Víctor había llegado a casa de sus padres, luego de un largo viaje de 18 días. Sus maletas aún estaban en el carruaje y les dice a los sirvientes que las bajen, pero que no avisen de su llegada, ya que, al ser una tarde fresca de primavera, probablemente todos estarían en el jardín bebiendo té, así que rodea la mansión para encontrarlos en los patios traseros. Al llegar, ve la mesa preparada para el té y como las sirvientas colocaban aperitivos dulces y salados, además de pastas de chocolate, tartas de chocolate y majar, una serie de bombones rellenos y jarras de leche. Mientras veía eso, Víctor pensaba que debieron ser los antojos de Celenia y su afición por el chocolate no debió de desaparecer después de su embarazo.
Se acerca a la pequeña cuna que estaba al lado de la mesa, esperando a su dueño que llegue con sus padres a ocupar de ella. Víctor se había quedado mirando todo ello, cuando escucha a su padre tras de él.
— ¿Víctor?
Víctor se voltea para verlo, estaba con Celenia a su lado quien cargaba a su pequeño hermano.
— Hola papá... Celenia y ¿Sebastián?
Agustín inmediatamente corre a abrazar a su primogénito, verlo ahí le inundó el corazón de tanta felicidad que lo abrazaba con fuerza y le daba palmadas en la espalda.
— Hijo, qué alegría me da que ya estés aquí.
— Han sido ya seis meses, era tiempo de regresar — ríe Víctor de la alegría que era estar nuevamente en casa.
— Claro que sí, y en buen momento — Celenia se acerca también para abrazar a su hijo y presentarle a su hermano — Él es tu hermano Sebastián.
Víctor toma al pequeño, quien ponía sus manitos en la boca, realmente era adorable y tenía los ojos de su padre.
— ¿Cuánto tiene?
— tres meses, se parece mucho a ti a esa edad — contesta Celenia.
— ¿De verdad?... ¿Era tan bello como él? — ríe Víctor ante aquel tierno bebé.
— Claro que si, solo espero que no tenga tu mismo carácter — ríe Agustín.
Víctor mira con ternura a su pequeño hermano, sus padres realmente se veían dichosos.
— ¿Dónde está Amelia?... quiero verla
— Toma asiento, no tardará en bajar, está en una revisión con el médico — responde Celenia.
— ¿Con el médico?... ¿Le ha pasado algo? — pregunta preocupado Agustín.
— No, nada de eso... solo tiene un control de rutina para ver cómo está su salud, eso es todo — informa Celenia de manera calmada.
— Sí... me has dejado al cuidado de tu esposa, así que cada tanto viene el médico para hacerle un control de rutina, es solo eso — contesta Agustín invitando a su hijo a tomar asiento.
— Oh, estará dichosa de verte... está tan hermosa y te ha extrañado tanto — sonríe Celenia por la alegría que era tener a su hijo nuevamente con ella.
— Quiero ir a buscarla ahora
— Espera, ya no tardan en bajar... siéntate y espérala aquí. Por mientras cuéntanos todo sobre tu viaje — pedía su padre.
Víctor se sentó con sus padres para charlar, pero solo pensaba en ver a Amelia. No pasó mucho cuando el Doctor Patrick llega a su encuentro para dar sus diagnósticos antes de marcharse.
— Doctor, gusto de verlo — saluda Víctor sonriente, levantándose y estrechándole la mano
— Señor Fortunato, me alegra que haya regresado. Muchas felicidades por...
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Un Amor Tan Intenso
Historical FictionLos Fortunato, una rica y poderosa familia del siglo XIX, comprometen a su único hijo a contraer un matrimonio por conveniencia y heredar el gran imperio de los reyes del Carbón. Pero él, no tenia los mismos planes, amaba a otra mujer y abandona tod...