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Era el día del baile y él tenía que ir porque alguien había logrado convencer a Mingi de ir y no lo podían dejar solo, no quería ir y ver a Keonhee con su estúpida novia y sentir como su corazón se rompía poco a poco por verlos ser felices juntos. Jongho pasaría la noche con uno de sus amigos y sus padres tendrían unas horas solo para ellos antes de que Seonghwa fuera a trabajar.

— ¿Alguien me puede explicar como convencieron a Mingi de ir?—preguntó Seonghwa confundido secando el cabello de su hijo.

— Burbujas—dijeron San y Yunho a la vez.

¿Querías ver a Mingi feliz? Habían tres opciones, opción uno, darle de comer algo que le guste, opción dos, ver sus películas favoritas con él, y opción tres, darle burbujas, le encantaban, podía pasar horas soplandolas para luego reventarlas o dejarlas ir.

— Dios—dejó el secador de lado y suspiró agarrando el cepillo— seguramente se va a arrepentir a penas llegue, sí, estoy hablando de ti...si se arrepiente tomen el autobús, tu papá no puede manejar de noche, toma—le dió la tarjeta del autobús.

— ¿Y si me arrepiento yo?—San lo miró nervioso.

— Se dividieron a sus hermanos ¿no es así? Tú tienes a Mingi y tú al par, tú buscas a Mingi si te quieres ir porque no puedes dejar a tu hermano solo y tú después buscas un taxi, o se vienen todos juntos.

— Nos viene a buscar el padre de Tzuyu y supongo que nos va a buscar allá también —dijo Yunho.

— Perfecto...ahora tú ponte un suéter y tú abrígate bien—señaló a Yunho, no quería a más enfermos— dios, que lindo es mi hijo—abrazó fuerte a Mingi con una sonrisa— ya, ya, no me empujes, vayan, ya están afuera, los amo—les dió un besito a cada uno y se despidió diciendo que se verían en tres días, le tocaban las setenta y dos horas ese día.

Seonghwa sonrió con nostalgia cuando vió a sus hijos irse, ya estaban creciendo. Subió cuando la casa quedó sola y se tiró en la cama cansado viendo a Hongjoong durmiendo tranquilo, muy tranquilo la verdad, se veía pálido.

Oh.

San apretó la mano de Mingi y se sentó en las escaleras, habían dejado plantado a su hermano y él no quería entrar, pasarían rato ahí para que sus papás no se preocuparan por su llegada tan rápida.

— ¿Quieres que vayamos a los columpios? Deben estar fríos por la nieve y el frío pero podemos ir ¿sí? Vamos—lo llevó de la mano y se sentó— últimamente estás muy callado ¿está todo bien? Sabes que aquí está super Sannie para alegrarte—sonrió golpeándolo suave en el brazo con su codo— ¿no pasa nada? ¿Estás seguro? Mmh...¿y si te hago cosquillas me dirás?—sonrió al ver su sonrisa.

— Me siento mal, las cosas saben y huelen feo y hay veces que siento raro...

— Mi princesa...ven, abraza a Sannie—solo había que esperar el momento y esperar a que pasara, los podía agarrar de sorpresa en cualquier momento y era preocupante.

Él era el único que le decía princesa a su hermano, era el único que sabía que a su hermano le gustaba que le dijeran así y en cierta parte era tierno, una vez le había dicho príncipe a Mingi y él solo le respondió "las princesas son más lindas que los príncipes" y después se eso le había dicho que prefería que le dijeran princesa, su hermano era muy tierno. Y lo otro podía deberse a dos cosas, o se acercaba un ataque epiléptico o simplemente les estaba mintiendo para tener más tiempo para hacer lo que quería y no tener que desperdiciar cuarenta minutos comiendo los cuales según él podía gastar dibujando o viendo películas que ya había visto más de mil veces, era una mala costumbre que había agarrado pero no lo dejaban salirse con la suya y lo atrapaban teniendo que obligarlo a comer. Realmente creía más en la segunda.

 𝗟𝗢𝗨𝗗 𝗙𝗔𝗠𝗜𝗟𝗬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora