Luego de lo ocurrido el día en que Víctor vio la infidelidad de su padre, le perdió completamente el respeto a Celenia, no le respondía y si lo hacía era de mala manera, ya varias veces fue castigado por esta actitud, pero solo acentuaba su rebeldía. Con respecto a su padre, Víctor no podía odiarlo, ya que siempre para él fue una figura de respeto y admiración. A pesar de lo ocurrido, interiormente lo perdonó y guardó silencio para que su madre no sufriera ese dolor.
Los Fortunato fueron a visitar a los padres de don Agustín aquel día, esto le dio tiempo a Amelia para aprender a cocinar pasteles con su madre. Ella contaba los huevos que se echaban en la masa, mientras su madre revolvía el preparado.
Juan entra por la puerta de la cocina, venía desde los establos e ingresa por la puerta trasera.
— Amelia, vamos a jugar al Jardín
— No puedo, ayudo a mi mamá — responde Amelia, partiendo más huevos a la preparación.
— Hola, señora Mariana — saluda el muchacho.
— Hola, Juanito, ¿Cómo está tu madre?
— Está bien, le agradece el pollo asado que le envió
— Dile que no fue nada, estamos muy agradecidos por regalarnos las gallinas
Las familias de Amelia y Juan tenían una muy buena relación de amistad, puesto que se apoyaban cuando alguno tenía necesidad.
— ¿Por qué usan tantos huevos? — pregunta Juan al ver cómo Amelia seguía agregando más huevos a la preparación.
— Porque así el bizcocho queda más esponjoso y sabroso, además que este pastel es bastante grande y necesita firmeza — contesta Mariana mientras seguía revolviendo
— Señora Mariana, ¿le da permiso a Amelia para jugar?
— Claro que sí... Amelia, ve con Juanito, yo termino
— Pero mamá, yo quiero aprender — reclama Amelia
— Otro día te sigo enseñando, además que está bien que juegues con otros niños que no sean solo el señorito Víctor.
Mariana le saca el delantal a su hija, para que se vaya con Juan. Él le toma la mano para ambos salir corriendo, llevándola al Jardín donde están los árboles frutales.
— ¿No te gusta jugar con Víctor? — pregunta Amelia.
— Es que es un mimado, no puede ensuciarse la ropa y se molesta cuando el juego no sale como él quiere
— Pero tú no lo dejas ser el héroe
Es que él no tiene que ser el héroe
— ¿Por qué no?
— Porque el héroe se queda con la princesa, y yo no quiero que te quedes con él
Amelia no le dio importancia a lo que Juan decía, ya que no comprendía a que se refería.
— Vamos a jugar a perseguirnos — le invita Amelia
En la mansión, los Fortunato regresan y Víctor corre a la cocina para buscar a Amelia.
— Señorito, ella se encuentra en el jardín con Juan — comenta Mariana al ver al niño correr para buscar a su amiga.
Nuevamente, Víctor sale corriendo y comienza a buscarlos por el amplio jardín. Camina por la arboleda, pero no los ve, hasta que escucha risas y corre en esa dirección, hasta que ve a Amelia aparecer entre los árboles.
— ¡Amelia!
— ¡Víctor! Regresaste — sonríe Amelia y va en dirección a él.
— Te atrapé — Juan salta y toma por los hombros a Amalia, su sonrisa se va cuando ve a Víctor.

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Un Amor Tan Intenso
Historical FictionLos Fortunato, una rica y poderosa familia del siglo XIX, comprometen a su único hijo a contraer un matrimonio por conveniencia y heredar el gran imperio de los reyes del Carbón. Pero él, no tenia los mismos planes, amaba a otra mujer y abandona tod...