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— Regla número uno de los cumpleaños, no globos—dijo San leyendo la lista de su teléfono, era el cumpleaños de Seonghwa y querían hacerle una sorpresa para cuando llegara a casa.

— Pero explotarlos es divertido—se quejó Wooyoung lloriqueando.

— Papá y Mingi no parecen pensar lo mismo—Yeosang vió a ambos que miraban mal a Wooyoung.

— No globos y no confeti, lo menos que queremos es que nos mande a limpiar el desastre a nosotros después—San los tachó— ¿Tú que dices?—miró a Hongjoong que se estaba quedando dormido.

— Yo creo que con un pastel es suficiente.

— ¿Y si lo hacemos nosotros?—ofreció Jongho.

A Hongjoong se le quitó el sueño de inmediato.

— Hay que aprovechar que papá y Yunho están acá, bueno, ninguno de los dos se puede parar pero pueden ayudar—Sonrió.

— Nadie va a cocinar acá—Hongjoong los miró a todos— ¿Saben que le gusta a Seonghwa? El pastel de helado y más si es con oreo ¿Qué les parece si yo les doy el dinero y ustedes le compran uno en la tienda?

La idea no sonaba tan mal, Seonghwa volvía en dos horas así que tenían el tiempo limitado para hacerle una sorpresa.

— ¿Y si no hay del que buscamos? ¿Qué hacemos?—Jongho miró a San preocupado.

— Mi Papi tiene un gusto muy variado, lo que sea que compremos le va a gustar, a menos que tenga pasas, las odia, entonces no te preocupes por eso Honnie.

— ¿Y si solo hay con pasas? No pienso caminar con las muletas diez mil cuadras más a otra heladería—esta vez fue Mingi, no parecía de buen humor.

— Y yo no pienso arrastrar a Yunho—ahora era Yeosang.

— Nadie te dijo que lo hicieras, me sirven los brazos, no las piernas, me puedo mover solo, pero gracias por llevar la silla, es más cómodo.

— Es nuestro gps Sanggie, llévalo tú mientras él nos guía.

Yunho podía estar en casa hasta que llegara el día de la operación, y Hongjoong ya estaba en condiciones para volver a casa, solo que debía recuperar la resistencia de las piernas. Pero Seonghwa no sabía que ellos estaban ahí, los había ido a buscar el padre de Hongjoong.

— Y no creo que haya solo de pasas, siempre hay muchos, dudo que se agoten tan rápido.

Empezaba a creer que su hermano era adivino y que podía ver el futuro.

— Bien, creo que debemos buscar otra—San se encogió, Yeosang le había tirado una piedrita y Mingi lo miraba como si lo quisiera asesinar en ese momento.

— Queda a diez minutos en auto y a veinte a pie, creo que tardaríamos más en volver a casa.

Les había costado una hora y treinta minutos poder llegar a casa pero habían conseguido su preciado pastel de helado con oreo.

Hongjoong y Wooyoung estaban jugando en el x box tranquilamente mientras que ellos llegaban a casa exhaustos y como si hubieran corrido un maratón, la mayoría se preguntaba por qué no se habían quedado en casa y habían acompañado a San a cruzar por mil heladerías, Wooyoung tomaba buenas decisiones, muy buenas.

— ¿Ven? Hay que ser como Wooyoung, tranquilamente podríamos estar jugando con papá—se quejó Jongho tomando agua— fué inteligente por primera vez—en realidad él había querido ir pero Hongjoong no lo había dejado porque desde temprano se había quejado de que tenía malestar y de que le dolía el cuerpo, era mejor que se quedara en casa.

— ¿Por qué tardaron tanto?—Hongjoong los miró entre preocupado y asustado, se había preocupado demasiado, habían tardado demasiado en volver.

— No había así que buscamos en otra.

Hongjoong puso su mano en su frente y negó moviendo la cabeza.

Taemin lo estaba llevando a casa, él iba en el asiento de copiloto, estaba tomando un café para poder mantenerse despierto mientras tarareaba la canción que sonabaen la radio, esa canción le recordaba a Jongho. Quería llegar a su casa y tirarse a dormir un mes entero.

— Ya llegamos, yo voy en autobús, nos vemos la semana que viene, disfruta de tus días libres, feliz cumpleaños—se despidió.

— Claro, nos vemos luego, gracias—empezó a tocar sus bolsillos para sacar las llaves, se le hacía raro que todo estuviera apagado ¿sus hijos se habían acostado a dormir temprano? Que raro ¿desde cuando eran tan aplicados y responsables? ¿O de verdad estaba en su casa? Vió el número y sí, era su casa, que raro.

Se quitó los zapatos y cerró la puerta tomando otro sorbo de café mientras prendía la luz, tenía hambre ¿Qué debía hacer? Seguramente San había hecho lo mismo de siempre e iba a cenar carne y un poco de arroz, era lo único que San sabía hacer, y bueno, el resto de sus hijos apenas sabían servirse agua a excepción de Mingi y Yunho, Yunho sabía hacer lo básico y Mingi sabía hacer huevos sancochados —lo más irónico era que no le gustaba el huevo—, de resto si no fuera por San comerían cereal de desayuno, almuerzo y cena todos los días.

— ¡Ya llegué!—exclamó terminando de sacarse el zapato que le quedaba, no tenía ganas de desatar las trenzas— oh, hola mi amor—sonrió al verlo sentado en el sofá— ¿Hongjoong?—lo miró confundido ¿Qué hacía Hongjoong ahí?

De la nada todos sus hijos a excepción de dos que los más seguro era que estuvieran durmiendo, salieron sorprendiendolo ¿Yunho y Hongjoong estaban ahí? No sabía como reaccionar, incluso el café que antes estaba en sus manos estaba en el piso, bueno, su dinero y casi todo el café a la basura pero eso no importaba, tenía a todos, todos estaban en casa.

— No llores Hwannie, ven—Hongjoong abrió sus brazos y lo abrazó fuerte.

— Estás aquí—se aferró a él y luego sacó una de sus manos para agarrar la de Yunho y acariciarla— los extrañé mucho.

— Nosotros también mi amor—le dió un pico y se quedó un buen rato así con él— mira, es el que te gusta—le enseñó el pastel— ellos buscaron en muchas heladerías con tal de traerte tu favorito.

— Gracias—apenas se le había escuchado, no podía dejar de llorar.

Más calmado se sentó entre Hongjoong y Yunho y observó la sala, Wooyoung y Jongho no estaban, bueno, Jongho estaba bajando corriendo, se había perdido la sorpresa de su papi por ir al baño.

— ¿Dónde está mi zorrito?—preguntó mirando a todos.

— Woonie dijo que se sentía mal, seguramente esté durmiendo.

Seonghwa se levantó ignorando a todos y subió las escaleras corriendo para ver a su hijo. Wooyoung estaba acurrucado en su cama descansando, no quería molestarlo pero quería saber si su hijo estaba bien. Tomó su temperatura comparándola con la de él y fue a buscar un paño con agua para colocarselo y aliviar la fiebre hasta que despertara.

— Amor, es tarde, descansa—Hongjoong agarró su mano para detenerlo.

— P-Pero ¿Y...?—no pudo continuar porque Hongjoong lo detuvo de nuevo.

— No—negó— descansa, cámbiate, date un baño si quieres, te acuestas y a dormir—él juraba que quería parar, quería detenerse y dormir hasta que ya no tuviera sueño pero no podía, algo en su cerebro no lo dejaba detenerse.

— Agárrate duro de las muletas, puedes caerte—lo miró preocupado, sus piernas temblaban mucho.

— Hwa, tranquilo, no va a pasar nada, vamos a dormir ¿okay? No te estreses—lo llevó a la habitación y cerró la puerta dejándolo ser libre ahí.

Esperó una hora exacta para que su esposo volviera a la cama; se había dado una ducha y había vuelto más aliviado o eso parecía. Lo abrazó fuerte y recostó su cabeza en su pecho haciendo círculos imaginarios en este con sus dedos, podía escuchar su corazón latir, latía muy rápido.

— Todo va a estar bien cielo, Yunho va a estar bien, todo va a mejorar—susurró dejando besitos en su cuello y mejillas.

— ¿Lo prometes?

— Lo prometo Hwa, todo va a mejorar.

 𝗟𝗢𝗨𝗗 𝗙𝗔𝗠𝗜𝗟𝗬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora