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Ambos ingresaron a la habitación en compañía de Gir, quien estaba realmente curioso de ver lo que Dib y el castaño harían con esas cosas. Los tres tomaron asiento en la cama del ojiazul, eventualmente (y después de un ciertamente incómodo silencio) el de gabardina procedió a sacar las tarjetas de su respectiva bolsa.

—¿Para qué es eso?– Preguntó el menor al notar como el azabache acomodaba las tarjetas en la cama.

Era claro que si el niño se quedaba con ellos, Dib no podría mantener sus "sesiones " en secreto; por lo que decidió contarle al respecto, sólo deseando que Gir lo comprendiera y pudiese mantenerlo en secreto.

—Gir, ¿crees que puedas guardar un secreto?– Habló el de lentes, a lo que el menor respondió haciendo una especie de saludo militar.

—Bien...– Se detuvo a tomar un poco de aire y procedió —S-Sólo digamos que, le estoy dando algunas "clases extras" a tu hermano– Contó esperando que no sonara mal, pues temía que el menor lo malinterpretara.

—Oww, ya entiendo– Mencionó Gir después de un pequeño análisis a la situación —Le quieres mostrar el alfabeto a mi hermanito, no creo que lo necesite; él ya está grande– Habló en un tono de inocencia, el castaño se dio un ligero "facepalm" al escuchar una suposición tan estúpida.

—No exactamente... E-Es algo complicado de explicar, digamos que esto lo ayudará bastante– Comentó el de gabardina —Pero se supone que es un secreto, ¿entiendes–

—¿Cómo una sorpresa?– Cuestionó nuevamente el pequeño de goggles

—¡Exacto!– Contestó Dib con entusiasmo —Tus padres no pueden saber nada de esto, o la sorpresa se arruinaría... Prometeme que no les dirás nada–  El menor respondió a eso último asintiendo con entusiasmo. Posteriormente comenzaron a trabajar

•••

El pelirrojo estaba en medio de la cena, sus padres se encontraban en el trabajo y no tenía hermanos; por lo que básicamente estaba sólo. Eventualmente, las peculiaridades del ojiazul nuevamente habían comenzado a rondar por su mente; Keef no entendía del todo lo que hizo una vez terminó de comer.

Subió en dirección a su habitación dispuesto a realizar una pequeña "investigación", aunque lo único que hizo fue revisar el primer resultado que la búsqueda arrojó y darse por bien servido con eso. "¿Autismo?", pensaba, "¡lo sabía!, ¡sabía que ya había visto algo así antes!"; a decir verdad no era la primera vez que el pelirrojo notaba comportamientos tan "peculiares" en alguien como Zim

•••

La noche no tardó en llegar, Dib se retiraba del hogar del ojiazul mientras una enorme satisfacción y cierto orgullo se apoderaban de él; pues en cierto modo el castaño había mejorado bastante (al menos en el tiempo que estuvieron trabajando ese día) realmente se notaba el esfuerzo por parte de Zim para poder mejorar su habla.

Y en cuanto a su aparente duda sobre si estaba enamorado del mencionado  o no... Digamos que en ese punto la respuesta ya era realmente obvia, ¿si se sentía avergonzado?; a decir verdad sí, lo estaba un poco si tomamos en cuenta que no sólo se trataba de su mejor amigo o de un hombre... Si no de alguien relativamente "diferente" a lo normal.

Siendo sinceros eso era algo de lo que Dib temía, sabía que no podía ""declarar"" sus sentimientos tan fácilmente; pues corría el riesgo de ser inconscientemente rechazado o (en su defecto) que el ojiazul no comprendiese a lo que se refería.

Por ende decidió planificar exactamente bien el momento para cuando lo hiciera (si es que no se acobarda obviamente).

A•U•T•I•S•M  AU! [Invader Zim]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora