Tras recuperarse del golpe y ponerse nuevamente de pie, Dib comenzó a trabajar en una idea (bastante estúpida por cierto) para poner en práctica su aparente plan y de ese modo cambiar la perspectiva de Zim respecto al mundo; además de ser algo que podría beneficiar a ambos en cierta forma.
"¿Por qué no pensé en esto antes?", se preguntaba, "¡es perfecto!"; se sentó en su escritorio y procedió a tomar algunas hojas blancas, sobre las cuales hacía ocasionales trazos junto con algunas anotaciones extra a los costados.
•••
Al día siguiente en la eskuela, el pelinegro no podía dejar de mirar ocasionalmente al castaño y dedicarle algunas sonrisas dignas de un idiota enamorado. Por otro lado, Zim consideraba dichas acciones por parte de su amigo como algo realmente divertido de ver a su parecer; por ende no podía evitar soltar unas cuantas risas cada vez que Dib lo miraba con cara de imbécil, cosa que (irónicamente) enamoraba más al de peinado de guadaña.
El par se encontraba en la cafetería durante la hora del almuerzo, mientras que el ojiazul tocaba ligeramente la masa gris en su plato que aparentaba ser comida. Dib descansaba suavemente su cabeza en su mano observando aquella tierna imagen (o al menos para él) que el castaño brindaba; eventualmente sonrió de un modo prácticamente inconsciente.
Por irónico o conveniente que pueda sonar, la sonrisa en el rostro del de gabardina no duró mucho tiempo; pues eventualmente se desvaneció al divisar a Keef acercándose a la mesa donde ambos se encontraban. El pelirrojo sonrió amistosamente y posteriormente comenzó a hablar con el de vestimenta rosa.
—¡Hola Zim!– Exclamó entusiasta —¿Qué estas haciendo?– Cuestionó con curiosidad, el ojiazul levantó la vista encontrándose con la mirada ajena observándolo; cosa que lo incomodó a la larga.
Desvío su mirada hacia el chico de lentes junto a él, dando a entender que estaba empezando a incomodarse con la presencia del pelirrojo; no era totalmente culpa de Keef en esa ocasión. A Zim no le agradaba que alguien se le acercase y buscara hablar con él cuando se encontraba haciendo cualquier otra cosa.
Dib comprendió la indirecta al instante, eventualmente se dispuso a decirle al de camiseta azul que el castaño no tenía ganas de hablar ahora.
—¿Por qué no vuelves después, Keef?– Propuso con amabilidad —Parece que Zim no quiere hablar ahora– Habló deseando que el pelirrojo no se tomase mal aquel comentario.
—Oh... ¡Claro!, nos vemos después– Afortunadamente para Dib las cosas salieron mejor de lo que esperaba, pues Keef se lo tomó bastante bien.
•••
La eskuela había llegado a su fin después de unas horas, ambos se encontraban de regreso a casa junto a sus respectivos hermanos; cuando Dib decidió dar inicio a su plan.
—... Z-Zim, ¿te gustaría venir a mi casa en la tarde?– Habló con un pequeño tartamudeo en su voz, al igual que un ligero sonrojo en sus mejillas. El castaño no comprendía para nada la actitud de su acompañante, pero de igual modo asintió con una pequeña sonrisa; mientras que el de gabardina estaba gritando internamente, debía admitir que el chico de ojos azules era lo más adorable que había visto en su vida.
Llegando al punto donde generalmente se separaban, Dib continuó su camino junto a Gaz; mientras su rostro volvía a arder en un gran sonrojo. Una vez llegaron a su destino, el de lentes cerró la puerta y rápidamente se dirigió a su habitación para verificar que todo estuviera listo.
Unos minutos después, la pelimorada subió al lugar al escuchar múltiples quejidos provenientes del mayor.
—¡¿Qué demonios te pasa ahora?!– Preguntó ciertamente molesta mientras se dirigía a la habitación del mencionado, al entrar pudo notar que había bastante basura de recortes de papel y foami en el suelo. El pelinegro estaba sentado en su escritorio intentando pegar dos piezas de material usando silicona caliente, lo cual terminó por quemarle ligeramente uno de sus dedos.
—¡MALDITO SILICON DE MIERDA!– Gritó al sentir el ardor en dicha zona, Gaz se acercó un tanto confundida al notar todo lo que el de gabardina estaba haciendo.
—¿Qué carajo estás haciendo?– Preguntó al notar los múltiples "paneles" de cartón forrados con hojas de colores, que mostraban distintas emociones y sus respectivos nombres bajo las imágenes.
—E-Es un proyecto, nada importante– Contestó Dib mientras sobaba el dedo quemado por la silicona.
—¿Es para algún preescolar o una mierda así?– Volvió a cuestionar la chica gótica
—No... Es para Zim– Habló mientras fijaba su vista en el monitor de su computadora, el cual mostraba uno de los tantos artículos respecto al autismo que había revisado cuando realizó su investigación.
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A•U•T•I•S•M AU! [Invader Zim]
FanfictionZim ha pasado toda su vida oyendo a las demás personas catalogando sus comportamientos cómo "anormales", o "extraños". Sin embargo, años después, finalmente obtiene la aparente respuesta al ser diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista, tres...