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— Hwa—lo abrazó sintiendo sus caricias en su cabeza— me prometiste algo.

El omega miró al alfa confundido ¿por qué parecía que iba a llorar?

— Pensé que ya lo habías superado hace tiempo ¿Me mentiste? Yo me esforcé por ti, me esforcé porque no quería que mis problemas no interfirieran en la relación y más hacia el futuro dañar a los niños, tú dijiste que harías lo mismo porque sabías que cuando no podías controlarte hacías o decías cosas de las que luego te arrepentías, a lo largo del tiempo has tenido varias ¿a caso me mentiste? Dijiste que lo tratarias y no por mí, por ti dijiste que lo harías y parece que no hiciste nada, en estos días tuviste una y me golpeaste por una mancha, eso no...¿por qué me mentiste?

— Amor mírame, no es que yo no haya ido, claro que lo hice, sabes que ya me disculpe por lo otro y que me arrepiento, yo no te he mentido, nunca lo haría y menos con algo tan serio como eso.

— No te creo Seonghwa, voy a ser sincero contigo porque esto me está preocupando mucho, yo quiero tu bien como el de mis hijos y no quiero que les pase nada y menos a ellos, por eso quiero pedirte un tiempo, un tiempo en el que quiero que mejores y que superes esto porque sé que no tiene cura pero aprendes a vivir con ello y controlarlo, yo me haré cargo de los niños, no te estoy diciendo que ya no te quiero o que te quiero perdir el divorcio, solo quiero que estés bien.

Ahora el que lloraría era él.

Hongjoong consolaba a Seonghwa que lloraba sobre su regazo, se sentía echado de su propia casa pero era para su bien y el de los niños, suponía. Estaban tranquilos y un grito de Yeosang los sacó de su burbuja. Ambos corrieron abajo y vieron a su hijo llorando asustado tratando de quitar algo de su pie.

— ¿Qué pasó?—Seonghwa corrió a abrazar a Yeosang.

— Pisó un hormiguero—contó San.

Seonghwa lo llevó corriendo adentro y ambos empezaron a revisar al niño para verificar que no tuviera nada encima, su hijo no paraba de llorar aterrado.

— No tienes nada por suerte mi vida, no tengas miedo—Seonghwa besó su frente para calmarlo.

Desde ese día Yeosang ya no quería salir al patio.

Hongjoong los días que Seonghwa no estaba tuvo que explicarles la situación a los niños y reajustar sus horarios para poder cuidarlos, esperaba no volver a caer en el agujero de tiempo atrás, esa recaída había sido una de las peores que había tenido.

Arropó a los niños y apagó las luces yendo a su habitación, ya era la hora de su pastilla, normalmente la dejaba en su mesa de noche pero ahora no estaba. Buscó en cada rincón de su habitación y no estaba, buscó donde Seonghwa solía guardar los medicamentos y tampoco estaban. Lo peor había sido cuando llamó a Seonghwa y este le dijo que no se las había llevado ni por accidente.

— Papá—Jongho entró en la habitación.

— ¿Qué pasa Honnie? Deberías estar durmiendo.

— Tuve una pesadilla muy fea, había un monstruo—lloriqueó apretando a su peluche en sus brazos.

— Acuéstate en mi cama mi vida, yo ya me acuesto contigo.

Iba a entrar en pánico si no fuera porque recordó que aún tenía unas sin abrir, de la nada su alma había vuelto a su cuerpo.

— Dios...seguro se las llevó por accidente, se parecen a las él...—murmuró para si mismo abriendo el frasco.

Jongho lo vió confundido y esperó a que se acostara para poder dormir.

 𝗟𝗢𝗨𝗗 𝗙𝗔𝗠𝗜𝗟𝗬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora