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Las miradas de los presentes eventualmente se posaron sobre Zim, al parecer creían que este se había ofendido tanto como ellos ante la "broma" por parte de Rojo.

Sin embargo ese no era el caso del ojiazul, pues a diferencia de los demás era claro que no lo estaba (o por lo menos no lo aparentaba) ya que él se encontraba mayormente confundido. Sinceramente no comprendía si eso había sido un intento de "indirecta" hacia su persona.

El castaño terminó por sentirse un tanto incómodo, pues el estar verdaderamente confundido (sumándole las múltiples miradas de los presentes) no era algo muy agradable... Al menos no para su cabeza, agachó la mirada esperando que eso ayudara a disipar su ahora notoria incomodidad.

Transcurrieron unos minutos y parecía ser que el desastre en su cerebro sólo empeoraba cada vez más, pues su misma confusión había hecho que su cabeza se llenara eventualmente de múltiples preguntas."¿Por qué el tío Rojo diría algo como eso sobre mí?", se preguntaba, "yo no le he hecho nada malo como para merecer que llame idiota".

Levantó un poco su mirada encontrándose con el hombre de cabello negro frente a él, al parecer se encontraba conversando con Púrpura; eventualmente la devolvió al suelo mientras volvía a sumergirse en el mar de preguntas y ocasionales inseguridades que invadía poco a poco su mente.

Zim se encontraba tan metido en ello que no se dio cuenta de que la aparente reunión ya había concluido tras pasar unas horas más, finalmente el ojiazul fue sacado de su pequeño trance por Dib; indicándole que al parecer ya era hora de irse.

El contrario lo recordó e inmediatamente subió a su habitación para traer lo necesario, pues habían acordado desde hace un par de semanas que esa noche ambos tendrían una "pijamada". Más que nada por una idea del azabache para que el castaño se saliera de su rutina (que hasta ahora se centraba únicamente en quedarse encerrado en su habitación durante todo el día a causa del miedo) y de esa forma lograr que se relajara un poco.

Eventualmente se pudo ver a Zim bajar las escaleras mientras llevaba a mini alce consigo, al parecer no podría dormir tranquilo sin abrazar a su pequeño juguete. Por otra parte, el de gabardina sólo se esforzaba por no gritar al admirar la adorable imagen que el de suéter rosado le brindaba.

—Recuerda, en caso de que algo pasé estaremos aquí por si gustas regresar– Mencionó su madre, el ojiazul asintió con una pequeña sonrisa para posteriormente despedirse y salir en compañía del pelinegro.

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Díganme... ¿Es estúpido que tenga miedo por el final a pesar de que ya sé lo que pasará? Xdxd

A•U•T•I•S•M  AU! [Invader Zim]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora