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— Está bien mi amor, papi no va a dejar de quererte por esto, nunca—Seonghwa pegó a Mingi a él con un nudo en su garganta.

Hongjoong lo había agarrado de sorpresa con la noticia en su descanso y no había esperado a llegar a casa para abrazar a su cachorrito. Por fin habían podido ir con el doctor y dieron con el problema de Mingi.

— Papá, Wooyoung me golpeó—lloriqueó San viendo a sus papás sentados en el sofá con Mingi, ambos tenían caras de muertos en vida, casi no habían dormido.

— Dile que no lo haga.

— Seguramente te confundió con algo.

— Se estaba riendo—bajó su cabeza triste.

— Hwa, ve a buscar a Wooyoung.

— Búscalo tú—frunció el ceño, estaba muy cansado y lo menos que quería era levantar su preciado cuerpo del sofá— levanta tu culo del sofá y has algo productivo por primera vez—suspiró cerrando sus ojos.

Hongjoong volteó indignado y se levantó cansado ¿que no hacía nada? ¡Él era el que más hacía en la casa!

— Yo trabajo, cuido a los niños, hago desayuno, almuerzo y cena, mantengo como puedo esta casa ordenada ¿y aún así no hago nada? Jódete—le sacó ambos dedos medios y frunció el ceño cuando Seonghwa le respondió— no, tú no Sannie, tú no hagas eso—Salió por Wooyoung que estaba siendo guiado por Yeosang a la casita.

— ¿Por qué? Oh...—bajó su cabeza de nuevo al ver que nadie le respondía.

Iba a ser una conversación difícil pero tenía que explicarle a un niño de dos meses, dos de dos años —que seguramente no iban a entender ni dónde estaban sentados— y dos de cinco que era el autismo mientras que Hongjoong y Mingi comían galletas en la cocina como si en su casa no hubiera un desastre causado por pequeños demonios que se supone que tenían que recoger ambos como tarea del día. Se supone que esa tarea era de Yunho y San pero tenían que hablar así que quedaba para ellos dos.

— ¿Te gustan más las de mantequilla? Yo no te crié así Mingi—hizo un puchero y Mingi le dió una galletita para que se la comiera y se callara— me la como solo porque tú me la das y te quiero.

— Hongjoong, quédate con Jongho por favor.

— ¿Tú no querías otro hijo? Cuídalo tú, yo estoy teniendo una conversación seria con Mingi, ¿otra más? ¿Tú quieres que me calle? Me siento ofendido, y te vas—frunció el ceño ofendido— está bien, como tú quieras, si las cosas son así está bien, ya no te compraré más galletas de mantequilla, grosero...y no le importa—lloriqueó rendido— sé que vas a volver a mí, estoy muy seguro.

Y estaba en lo correcto, Mingi había vuelto a él solo para que le pusiera una película, bueno, no estaba tan mal.

— Me caes mal—se sentó al lado de Mingi que veía lo que sea que veía muy concentrado— no, no, es mentira mi bebé, yo te amo—lo abrazó cuando empezó a llorar— papá te ama mucho, no me caes mal.

— Papá, papi te llama—le avisó Yunho.

Se levantó y subió para ver que quería, si lo quería para ir al supermercado, no iba a ir.

— No voy a ir al supermercado, gracias.

— No, no...no es eso, perdón por decir que no haces nada cuando haces incluso más que yo, tú cuidas a los niños, trabajas, haces las tareas de la casa, de verd-

— Ssh, no digas eso Hwa, los dos nos esforzamos mucho, ninguno hace más que el otro, no te disculpes—le dió un besito en la frente y lo dejó descansar, seguramente había vuelto muy cansado.

Ambos se esforzaban al máximo para tener una familia feliz, ninguno era más que el otro.

 𝗟𝗢𝗨𝗗 𝗙𝗔𝗠𝗜𝗟𝗬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora