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— Adivina qué—Seonghwa se sentó en frente de Wooyoung con una sonrisa.

— Papi.

— Te tengo un regalo Woonie, cierra tus ojitos, no, no pongas tus manos, así, muy bien.

¿Su papi le tenía un regalo? ¿Qué era?

Hongjoong se sentó al lado de Seonghwa y se quedó viendo como le colocaba la sorpresa a Wooyoung, era algo que habían esperado por mucho tiempo y por fin estaba con ellos.

— Puedes abrir tus ojos mi amor—estaba muy emocionado, quería ver la reacción de Wooyoung— hola Woonie, soy yo, tu papi, no llores corazón—abrazó a su hijo sobando su espalda, ahora era él el que iba a llorar.

Le habían conseguido los lentes a Wooyoung, ahora su cachorrito podía verlos.

— Ya, no llores Woonie—rió sintiendo como tocaba su rostro.

— Papá.

Hongjoong volteó y sonrió viendo a su hijo estirando sus brazos a él para que lo cargara. Wooyoung se había acurrucado en sus brazos y se había quedado ahí, los brazos de su papá eran muy cómodos.

Esa tarde el padre de Hongjoong los fué a visitar, le parecía tierno que Wooyoung viera todo con curiosidad, era la primera vez que veía el mundo.

— Tengo siete hijos ¿Qué le parece?—Seonghwa miró a su suegro con una sonrisa y puso la mano en la pierna de Hongjoong para que dejara de moverla.

El hombre los miró sorprendido y luego volteó a ver a su hijo ¿Qué hacían mientras los niños no estaban?

— ¿Estás...?—negó— ¿entonces?

— Este es el séptimo—señaló a Hongjoong que estaba recostado en él jugando con Mingi a la memoria.

— Joogie es todo un caso.

— ¿Por qué me ves así? ¿Acaso estás celoso de que tu papá sea el mejor jugando memoria? Auch, Hwa, dile a Mingi que no me lance las fichas en la cara.

— Sí.

— No me lances cosas Mimi, me duele, dale, ponlas de nuevo.

— ¡Papi! ¡A Sannie le sale sangre de la nariz!—les gritó Yunho desde el patio.

— Dios mío—se levantó dejando a Hongjoong tirado en el piso y corrió en busca de San— ¿Qué te pasó?

— Estaba jugando con la pelota, rebotó y le pegó en la nariz.

San sonrió y Seonghwa negó llevándolo adentro para evitar el sangrado, parecía que se iba a desangrar.

— ¿¡Me voy a morir!?—exclamó asustado.

— No Sannie, no te vas a morir, no llores.

— Yeosang se está riendo.

— ¿Y tú que haces aquí?—Yeosang puso sus manitos en su bsrriguita— dile a Hongjoong.

— ¡Estoy en un duelo importante contra Mingi!—exclamó aún tirado en el suelo.

— ¡Dile a tu hijo si puede esperar dos segundos!

— ¿Puedes? ¿No? Está bien ¡Dijo que no!

Seonghwa negó y cerró sus evitando las ganas de lanzarle los bloques de Yeosang por la cabeza. Le dió una manzana picada a Yeosang y dejó que se fuera, ahora a seguir con San.

— ¿Dónde está San?

La risa de su hijo en el patio le dió a entender que se había ido, iba a encerrarlos a todos en una cajita para que se quedaran quietos, ya no podía más.

— Ja, pobre iluso ¿me vas a presentar a mis hijos?—Hongjoong lo miró con una sonrisa.

— Jódete.

— Yo sé que me amas mucho, dame un besito.

— No.

— ¿Por qué?

— Los voy a regalar a todos contigo incluido.

— Gracias mi amor.

— De nada.

Que esposo tan amoroso.

 𝗟𝗢𝗨𝗗 𝗙𝗔𝗠𝗜𝗟𝗬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora