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Los días siguientes las cosas entre Zim y Tak solamente empeoraron, pues ahora que el ojiazul era ligeramente consciente del aparente plan que la adolescente traía entre manos sólo tenía un motivo más para quedarse encerrado en su habitación.

Por otra parte, la pelimorada había parecido querer "tomar la iniciativa" (por decirlo de alguna manera) respecto a ganarse la confianza del chico; pues casi siempre se le veía rondando cerca de las escaleras esperando una oportunidad para subir a la habitación del mencionado y hablar.... Sólo que Gir no se lo dejaba nada fácil.

—¡Con un demonio!, ¿te molestaría dejar de verme así?– Preguntó Tak, al parecer se encontraba fastidiada de que el menor la observara de un modo casi fulminante cada vez que la veía pasar por el pasillo.

Este último sólo se limitó a negar con su cabeza, Gir no era tan idiota como la pelimorada creería tratándose de un niño de siete años; él sabía que Tak se traía algo entre manos (obviamente no sabía tanto al respecto como su hermano mayor, pero se trataba más de un presentimiento que de cualquier otra cosa).

La adolescente suspiró resignada e ingresó a la habitación para invitados.

Eventualmente la noche calló, haciendo que (al cabo de unas cuantas horas) todos en la casa se fueran a dormir..... O bueno, casi todos a decir verdad; Zim continuaba totalmente despierto dentro de su habitación. Su paranoia respecto a lo que su prima podría estar planeando no le permitía conciliar el sueño.

Se levantó de la cama dispuesto a observar el cielo nocturno esperando que eso lo ayudase a deshacerse de esa aparente inseguridad, recostó su cabeza sobre uno de sus brazos mientras miraba tranquilo el inmenso manto de estrellas brillantes a través de su ventana; eventualmente se percató de lo que parecía ser una especie de estrella fugaz, cosa que lo entusiasmó un poco pues nunca había visto una así.

El castaño esbozó una pequeña sonrisa, rápidamente hubo algo más que captó su atención... Una pequeña luciérnaga golpeando ligeramente el cristal de la ventana; creyendo inocentemente que aquel bicho estaba intentando entrar a su habitación, Zim la abrió un poco permitiéndole al insecto ingresar.

La luz de este apenas era perceptible en toda la habitación, era tan suave que sólo iluminaba secciones muy pequeñas de esta. Cosa que se confirmaría del todo cuando la pequeña luciérnaga se posara momentáneamente sobre la nariz del chico, haciendo que este soltara una pequeña risa.

El pequeño resplandor del insecto le daba a los ojos azules del chico un toque único, pues estos parecían brillar tanto como el bicho sobre su nariz; eventualmente Zim logró que el pequeño intruso dejase su rostro al soplar suavemente provocando que la luciérnaga se alejase volando ligeramente a través de su habitación.

Casi como si pareciera ser una especie de "señal" (aunque para Zim sólo pareció una coincidencia) el insecto luminoso se posó sobre uno de los múltiples pósters con los que las paredes del lugar contaban.... Más específicamente en uno al que el chico le tenía bastante aprecio; el póster promocional de "Cinematic" el álbum más reciente de su artista favorito.

—... You would not believe your eyes...– Estaba por comenzar a cantar inconscientemente cuando se detuvo,"¿Qué carajo estoy haciendo?" se preguntaba, "no puedo sólo comenzar a cantar así como así... Eso sería raro"

Irónicamente su cuerpo decía otra cosa, pues (tan pronto como se retractó de cantar) el ojiazul se percató de que aparentemente estaba siguiendo el ritmo de la música golpeando suavemente su pie con el suelo; curiosamente no escuchaba la melodía de esta en ningún otro lado más que en su mente.

Eventualmente se dejó vencer por las aparentes ganas que tenía de interpretar la canción, claro; lo más silencioso que pudiera para no despertar a quienes se encontraban durmiendo.

Soltó un pequeño suspiro y continuó con la letra.

—Cause I'd get a thousand hugs, From ten thousand lightning bugs...– ebía admitir que (para estar prácticamente susurrando) estaba un tanto bien tomando en cuenta que nunca había cantado antes —As they tried to teach me how to dance– Comenzó a mover sus pies en un pequeño baile, que repentinamente interrumpió puesto que no quería hacer ruido.

Tras unos minutos llenos de canto y ocasionales bailes, el castaño finalmente parecía cansado y dispuesto a dormir; dejó salir al pequeño insecto y posteriormente se recostó en su cama. Aparentemente todo lo que necesitaba era relajarse.

A•U•T•I•S•M  AU! [Invader Zim]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora