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El pelirrojo se encontraba de camino a la cafetería, no dejaba de pensar en lo "peculiar" que Zim podía llegar a ser en ocasiones. Aún tenía en mente lo sucedido el día que se conocieron, mayormente recordaba la desesperación con la que el castaño gritaba; prácticamente implorando que lo dejase en paz.

"¿Por qué alguien reaccionaria así?",  pensaba, "sólo intentaba ayudar, no quería hacerle daño".

Si bien el sentimiento culpa ya no era tan grande como lo fue en ese momento, Keef debía admitir que eso fue realmente extraño (y un tanto aterrador) de observar. Sin embargo, le pareció aún más formidable la forma en la que Dib logró tranquilizar al de vestimenta rosa cuando los sacaron del aula. Casi parecía ser que ambos se conocían de toda la vida.

•••

El de gabardina se encontraba camino a la casa del ojiazul, llevaba algunos de sus "materiales de trabajo" consigo para poder continuar con sus sesiones (si es que Zim ya se encontraba relativamente mejor). Al término de la eskuela, Dib había ido directamente a su casa junto a Gaz para comenzar a preparar todo e ir a visitar al castaño.

Al llegar fue recibido nuevamente por Gir, quien (al igual que antes) lo abrazó al ver que se trataba del azabache. Era claro que el menor disfrutaba de las visitas del de lentes tanto como su hermano mayor; pues le había ganado algo de cariño tratándose del primer amigo (además de él) que Zim tenía en toda su vida.

—¡Ven Mary!– Habló el pequeño de goggles —¡Mi hermanito está allá arriba!– Mencionó con entusiasmo mientras jalaba ligeramente al contrario de la manga y lo guiaba a la planta alta del lugar.

Mientras subían las escaleras, Gir se percató de las pequeñas bolsas y el "panel" que Dib llevaba entre manos. Un poco de curiosidad le ganó y decidió preguntarle para qué las necesitaba.

—¿Qué es eso?– Preguntó el menor mientras tomaba ligeramente el panel amarillo con el que el chico cargaba, el de gabardina eventualmente le arrebató cuidadosamente el objeto de las manos.

—E-Es un proyecto que Zim y yo debemos terminar– Se excusó rápidamente, pues no podía contarle sobre el trabajo que estaba haciendo con el castaño; ya que era una especie de "secreto" (aunque Dib sabía que no duraría oculto mucho tiempo una vez que Zim pudiese hablar correctamente).

Eventualmente el par llegó a la habitación del ojiazul, Gir tocó a la puerta esperando que el mencionado los atendiese. Mientras que adentro de esta podía apreciarse al castaño recostado en su cama, ya no se encontraba tan mal como en la mañana; pero aún tenía un poco de fiebre y ligera tos.

Al percatarse de que alguien llamaba a su puerta, se levantó y se dirigió a atender mientras se estiraba un poco y sorbía la poca mucosa que brotaba de su nariz. Abrió la puerta encontrándose con una cálida sonrisa proveniente del chico pelinegro frente a él.

—¡Hola Zim!– Saludó el de gabardina con bastante entusiasmo, al igual que un pequeño sonrojo en sus mejillas —Alguien me contó que estuviste enfermo esta mañana, ¿ya estás mejor?– Al oír eso, Zim inmediatamente posó su mirada sobre el niño de goggles junto a Dib.

A•U•T•I•S•M  AU! [Invader Zim]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora