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— Niños, adivinen qué—Hongjoong se paró en frente de todos sonriendo sin ganas.

— ¿Qué?—respondió San cansado, era muy temprano.

— El abuelo nos invitó a pescar.

Hasta Seonghwa se había quejado, todos odiaban ir a la casa del campo.

— Quiere que Jongho la conozca.

— No tiene ni un año.

— Ya sabes como es mi papá Hwa.

Un largo viaje en auto, niños llorando con hambre, niños desesperados por bajarse del auto, una tortura total pero había que ver el lado bueno de todo, no había lado bueno, ya se estaban estresando.

Llegaron a la tan menos esperada casa y soltaron a los trillizos, bueno, San seguía dormido. Seonghwa cargó a Jongho y Hongjoong a los mellizos, tenían que dejarlos adentro y poder dejar sus cosas adentro, iba a ser una semana muy tediosa, toda la familia de Hongjoong odiaba esa casa.

— Niños, vengan para colocarles protector de mosquitos, dios—Seonghwa pasó sus dedos por el puente de su nariz frustrado y suspiró— ¡Niños!

Les colocó en sus bracitos y piernas y luego los dejó ir, se habían puesto intensos.

— A ver niño gigante, dame los brazos y las piernas.

Hongjoong volteó confundido y vió a su esposo con cara de pocos amigos detrás de él ¿por qué estaba molesto? Le quitó el aerosol de la mano y empezó a echarlo él, pero Seonghwa no quitaba esa cara de mal genio como cada vez que iban allí.

— ¿No quieres dormir un rato a ver si se te pasa el mal humor o lo que sea que tengas?—acarició su mejilla y le dió un besito en la frente.

— No.

— Bueno...¿en serio no quieres? Llévate a Jongho y duerman los dos juntitos.

Había costado pero había logrado que Seonghwa fuera a descansar un poco, seguramente estaba cansado de ese tedioso viaje o estresado, ninguna opción podía faltar. Todos odiaban ir a ese lugar por una razón llamada niños lastimados, llorones y lo peor de todo, mosquitos. También estaban las leyendas y eso pero no importaba, era lo de menos, lo que más odiaban era los mosquitos.

— Sannie, cielo ¿Qué haces con tu hermanito?

San volteó y soltó a Yeosang como si no hubiera hecho nada, como si no quisiera llevarlo a donde se supone que habían conejos para que lo adoptaran y Yeosang se volviera un niño conejo.

— ¡Nada!—salió corriendo.

— Bueno, ahora somos tú y yo Sanggie, ven con papá—lo cargó y lo llevó adentro— yo tengo hambre ¿tú tienes hambre?—lo sentó en sus piernas y apretó uno de sus cachetitos, eran muy suaves— me gustan tus cachetes y los de Woonie...por cierto ¿dónde está Wooyoung?

Jaemin abrazó al niño y sollozó, Wooyoung se había vuelto su consejero fiel.

— Soy un frasco en el amor Woonie.

El niño balbuceo cualquier cosa y se acomodó en los brazos de Jaemin, quizás no estaba tan mal dormir otra siestita.

— ¿Te dormiste? Oh, bueno...hola tío, hola Sanggie—se encogió al ver a Hongjoong en la puerta con Yeosang en sus brazos y ambos con cara de querer enterrarlo tres metros bajo tierra.

— Te lo dejo solo porque se durmió, te estoy vigilando niño—le hizo la seña de los dedos y Yeosang lo imitó.

— ¿Cómo que niño? Solo me sacas tres años—frunció el ceño.

— Como sea—se alejó lentamente sin dejar de verlo.

En la cena todos estaban reunidos en la mesa tranquilos hasta que su hermano sacó un tema que no quería recordar por la pena ajena que le causaba y lo incómodo que era.

— ¿Se acuerdan de cuando Hong llegó a casa? Tenía como siete años, me acuerdo de que mi papá le estaba mostrando la casa y se encontraron con los juguetes de alguien—miró a su otro hermano.

— Jinsol no quería a Hongjoong porque creía que la iban a cambiar por él, muy grande para la gracia.

— Yo era la menor, no sabía que iban a traer a una rata enana a mi casa.

Todos en la mesa rieron y Hongjoong solo soltó una pequeña risa incómoda ¿no podía ir a dormir con Yeosang? Se quería ir de esa mesa.

El mayor de los hermanos le jaló la camisa a Jinsol y agarró un cubierto mostrandoselo, estaba imitando a Hongjoong. Los demás rieron y él solo sonrió incómodo.

— Me acuerdo de que dormía conmigo, no pegaba el ojo en toda la noche.

— Me acuerdo también de cuando le dijo a mis papás que estaba con Seonghwa, a Jangseo casi le daba algo, tú debes salir con mujeres Kim, se un verdadero hombre—imitó al mayor de sus hermanos— ahora ama a Seonghwa.

— Uh...sí—rió incómodo y se levantó de la mesa— lo siento, no tengo hambre—hizo una reverencia y se fué.

Seonghwa volteó saliendo de su burbuja ¿Qué había pasado? No le había prestado atención a lo que hablaban en la mesa, estaba más concentrado en darle la comida a sus hijos que en otra cosa.

— Papi ¿por qué se fué papá?—preguntó Yunho con sus cachetitos llenos de comida.

— No lo sé mi amor, ahorita hablo con él.

Se sentó en frente de la piscina y abrazó sus piernas, estar ahí lo había incomodado. Él había sido adoptado cuando sus cuatro hermanos ya estaban cerca o ya estaban en la mayoría de edad. Había sido dado en adopción luego de que sus vecinos tuvieran que llamar a servicios sociales. Su padre los había abandonado y su madre había desarrollado muchos problemas por el abandono de su padre por lo que muchas veces se olvidaba de él o simplemente hacía como que no existía, porlo cuál ella no podíahacerse cargo de él. Sus vecinos habían descubierto que él existía porque una vez una de ellas había llamado a la puerta y él había abierto la puerta, la mujer había quedado aterrorizada al ver ese pequeño de cinco años solo y en un muy mal estado. Luego de que esa mujer se fuera más tarde habían aparecido varias personas, unos señores muy amables que se lo habían llevado y le habían dado comida y luego otros que se habían llevado a su mamá, recordaba haber aprendido a hablar a los ocho años y a leer a los nueve. Amaba mucho a su familia actual pero muchas veces decían cosas que lo incomodaban.

— Joogie ¿Qué pasó?—su padre se sentó a su lado y puso su mano en su espalda.

— Nada papá, no pasa nada—negó sin mirarlo.

— Si pasa algo, si no quieres decirme está bien, pero sabes que yo estoy acá para todo.

— No me gusta que hablen de eso, de los miles de temas de conversación que tenían tenía que ser justo ese, sabes que no me gusta.

— Perdóname cielo, la próxima vez que hablen de eso les dices que no te gusta ¿sí? Sin miedo campeón, y si siguen, ahí estoy yo y está tu mamá para decirles que cambien el tema, eso, me encanta esa sonrisa—lo abrazó por los hombros con una sonrisa.

— Gracias por todo.

— No tienes nada que agradecer, me gusta mucho tu cabello naranja, pareces un osito cariñosito.

— Gracias—rió— Woo no ve bien, no sabe quién es Hwa y quién soy yo, por eso ambos nos pintamos el cabello, para que Woonie nos pueda reconocer y diferenciar.

— Me parece muy tierno de parte de ambos, y más sabiendo que Seonghwa dijo que por nada en el mundo se cambiaría el color del pelo.

— Sí...¿vamos adentro? Está haciendo frío.

— ¿Te sientes bien?

Bueno, quizás estar por un tiempo en cama hasta que se sitiera mejor siendo cuidado y consentido por Seonghwa y sus hijos no estaba tan mal.

 𝗟𝗢𝗨𝗗 𝗙𝗔𝗠𝗜𝗟𝗬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora