La partida de Perla dejó a Amelia sumida en la desesperanza. Estaba también molesta con Jamal por no apoyarla y deposita toda su rabia en él. Lo busca en el despacho de Víctor que, al abrir de manera violenta, este se sobresalta.
— ¿Por qué no le dijiste nada a Perla?
Jamal estaba sorprendido ante ese arrebato de rabia de Amelia.
— ¿Qué querías que le dijera?
— Que se equivocó, que te vio con otra mujer que se parecía a mí. Que le dijeras la verdad.
Jamal estaba contrariado, nuevamente actuaba como si no pasará nada entre ellos. Entendía que quería dejar todo en secreto, pero ¿por qué actuaba de esa manera cuando estaban a solas?
— No sé... que responder a eso — Jamal baja la vista.
— Quiero que me ayudes a buscar a Perla y que le digamos que todo es mentira.
Amelia prefiere salir de aquel despacho, no deseaba pelear con el último apoyo que le quedaba, si Jamal decidía abandonar esa mansión, ya no le quedaría nada.
Amelia no cenó aquella noche, estaba angustiada y le dolía la cabeza de tanto pensar en distintas situaciones, así que se prepara para dormir y escapar de su realidad. Prepara nuevamente el doble de dosis de su medicamento y se recuesta en la cama.
Jamal miraba el techo de su habitación, mientras estaba recostado encima de la cama aquella noche. No entendía por qué Amelia lo seguía negando. Quizás el sentimiento de culpa que sentía no le dejaba avanzar y quizás él debía dejarla, ya que le lastimaba que actuará como una extraña al día siguiente. A pesar de esto, él no podía y no quería dejarla, era un hermoso e irresistible pecado, el sentirse amado por la mujer con quien solo fantaseaba y batallaba con su conciencia por hacerle esto a su amigo, pero cada vez se repetía lo mismo; "él no la quiere, por eso se está alejando de ella y ella me necesita".
Jamal nuevamente se levanta de la cama y acude a la cita de aquella noche. Probablemente Amelia no quiera verlo por la pelea con Perla, pero si ella estaba ahí esperándolo, él siempre llegaría a su encuentro. Por lo general, Amelia se encontraba en el salón Rosales o en los pasillos cercanos a este. Jamal abre la puerta del gran salón e ingresa.
— Pensé que no vendrías.
— Siempre vendré, aunque niegues de mí, yo siempre te querré — responde Jamal con voz suave.
Amelia sonríe y se acerca para abrazarlo.
— Claro que te quiero, eres mi dulce amor.
Las palabras de Amelia para Jamal, siempre le hacían sentir esperanzas y lo elevaban a momentos de gloriosa felicidad. Ya no le importaba si lo que ambos hacían estaba bien o mal.
— Dime... ¿De verdad me quiere?
— Claro que sí
Amelia se acerca para volver a besarle de manera tierna y a la vez apasionada. Jamal le presionaba con fuerza la cintura y la aproxima hacia él para poder sentir su cuerpo.
— No sabes cuánto sufro cuando actúas indiferente conmigo — suspira Jamal.
— Es que es difícil, tú me alejas... después de lo que paso en el accidente, ya no te reconozco, solo quiero que siempre seas tierno como lo eres ahora.
— Pero yo no he cambiado. Comprendo que para ti es difícil todo esto y que lo nuestro sea en secreto, pero también necesito que me quieras durante el día.
— Claro que si... porque siempre te he amado.
— ¿Te gustaría, venir a mi mansión? Ahí no tienes que preocuparte por nada y podemos ser solos los dos. Iremos por Sergio, sabes cuánto quiero a ese pequeño, no les haré faltar nada.
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Un Amor Tan Intenso
Исторические романыLos Fortunato, una rica y poderosa familia del siglo XIX, comprometen a su único hijo a contraer un matrimonio por conveniencia y heredar el gran imperio de los reyes del Carbón. Pero él, no tenia los mismos planes, amaba a otra mujer y abandona tod...