A•U•T•I•S•M AU! [Invader Zim]

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—¿A donde van?– Preguntó el pelinegro al notar que el ojiazul se retiraba de la casa junto a sus padres.

—Tenemos una salida importante– Contestó el hombre —¿Crees que puedas cuidar a Gir en tu casa mientras volvemos?– Preguntó, pues no podrían llevar al menor con ellos debido a su constante "hiperactividad"; además no querían que Zim se pusiera más nervioso de lo que ya estaba teniendo al pequeño de goggles junto a él.

—¡Por supuesto!– Aceptó Dib con entusiasmo —¿Escuchaste eso Gir?, pasarás unas horas conmigo– Mencionó haciendo que el menor se emocionara.

—¡Yupi!, ¡nos vemos más tarde!– Se despidió Gir con cierto entusiasmo para posterioremente salir camino a la casa del de gabardina. Eventualmente los adultos salieron igualmente en compañía del castaño.

Caminaron por unas cuantas calles, Zim permaneció con la vista en el suelo durante todo el trayecto; los distintos sonidos, olores y ocasionales destellos del sol en algún espejo o ventana cercanos comenzaban a molestarlo en cierta forma. Se puso sus audífonos y reproducio algo de música para mantenerse tranquilo e ignorar todo el desastre a su alrededor.

Mantenía las manos metidas en los bolsillos de su pantalón, ocasionalmente jugando con alguna pelusa o bola de papel que se encontraban dentro de estos para distraerse un poco; su respiración permanecía relativamente tranquila evitando que los nervios lo consumieran. Después de un largo rato de caminata, llegaron a lo que aparentaba ser su destino.

Un edificio no lo suficientemente grande como para ser llamado "rascacielos", pero de igual forma un tanto grande. Su estructura se asemejaba a la de algún complejo de apartamentos común y corriente, en la fachada de este podían verse pequeños balcones; algunos con pequeñas masetas de plantas o incluso con algún jardín urbano improvisado.

El castaño y sus padres se acercaron a un directorio que se encontraba junto a la puerta principal del lugar, en este se mostraban los distintos departamentos con los que el edificio contaba asi como las personas que vivían en estos. El hombre revisó la tarjeta y posteriormente buscó entre el directorio el apartamento al que deberían ir.

Los tres ingresaron al edificio y comenzaron a subir las escaleras camino al apartamento; Zim permanecía con la vista en el suelo intentando convencerse a si mismo de que todo estaría bien. Finalmente habían llegado, el departamento número 6-B; la madre del ojiazul tocó la puerta esperando que la persona a quien buscaban estuviese en casa.

Después de unos minutos, la puerta fue atendida por un hombre ligeramente obeso usando una camiseta abotonada en un ligero tono rosado; así como una pequeña barba de candado y un par de anteojos.

—¡Buen día!– Saludó aquel hombre en un tono amable —Deben ser los señores Irk, ¿cierto?– Preguntó.

—Por supuesto– Contestó el padre del castaño —Es un gusto conocerlo, señor...–

—Roger– Interrumpió presentándose —Roger Smith, y tú debes ser Zim ¿o me equivoco?– Preguntó dirigiéndose al de vestimenta rosa, ocasionando que se pusiera más nervioso de lo que estaba, "¿cómo mierda es que sabe mi nombre?", se preguntaba.

—Es un poco tímido a veces– Mencionó su madre, el hombre de anteojos solamente sonrió amistosamente y posteriormente los dejó pasar.

El interior del apartamento no era nada del otro mundo, tenía una sala con una mesa de centro sobre una alfombra frente a una pantalla de televisión; al fondo se encontraba la cocina y había varias puertas que daban a distintos cuartos. Una de ellas llevaba a un estudio que aparentaba ser el "consultorio" de aquel hombre, pues fue justamente ahí a donde condujo al castaño y sus padres.

—Y bien, ¿por qué están aquí hoy?– Preguntó Roger mientras tomaba asiento en el escritorio del estudio, Zim y sus padres eventualmente tomaron asiento frente al mismo.

—Verá, la verdad es algo complicado...– Hablaba el padre del ojiazul, Zim parecía no prestar atención a lo que sus padres y aquel hombre decían; pues estaba concentrado de lleno en la música que escuchaba. Además de estar ya lo suficientemente nervioso y con múltiples dudas en su cabeza.

"¿Por que teníamos que venir?", se preguntaba, "este tipo es extraño". El castaño jugaba con sus dedos para mantener la calma mientras que (al igual que antes) mantenía la vista en el suelo.

—Ya veo...– Se escuchó a Roger mencionar —¿Por qué no me dejan a solas con Zim un momento?, asi podré hablar con él un poco y conocerlo mejor– Propuso, ambos adultos se miraron mutuamente con inseguridad, al final decidieron aceptar y dejar a ambos sólos.

Zim tardó un poco en darse cuenta de que sus padres se habían ido, para cuando lo hizo el mencionado había comenzado a ponerse mucho más nervioso que antes. Su respiración comenzó a agitarse lentamente al tiempo que una mueca de obvio nerviosismo se hacía presente en su rostro.

—De acuerdo Zim, ¿te parece si me cuentas algo sobre ti?– Preguntó el hombre amablemente, el castaño no contestó a ello; pues continuaba un tanto alterado al no ver a sus padres por ningún lado.