurró él mirando su cara de excitación.
Ella lo intentó, realmente lo hizo, pero cuando sintió su miembro hincharse dentro de ella no pudo evitarlo y gritó sintiéndose que se deshacía en trizas, al final se desplomó en su pecho.
Cuando volvió a abrir los ojos, miró por la ventana, el sol se estaba ocultando, ¿Había dormido tanto? Escuchó un sonido a su lado, se giró para notar que james estaba a su lado, acurrucado entre las sabanas y tommy estaba en su pecho. Amó esa escena. Realmente estaba muy enamorada de ese hombre.
Se levantó de la cama, se vistió y preparó pasta para cenar, cada vez iba cocinando mejor. Mientras ponía los platos en la mesa sintió unas pequeñas palmas en su espalda, se giró para ver a james con el niño en sus brazos, el niño tenía la cara hinchada de tanto dormir, se le acercó y le dio un beso en su pequeña mejilla y luego le dio un beso en los labios a james.
Aunque había dormido muchas horas se sentía como si aún tuviera la necesidad de ir a la cama, estaba tan cansada. Se levantó luego de cenar y se despidió de sus hombres. — ¿No quieres bañarte conmigo en la playa?
— ¿Ahora? Preguntó como si él hubiera perdido la cabeza.
Él asintió. Realmente tenía ganas de hacerlo, pero su cabeza dolía horrores y su cuerpo se sentía como si le hubieran pasado una estampida de elefantes por encima. —Mañana, le dijo dándole un beso en la mejilla y caminando hacia la habitación.
Había veces en la que no conocía a su cuerpo. Era como si estuviera cambiando y no se trataba nada del periodo menstrual, se sentía extraña. Muy extraña. Su estómago dolía al igual que sus piernas. James y ella estaban prácticamente en medio de la nada. No quería dar por seguro una idea pero sospechaba que estaba embarazada nuevamente.
Lo mejor sería esperar que volvieran a casa y así comprobarlo de una vez por todas. Por el momento no diría nada, no quería ilusionarlo, no hasta que estuviera segura. Pero sabía que él se pondría muy pero muy feliz.
Buscó su celular, en los últimos días no lo había revisado. Tenía al menos cincuenta llamadas perdidas de su madre y de su hermana, al final decidió llamar a la que menos chillara. Su madre, por supuesto.
—Oh, Gracias a Dios, escuchó que dijo del otro lado de la línea. — ¿Estás bien?
Ella sonrió como tonta. —Sí, estoy de maravilla.
—Supongo que eso significa que no vas a volver a dormir aquí, le dijo y al inicio no entendió pero luego sonrió al comprender sus palabras. —No lo sé, mamá.
— ¿Quieres volver a vivir con él? le preguntó.
Y ella no había pensado en eso. Pero estaba segura en su respuesta. —Sí, me encantaría hacerlo.
—Te voy a extrañar, pero estoy feliz porque tú eres feliz. Te quiero y disfruta.
—Yo también te quiero mamá, respondió y colgó.
Sintió que se ahogaba, que no podía respirar, abrió los ojos de golpe y trató de ajustar su s ojos a la completa oscuridad que arropaba la habitación. Se tocó la cabeza. Buscó a tientas a james pero él no estaba ahí. Frunció el ceño, miró el reloj, eran las dos de la mañana.
Se levantó de la cama y miró la cuna del niño, tommy estaba ahí. ¿Dónde diablos estaba james?
Caminó por la sala y miró hacia los lados con preocupación, entonces escuchó murmullos que se convertían en risas y carcajadas, notó que la puerta estaba ligeramente abierta. Salió hasta el balcón y se sorprendió ante la escena que presenciaban sus ojos.
James estaba metido en la playa, y las tres chicas que vivían al lado estaban a su lado, ninguna de las tres tenían la arte de arriba de su traje de baño, una de ellas sostenía una botella de alcohol y la inclinaba en su boca un par de veces, las otras dos estaban tan cerca de james que si no mirabas bien, pareciera como si estuviera formando un sándwich humano.

Amor en turbulencia. (2da parte de Un amor en tiempos de guerra) TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora