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Se sentó en el piso de su habitación y agarró sus piesitos descalzos, no tenía nada que hacer, ella lo había dejado solo de nuevo, no volvía hace dos noches, tenía hambre. Ella volvió en la tarde, había ido a recibirla con un abrazo pero ella no reaccionó, solo siguió de largo dejando al pequeño solo en la entrada, y después había empezado a gritarle que era su culpa que su papá se haya ido ¿tenía un papá? Se sentó de nuevo en el piso y puso sus manos en su carita, ella lo había asustado mucho.

— ¿Hay alguien en casa?—tocó la puerta de nuevo.

Se acercó a la puerta y giró la perilla, había aprendido a hacerlo sólito cuando quería salir del cuarto donde lo encerraban. Cuando la puerta se abrió vió a alguien que no conocía, esa mujer había quedado aterrorizada al verlo.

— ¿Qué quieres y por qué tienes a mi hijo? ¿¡Qué te he dicho de abrir la puerta!?—gritó histérica tratando de meterlo de nuevo a casa.

— Deje al niño por favor.

— ¡Dame a mi hijo!

El pequeño lloraba aterrorizado en el medio de ambas.

Luego de eso unas personas llegaron a su casa, unas personas vestidas raras con cosas raras se habían llevado a su mami en un auto de luces de colores y unas personas lo habían llevado a un auto con más personas, iba sobre las piernas de un señor que le había dado galletas.

— ¿Tienes frío? Ven mi cielo—una señora se quitó su sueter y se lo puso a él, estaba calientito.

— Ya vamos a llegar y te daremos mejor comida ¿sí? Eres muy lindo—limpió las miguitas de su boca— pobrecito...—lo pegó a él sobando su cabecita.

— Con esto te das cuenta de que no todas las personas pueden tener hijos...pudo haber muerto de desnutrición en algún momento.

— O pudo pasarle algo peor—lo cargó mejor y bajó del auto— búscale ropa por favor, yo le doy la comida.

El señor lo sentó en una silla y luego puso un plato en frente de él ¿lo que había ahí era para él? Lo miró y sus ojitos se aguaron.

— No llores mi cielo, ven, abre la boquita, ¿está rico? ¿Sí? Que bien—sonrió limpiando las lagrimitas— ya no te va a pasar nada, no estás ahí, estás a salvo—lo acomodó en sus piernas y suspiró, pronto le conseguirían un hogar.

— Mira lo que tengo—la chica volvió con un animalito de peluche, al principio se había asustado pero después lo había agarrado con más confianza, era un osito de peluche— es para ti ¿te gusta?

Luego de varios días fué dejado en una casa con muchos niños, estuvo mucho tiempo ahí hasta que un señor y una señora se lo llevaron a su casa, había mucha gente ahí, no le gustaba.

— Así que tu nombre es Hongjoong ¿no? Eres un niño muy bonito ¿ya te lo han dicho?—sonrió al ver las mejillas rojitas del niño— tu osito también es muy lindo.

En la secundaria recordaba que mucha gente se burlaba de él porque aún le costaba hablar y leer, pero un chico lo había ayudado mucho y hasta el día de hoy se lo agradecía mucho.

— Mi nombre es Seonghwa, Park Seonghwa.

— Hongjoong...me llamo Hongjoong.

— Eres de pocas palabras por lo que veo—se sentó a su lado— así que ambos debemos hacer este proyecto juntos, bueno...y dime ¿Qué es lo que te gustaría ser cuando salgas de acá? Yo quiero estudiar medicina—habló sacando las cosas de su mochila— ¿y tú?

— No sé cómo decirlo—bajó su cabeza avergonzado.

— Veo que te confundes en la pronunciación y te trabas mucho ¿tienes algún problema para hablar? Si es así no te forzaré a hablar si no te gusta o te incomoda.

Hubo silencio, Hongjoong parecía no querer hablar y estaba bien, si así lo quería estaba bien, de cierta forma lo entendía, tenía miedo de que se burlaran de él, pero él nunca lo haría, nunca se metería ni burlaria de alguien sin conocerlo o conociéndolo.

— Perfecto, has mejorado mucho—sonrió chocando los cinco con Hongjoong.

— Gracias—se recostó en el hombro de Seonghwa cerrando sus ojos, estaba cansado, llevaban mucho tiempo sentados en el piso, ya le dolía la espalda.

— Estoy muy orgulloso de ti.

— ¿Lo estás?—lo miró sonrojado, nunca nadie que no fueran sus padres y sus hermanos le habían dicho eso.

— Claro que sí—le dió un besito en la frente y rió levemente levantándose viendo su cara de confusión— nos vemos luego sweetie.

Sin duda ese trabajo había sido lo mejor que le pudo pasar en su vida, gracias a él pudo conocer a la persona que lo apoyó en todo y que siempre estuvo a su lado en todo.

— ¿Qué pasa cielo?—volteó confundido, eran cercanas las tres de la mañana y Hongjoong seguía despierto.

— Te amo.

— Yo también te amo Honggie.

Había puesto capítulo 24 en vez de 25, perdón kgfjgz

 𝗟𝗢𝗨𝗗 𝗙𝗔𝗠𝗜𝗟𝗬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora