Capítulo 99

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El ama de llaves le había informado a Jamal que Víctor se encontraba afuera en unas negociaciones con unos inversionistas, es así, que decide ir a ver la mansión que había comprado, puesto que ni siquiera la conocía, todo lo había dejado en manos de Amelia.

Jamal encuentra a Amelia y Sergio en la sala de juegos del pequeño, quienes dibujaban en papel con carboncillos.

— Veo que están ocupados

— Mira tío Jamal, dibuje un caballo — Sergio se acerca para mostrarle su dibujo, con una carita sonriente.

— Víctor salió temprano, por si lo buscabas a él — Amelia se levanta sonriendo y acercándose también a su amigo.

— Ah, pero qué buen dibujo — Jamal se lo dice a Sergio, tomando el papel y viendo la creación del pequeño. Luego dirige su atención en Amelia — Vine, en realidad para que me acompañen a mi nueva mansión, no la conozco y debo ver que necesita.

— Claro que si... vamos con Perla, iré por ella

Jamal la mira enfadado.

— ¿Te desagrada salir conmigo y Sergio a solas?

— No... es solo que pensé, que te gustaría ir con ella también — dice Amelia sorprendida.

— Siento que desde que he llegado, tratas de evitarme, siempre desvías mi atención hacia ella.

— No te evito. Discúlpame si pensaste en eso.

— Solo me gustaría compartir más tiempo con mi amiga, como antes... volver a bromear y reírnos de las pequeñas cosas, pero nuevamente tratas de buscarme pareja. Me das a entender que te desagrada mi compañía.

Amelia toma una mano a Jamal. Estaba apenada de haber ofendido a su amigo.

— Perdóname, esa no fue mi intención. Por supuesto que me encanta compartir contigo. No te enfades conmigo, ya no te ofreceré que alguien nos acompañe si tú no lo propones primero, es una promesa.

Jamal lanza una pequeña risita.

— Te ves muy adorable pidiendo disculpas... yo nunca podría enojarme contigo. ¿Vamos?

Llegaron a una gran mansión en la zona centro de la ciudad. Jamal abre la puerta e ingresan al lugar. Todos los muebles estaban cubiertos por cortinas blancas para evitar que el polvo y la humedad los dañe. Esta era la antigua mansión de una Marquesa que falleció sin dejar herederos, por lo cual, se vendió con todos los muebles del interior y era el lugar que le había mencionado en aquella oportunidad Amelia.

— Es bastante grande, algo oscura para mi gusto

— Debes mover las cortinas primero — Amelia abre una de las grandes cortinas de uno de los ventanales para que ingrese luz.

— Es feo, todo está cubierto con telas blancas — dice el niño que estaba corriendo por el lugar.

Jamal se inclina para hablarle a Sergio.

— Por qué no vas a recorrer y miras que hay en las habitaciones, si te gusta algo, puedes quedártelo, yo te lo doy.

Sergio sale corriendo. Amelia y Jamal lo siguen y comienzan a entrar en las habitaciones para ver que contenían.

— Es un lugar muy amplio, tienes muchas habitaciones, suficientes para darle una a cada una de tus mujeres — comenta Amelia.

Jamal sacaba las telas de los muebles para mirar bajo de ellas.

— A si... en ese caso, debes elegir cuál de estas habitaciones te gusta para que sea tuya

Amelia ríe al escuchar a Jamal.

Un Amor Tan IntensoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora