𝗟𝗢𝗨𝗗 𝗙𝗔𝗠𝗜𝗟𝗬

053

Era el cumpleaños de los mellizos, solo habían tres personas despiertas en la casa, sus padres y Mingi ¿cómo lo sabía? Cuando esos tres estaban despiertos juntos pareciera que viven ellos solos en la casa, no tenían ni una mísera gota de respeto hacía los que dormían aún. Normalmente los últimos en despertar eran el dúo del mal, así que tenían tiempo aún para hacerles un pastel bonito y no cagarla en el intento.

— Buenos días familia—saludó San bajando las escaleras mientras se estiraba.

— ¿Qué haces despierto a esta hora?

— Solo me desperté y ya—se encogió de hombros abrazando a Mingi por detrás— ¿por qué me ves así? ¿Tengo algo en la cara?

— San, amor ¿fuiste al baño antes de bajar?—asintió— ¿y te viste en el espejo?—volvió a asentir— ¿Estás seguro?—Seonghwa lo vió preocupado y San corrió a verse.

Oh mierda.

— Seguramente estabas dormido y sangró, no te preocupes cielo—abrazó a San más fuerte para que se dejara limpiar la sangre de la cara— shh, ¿por qué le tienes miedo a la sangre?—lo sentó en el sofá seguido de sentarse él.

— Seonghwa, creo que ni tú ni él van a querer recordar eso—Hongjoong abrazó a su hijo más fuerte y dejó que recostara en él.

El omega trató de recordar alguna experiencia traumatica con sangre y sus hijos pero no recordaba nada, veía sangre todos los días.

— No lo recuerdo.

Estaba mimando a su hijo cuando el recuerdo de San montandose en una bicicleta a los doce, cayéndose de esta y desmayandose al ver la herida llegó a su cabeza, ¿era eso? Ya lo recordaba, recordaba haber llegado al hospital y San parecía un papel, no podía ver la herida porque se ponía a llorar al ver la sangre. Ya lo recordaba.

— ¿Yo por qué no querría recordarlo?

— Ese día fue una mierda, mejor olvidemos ese día—pidió Hongjoong.

Aparte de que San se había desmayado más de una vez en una misma hora por la sangre, justo habían entrado a robar a su casa y wow, que buen momento para que su hijo tenga un ataque epiléptico, y wow, que buen momento para que Yunho se presentara antes de tiempo.

— ¿Qué día?—Yunho apareció de la nada ¿por qué San estaba llorando y siendo consolado por sus padres? ¿De qué se había perdido?

— Ninguno mi amor, ninguno—negó el alfa.

— Okay, ya que están los tres acá, quiero que me escuchen bien, necesito que este día salga perfecto ¿está bien? Quiero que sus hermanos pasen un buen día en su cumpleaños, puede que los anteriores no hayan sido buenos pero tratemos de que este sí ¿está bien? No quiero peleas, ni desastres hoy ¿bien? Gracias.

— Papá, ayer descubrí que no es normal llevar una de esas inyectadoras sin la aguja en la mochila—todos se quedaron callados viéndolo raro ¿por qué lo hacían?— ¿Qué?

— Tú lleva lo que tú quieras y ya...—Yunho hizo una mueca extrañado y fue a la cocina.

— Mis hijos son raros.

Cuando el par apareció en la escalera un descordinado feliz cumpleaños empezó llegó a los oídos de los mellizos y no solo a ellos, si no a los vecinos también.

— ¿Qué clase de ritual satánico tienen en esta casa?—la mujer miró aterrada a Hongjoong.

— Mis hijos cumplen años, perdón si la despertamos a las...—miró el reloj y suspiró— doce...¿sabe qué? Vaya a molestar a otra persona por favor, gracias—le cerró la puerta y volteó a ver a sus hijos— ¿Cómo están mis cumpleañeros?—sonrió abrazándolos con una sonrisa.