Capítulo 114

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Amelia, al ver a su amigo, fue como una oleada de alegría y sin pensarlo, lo abraza dichosa y con esto, llegan todos los dolorosos recuerdos de lo sufrido después del accidente de su esposo y lo que ha perdido por ello. Sin controlarlo, llora clavando la cara en su pecho y este le abraza de manera dulce.

— Tío Jamal

Sergio deja la jarra de agua en la mesa y corre para abrazarlo.

Jamal reía de buena gana ante aquel recibimiento, se alegraba también de verlos. Amelia Reía y se secaba las lágrimas.

— Por favor pasa, llegaste justo a tiempo, ahora íbamos a cenar.

Hablaron esa noche de manera alegre. Jamal dejó su equipaje en un hotel cercano a la costa, pero Amelia insistía en que se debía quedar con ellos en esa casa, a lo que aceptó, así que debería recoger todo a la mañana siguiente.

— ¿Vendrá mi papá mañana a mi cumpleaños? — Preguntaba Sergio con su carita llena de ilusiones.

— Me temo que no, tu padre debe resolver algunas cosas con tu madre primero

El pequeño no ocultaba su tristeza al saber que su padre no vendría

— Yo creía que papá regresaría.

— Ya pronto lo verás, él está ansioso por verte, incluso te ha enviado un lindo regalo que te lo daré mañana.

— No quiero un regalo, quiero a mi papá.

A Amelia le lastimaba ver así a Sergio, pero aún era tan pequeño para entender todo lo que ocurrió.

— Ya es tarde mi amor, despídete de tío Jamal para que vayas a dormir.

Luego de hacer dormir a Sergio, los amigos se quedaron en la sala principal para conversar.

— Muchas gracias por el dinero que me envías, sin él habría tenido que trabajar nuevamente, pero ahora tengo mucho tiempo y Sergio no se siente tan solo — comenta Amelia bebiendo un vaso de limonada, sentada en la sala principal.

— No es nada. ¿Cómo has estado?

— Mucho mejor, ya más calmada. Desde hace mucho que no sentía esta paz.

— Amelia, el motivo de mi viaje, aparte de verte y de estar en el cumpleaños de Sergio, es que vengo a buscarte para que regresen a la mansión, con Víctor.

Amelia mira molesta en otra dirección.

— No regresaremos

— Entiendo que aún estés muy enojada con él, pero ha cambiado mucho. Podría decirte que es como el antiguo Víctor, pero mejor... ahora le puedes decir lo que sea y nunca se enoja por nada, ni siquiera cuando lo fastidio, es como si fuera su completa existencia, solo paz y...

Amelia le detiene, ya que no quería saber de su esposo.

— No insistas, ya no quiero verlo, de solo imaginarlo en su silla, con esa cara llena de odio y sus comentarios ácidos, solo tengo rechazo por él.

— Pero él ya no está en la silla. Ahora se ha logrado poner de pie. Aún no logra caminar sin apoyos, pero ya se mantiene por sí mismo. Él está haciendo esto, para demostrarles que está mejor y que quiere a su familia con él...

— Jama, puedes hablar sobre Víctor con Sergio si él te lo pregunta. Eres mi amigo y te aprecio, pero no quiero que vuelvas a hablarme de él.

— Lo sé, pero ya es momento de que se den una oportunidad y...

— Espero que sea tu visita agradable, pero si continúas con esto, solo puedo entender que no eres mi amigo y has venido solo para ser su mensajero.

— Lo lamento, solo deseaba que pudiesen reconstruir sus vidas.

Un Amor Tan IntensoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora