Capítulo 112

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Amelia y Jamal desayunaba en el comedor y esperaban la llegada del doctor Patrick que visitaría a Víctor esa mañana. Ya Amelia no estaba molesta con su amigo, tuvo un hermoso sueño anoche y eso le trajo nuevas energías, ahora deseaba ir a buscar a Perla, puesto que le avisaron que se estaba hospedado en casa de sus suegros.

Patrick revisó a Víctor, pero este seguía sin cambios, así que habla afuera del salón con sus familiares.

— Dudo que tenga tantos dolores como dice, creo que es más su adicción por conseguir opio que otra cosa — Informa el médico.

— ¿Entonces ya no le entregó más? Ahora solo le doy una vez al día

— Sí, disminuya las dosis de a poco para no enfadarlo.

— Doctor, me gustaría hablar en privado con usted — solicita Jamal.

— Sí... claro

— Por favor, pasen a esta sala que está vacía — Amelia abre una puerta contigua.

— Amelia, te pediré que no te alejes, ya que necesito hablar contigo — dice Jamal en tono bajo.

— Estaré en la biblioteca por si me necesitan.

Amelia se retira y acude a la biblioteca. Miraba los libros de las estanterías para elegir cuál leer, pero no pasa mucho cuando el Doctor Patrick ingresa solo a la habitación.

— ¿Cómo ha estado durmiendo? — pregunta el médico.

— Muy bien doctor, el medicamento que me ha dado me hace dormir bien y tengo lindos sueños. Gracias. — Amelia sonreía.

Patrick se acerca para revisar sus ojos y seguía preguntando.

— ¿Soñar?, el medicamento no debería producir eso, es para que logre dormir bien sin preocupaciones. Acaso ¿Ha tomado más dosis de la que le he recetado?

— A sí. Perdón, pero la cantidad que usted me daba no me hacía dormir y aumenté un poco más la dosis.

— Ya veo, ese ha sido el problema — Patrick da un suspiro y se retira los anteojos — Su amigo está preocupado por usted, me ha dicho que es sonámbula.

Amelia estaba sorprendida y asustada.

— Pero, eso quiere decir que ¿me levante durante la noche sin saberlo?

— Si

— ¿Y qué hice?

— Eso debería preguntárselo a su amigo, quien fue el que la ha visto. Solo debo advertirle, es por un motivo que los médicos dejamos la indicación de la dosificación de los medicamentos, no por tomar más el efecto será el ideal.

— Lo siento, estaba desesperada y no podía dormir.

— No tome por esta noche, para que su organismo se recupere y corte con el sonambulismo. Le visitaré en tres días más para ver cómo se encuentra.

— Gracias doctor. — ella en acompaña hasta la puerta de la mansión.

Amelia, al ingresar nuevamente en el hall, Jamal ya le estaba esperando y le pide que lo acompañe al salón Rosales para charlar en privado. Él sabía que hablar de aquella situación sería vergonzoso, pero era mejor decirlo rápido y sin ocultar nada.

Jamal fue detallado en el relato, cada tanto Amelia cubría su rostro con las manos por la vergüenza y corrían lágrimas por sus mejillas, pero no dijo nada, se mantenía inmóvil en el sillón donde habitualmente jugaban a los naipes con sus amigas. Al terminar, Jamal estaba sentado en una silla cercana a una ventana y miraba sus manos, presionándolas para ocultar su nerviosismo.

Un Amor Tan IntensoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora