A•U•T•I•S•M AU! [Invader Zim]

[9 4]

[Flashback]

—... ¡¿Qué?!– Exclamó el pelirrojo —¿Acaso estás loca?... ¡No!, ¡me niego a ser parte de esto si alguno de mis amigos saldrá lastimado!– Concluyó mientras se disponía a alejarse lo más posible de la adolescente, o al menos hasta que esta lo detuvo.

—¡No puedes sólo largarte así!– Mencionó Tak —Escucha, haré que ese par de idiotas se arrepientan de lo que me hicieron... Pero por favor, de verdad necesito de tu ayuda– Concluyó igualmente, Keef permanecía dándole la espalda; era obvio que no aceptaría.

—... ¿Y en verdad piensas que no te merecías nada de eso?, ¿Crees que eres la "buena" de la maldita historia?, porque te diré algo, estás totalmente equivocada. Dime, por una sola maldita vez en toda tu miserable vida de mierda... ¡¿POR QUÉ NO PUEDES SER COMO CUALQUIER OTRA PERSONA Y APRENDER DE TUS PUTOS ERRORES?!– Exclamó finalmente con bastante odio e ira de por medio.

Eventualmente abandonó el lugar dejando a la pelimorada un tanto molesta por la actitud que Keef había adoptado al rechazar su "oferta", sin embargo era claro que no se detendría ahí; decidió continuar con su búsqueda del "secuaz perfecto".

•••

Tak se encontraba en su habitación, una frustración enorme la había comenzado a abrumar notablemente. Pues habían transcurrido ya varios meses y parecía ser que su búsqueda se quedaría terriblemente estancada al ser rechazada por las demás personas a quienes les pidió ayuda.

Arrojó bruscamente uno de los cojines de su cama, estando totalmente consumida por la creciente furia en su interior. Cuando accidentalmente pareció encontrar la respuesta que tanto esperaba tras el golpe de dicho objeto contra su armario, abriendo ligeramente la puerta de este.

Revisó el interior por mera curiosidad, cuando repentinamente su vista se enfocó en un pequeño papel que refrescó su memoria al leer el ridículamente cursi contenido de este... Sus esperanzas se reanimaron e inmediatamente salió de casa, pues sabía que esta vez sería prácticamente imposible ser rechazada; o al menos por la persona que Tak tenía en mente.

•••

Aquel chico de cabello negro y ojos ámbar se encontraba en la sala de su hogar, varios libros rodeaban la mesa frente a la que estaba sentado al igual que algunas hojas de papel; al parecer estas últimas eran provenientes del cuaderno en el que el pelinegro se encontraba haciendo apuntes.

Skoodge estaba a la mitad del estudio previo a un importante examen que le sería aplicado al día siguiente, más específicamente el examen de ingreso a la preparatoria que había estado esperando con ansias prácticamente desde que se graduó de la secundaria.

Repentinamente su concentración fue perturbada por el timbre de su puerta sonando de un modo casi desesperado, quien sea que fuera claramente no podría esperar a ser atendido. El ojiámbar se levantó de su lugar dispuesto a atender tan desesperado llamado... Y vaya la sorpresa que se llevó al ver de quien se trataba.

—¡Skoodge!, ¡es un gusto volver a verte!– Saludó la pelimorada en un tono de entusiasmo —¿Cuánto tiempo ha pasado?, ¿6 meses desde...–

—¿Qué es lo que quieres, Tak?– Interrumpió el pelinegro _En caso de que no lo sepas, estoy en medio de algo muy importante y...–

—Necesito que me ayudes con algo– Soltó sin más, el de chaqueta azul marino la miró un tanto confuso al respecto.

Digamos que Tak nunca se caracterizó por pedir la ayuda de los demás, pues su altanería era tal que básicamente se empeñaba en hacer todo por sí misma. Cosa Skoodge sabía perfectamente, y vaya que el ver a la adolescente tan repentinamente desesperada por ayuda era algo extraño; al menos para él.