Agustín y Víctor estaban en el club de caballeros. Sus socios se mostraban muy amables con ellos, sobre todo con Agustín, varios los invitaban a almorzar, cenar o simplemente a tomar unas copas. Víctor creía que eran amables con ellos por la pérdida reciente de su madre, como una forma de condolencia, pero luego descubrió que aquellos que los invitaban, eran padres de hijas en edad de matrimonio.
Agustín se había convertido en el soltero más codiciado de la clase burgués.
— Mi hija Carmen prepara unos pastelillos de limón deliciosos, sería un gusto que venga a mi mansión a probarlos, el Duque de León dice que son los mejores que ha probado — Comenta un hombre bajito y regordete.
— Gracias... tendré presente su invitación — responde de manera amable Agustín.
— Fortunato, usted tiene un compromiso conmigo, de hace tiempo me ha dicho que tomaremos unas copas de Oporto, pero aún no se ha aparecido por mi casa — insistía otro hombre de cabello castaño rojizo.
— Además, Agustín, usted vendría a mi casa a cenar para ver el nuevo precio del carbón, ya que deseo abrir otra fábrica en la ciudad de Tarlo — Menciona un hombre alto con bigote bien recortado.
— Es que he tenido mucho trabajo, he descuidado algunas tareas y estoy retomándolas — se justifica Agustín.
— Pero siempre hay tiempo mi señor Fortunato.
— Además que tiene a su hijo como socio... puede dejarlo a cargo del trabajo y compartir conmigo y mi familia un momento
Agustín estaba siendo acosado por esos tres hombres para que fuera a visitarlos con el propósito de presentarle a una de sus hijas. Ya ellos se habían aparecido por su casa y otros más, pero tenía dicho a los sirvientes que los despachen diciendo que él no se encontraba en la mansión. Víctor no sabía de esta situación, puesto que ahora vivía en su propia casa y no quería comentarle algo como eso, ya que sería objeto de sus burlas.
— Sí... pero lamentablemente saldré mañana de viaje a revisar las minas — se excusa Agustín.
— Pero padre... yo iré a las minas en tu lugar y así usted puede aceptar la invitación de tan amables caballeros — interviene Víctor con un tono de voz amable.
Agustín abre mucho los ojos y le hace una mueca a Víctor para que se calle, pero miraba en su rostro que deseaba fastidiarlo.
— Ah, sí... pero sabes que aún tenemos mucho trabajo, seguimos viendo los temas de las nuevas excavaciones.
— Claro que si padre, pero usted no trabaja en domingo... puede almorzar en la casa de los Toledo, tomar el té en casa de los Gorfat y probar los pastelillos de la señorita Carmen y por la noche cenar y beber en casa de los Linde... — Víctor no podía aguantar la risa que le daba ver a su padre fastidiado por tener que ir a la casa de aquellos hombres.
— Qué buena idea — Comenta el señor Gorfat
— anímese Agustín... será un gran gusto tenerlo por ahí — sonríe el señor Toledo
Finalmente, Agustín tuvo que aceptar esas invitaciones y otras más, ya que varios caballeros que buscaban comprometer a sus hijas o familiares con Agustín, escucharon que visitaría algunas casas y ellos no querían estar fuera de la competencia para lograr formar lazos familiares con los Fortunato. Es así que, Víctor se encargó de que su padre se comprometiera en ira casa de todos aquellos que lo invitaban.
Cuando Agustín entra en el carruaje junto con Víctor luego de salir de la reunión, comienza a golpearlo en el sombrero de manera rabiosa, lo que hace una explosión de carcajadas en su hijo.

ESTÁS LEYENDO
Un Amor Tan Intenso
Historical FictionLos Fortunato, una rica y poderosa familia del siglo XIX, comprometen a su único hijo a contraer un matrimonio por conveniencia y heredar el gran imperio de los reyes del Carbón. Pero él, no tenia los mismos planes, amaba a otra mujer y abandona tod...