Capítulo 97

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Perla fue a la habitación de Jamal aquella noche. No quería admitirlo, pero lo extrañó y deseaba volver a estar con él, solo esperaba que su relación fuera mejor que la que tuvieron el año anterior.

Perla toca a la puerta y abre Jamal. Se veía tan apuesto que, ella nuevamente sentía que era el hombre más divino que había visto.

- Hola, querida amiga - saluda de manera alegre Jamal.

- Hola, vine para recordar viejos tiempos

- Hem... - Jamal desvía la mirada, estaba algo incómodo

- ¿Qué pasa? - pregunta decepcionada Perla.

- Estoy muy cansado, solo quisiera dormir esta noche.

- Oh... ¿Ya estuviste con una sirvienta?

- Te aseguro que no, pero realmente estoy agotado por el viaje

Perla estaba sorprendida de que él rechazara una noche apasionada con ella. Estaba decepcionada, quizás él no le perdonaría las ofensas que le hizo la última vez que estuvo ahí.

- Entiendo. Me iré a mi habitación, que descanses.

Jamal mira el rostro de Perla que expresaba tristeza

- Perla espera... si lo deseas, puedes dormir aquí.

Perla da una pequeña sonrisa e ingresa en la habitación.

***

- He practicado mucho para el torneo, estoy más que seguro que te comerás todas tus palabras - reía Víctor.

Desayunaba en el comedor, mientras Víctor y Jamal discutían sobre el torneo de doma que organizarán para el inicio de otoño. Ambos amigos practicaron para este evento, querían demostrar sus destrezas como jinetes.

- Amigo mío, también te traje un caballo para ti, un hermoso caballo color azabache, como te gustan - comenta Jamal, mientras sacaba la cáscara de un huevo que tenía en su copa.

- Valla, has traído un caballo para todos, ¿no trajiste uno para mí? - pregunta Perla risueña.

- para ti no... prefiero que montes conmigo - Jamal le da una cálida sonrisa que sonroja a Perla.

- ¿Y para mí? - pregunta Amelia.

- Claro que si... nunca sabes cuándo necesitarás cabalgar para trasladar a un borracho.

Amelia y Jamal comienzan a reír de la historia que solo ellos conocían.

- Hablando fuera de bromas, traje muchos caballos, pienso vender algunos para el evento y tener otros para un criadero de puras sangres.

- Es un buen negocio y aunque te agradezco el ofrecimiento de uno de tus hermosos caballos, ya he practicado con Pimienta, puede saltar fácilmente obstáculos de un metro y medio.

- Ah... pero qué testarudo, si llegas a ganar con esa yegua vieja, me cortaré una mano

Sergio se sobresalta al escuchar eso.

- ¿El sin mano te cortará la mano?

Todos ríen de buena gana al escuchar al pequeño hablar.

Víctor y Jamal se levantan de la mesa para charlar en privado y para practicar la doma de sus caballos. Este era un pasatiempo que deseaban realizar desde el año pasado y ahora que podían hacerlo, parecían dos niños esperando terminar sus actividades para salir a jugar.

- Cada cierto tiempo debo acudir a los puertos para revisar mi flota - comenta Jamal. Caminaba por el terreno donde se implementó los equipos de equitación en uno de los jardines de la mansión de Víctor.

Un Amor Tan IntensoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora