Capítulo 104

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El sábado el día era soleado, el terreno estaba seco y los caballos preparados.

Para celebrar el concurso de equitación, llegaron varios miembros del club de Inversionistas en compañía de sus familias, además de otros invitados y persona amantes de los caballos y domas. Este evento se transformó en una celebración muy grande y de tener existo, se realizaría otros años.

— Estas actividades me emocionan, estoy segura de que Víctor ganará — comenta Celenia, que estaba reunida con la familia en las pistas.

— Sí, estoy confiado, he practicado mucho con Pimienta y logra pasar los obstáculos muy fáciles, además que es dócil — responde Víctor, sonriente.

— Sí, y después de este evento nos comeremos a tu yegua vieja — Jamal reía muy feliz. Estaba seguro de que Víctor ganaría, ya que su caballo en el obstáculo de 1,500 metros golpeaba con las patas traseras el último madero.

— Claro que no, nos comeremos al perdedor, así que prepara al tu hermoso pura sangre árabe de cabello dorado — se mofa Víctor.

— Y te cortarás la mano — dice Sergio con autoridad a Jamal.

El árabe le acaricia el cabello al pequeño que estaba en brazos de su madre

— Pensé que me darías ánimo.

— Sí, pero va a ganar papá

— Todos te apoyaremos Jamal — sonreía Amelia de manera cariñosa.

— Yo quiero participar, mi caballo se porta bien — pide Sebastián

— La mía mejor — agrega Sergio.

— Cuando sean más grandes y monten solos, veremos — dice Celenia a los niños.

Víctor buscaba a su padre, ya que no estaba con ellos charlando. Cuando lo divisa, ve que estaba examinando a su yegua y se acerca para saber qué pasaba.

— ¿Te preocupa algo papá?

Agustín miraba las herraduras de Pimienta y tocaba sus patas.

— Me aseguro de que el árabe no le haya hecho nada a tu caballo

— ¿Seguirás con lo mismo? Entre Amelia y tú me volveré loco

— Es muy real mi preocupación, estoy seguro de que ese hombre hará algo para que pase por accidente.

— Papá, si Jamal me quisiera muerto, ya lo habría hecho y no necesariamente en un lugar donde todos puedan verlo.

La charla se interrumpe y hacen sonar una trompeta de llamado para alistar a los participantes de la competencia. Todos tomaron lugar en las gradas. Quienes participaban en salto de obstáculos eran 8 participantes.

Era el turno de Jamal y Víctor le desea suerte. Cuando aparece, los Fortunato a excepción de Agustín, le aplaudían felices esperando su demostración. Su exposición fue buena, y logró superar el obstáculo que se le dificultaba, pero a pesar de esto, su presentación no fue del todo perfecta, ya que hubo desobediencia al realizar un círculo del circuito. Pasaron otros dos jinetes más y ya era turno de Víctor, al iniciar todo se mantenía calmado y su tiempo, doma y recorrido estaba ocurriendo sin problemas.

Amelia mantenía los puños apretados, tenía miedo que, en salto más alto de todos, el caballo choque con los obstáculos y derribe a Víctor.

Víctor tomó velocidad y salta el muro de 1,500 metros logrando pasarlo, sintiendo los aplausos desde las gradas. Da un círculo y correspondía saltar dos obstáculos juntos, el primero sin problemas y el segundo, hace que Pimienta se queje con un relinche. Ya solo quedaba un último salto para terminar su circuito, pero sentía a Pimienta extraña. Toma impulso y cuando la yegua eleva las patas delanteras, estas se extienden en un hermoso arco, hasta que suena un chasquido que solo Víctor escucha, Pimienta lanza un relinchido de dolor y el cuerpo del animal en vez de dar el salto, seguía extendiéndose para seguir el trayecto en 180 grados, lo que haría que el caballo caiga de espaldas.

Un Amor Tan IntensoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora