16.

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Me gusta tu pelo, es bonito… Igual que tú.
Silencio.
— ¿Para ti soy bonita? Preguntó sonando como boba… 
—Preciosa, respondió mientras la tomaba suavemente por la nuca y la pegaba a sus labios, ella sintió que sus fuerzas se debilitaban, metió la mano en su pelo mientras se dejaba tocar por él, sentía sus manos desabotonándole el sostén, james sonrió mientras besaba su cuello, ella empezó a gemir, cuando sintió que él se bajaba un poco y besaba sus pezones se sintió morir, no podía detenerse, no quería otra cosa más que sentirlo dentro de ella con desesperación empezó a desabotonarle le pantalón.
—Tranquila, le susurró james, pero ella no obedeció. Se sentía desinhibida con él, acaricio su pecho, trató de quitarle la camisa pero él se lo impidió, ella frunció el ceño más no dijo nada, él acarició su centro por encima de su ropa interior, Ángela gimió… no podía con la sensación, se sentía empapada, lo necesitaba dentro ¡Ya! 
Lo vio rebuscar en su bolsillo y mientras lo hacía, ella aprovechó y se quitó la ropa interior, lo vio ponerse un preservativo, —Dime que quieres nena, le susurró.
Su piel se erizó… —Te necesito dentro… respondió.
— ¿Así? Preguntó mientras se introducía de golpe en ella.
Ángela gritó al sentirlo profundo… —No pares, fue lo único que pudo decir, cerró los ojos mientras abrazaba su cintura con sus piernas, con una mano lo abrasaba y con la otra se apoyaba de la mesa, sentía sus golpes en su interior, él ahogaba sus gemidos besándola. Seis, siete doce golpes más y ambos se rindieron a un ruidoso orgasmo.
De camino a casa, ninguno hablaba, todo se había vuelto extraño… Ángela frunció el ceño cuando vio que apartaban frente a su casa, — ¿No me llevarás a mi casa? Preguntó observándolo tímidamente.
—Esta noche dormirás conmigo, le respondió mientras ahuecaba su rostro en ambas manos y la besaba apasionadamente. Ella no hizo resistencia, No quería… No podía.
Ángela sintió que los rayos del sol le quemaban la cara, abrió los ojos lentamente y se encontró desnuda encima de james e le sofá, él la observaba, — ¿Sabes? Empezó a decir mientras acariciaba su pelo…— Tenemos que hablar.
— ¿Hablar? Preguntó Ángela con la cara roja de vergüenza.
—Esto que pasó… 
Ella se sentó en el sofá y se tapó el cuerpo con la sabana… no quería mirarlo, sabía lo que le iba a decir. —No quiero que confundas las cosas, continuó diciendo… —Tú me gustas, eres hermosa… pero yo no busco una novia ni una relación… Tú y yo somos muy diferentes… en el único lugar que nos entendemos bien es… 
—En la cama, lo entiendo. Concluyó Ángela.
James la obligó a mirarlo, — Nena…
—Déjame, respondió mientras se paraba y levantaba sus ropas del suelo… —Necesito que me lleves a casa.
—Sí claro, pero vamos a desayunar.
— ¡No voy a desayunar contigo! Gritó mientras corría al baño.
¿Qué había hecho? Se preguntó a sí misma mientras se bañaba, se había acostado con él, y… ella no era así, ella tenía un novio, que aunque era un imbécil era su novio, tenía sus emociones a flote, ¿por qué le dolía que james solo la quisiera para tener sexo? Apoyó la frente en la fría cerámica de la bañera, sus lágrimas empezaron a salir, ¿por qué siempre la usaban? Ella solo quería pertenecer a algún lugar, que alguien la quisiera, le prestaran atención, al final su madre tenía razón… No se parecía ni un poquito a su hermana.

Amor en turbulencia. (2da parte de Un amor en tiempos de guerra) TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora