A•U•T•I•S•M AU! [Invader Zim]

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En la puerta principal del plantel, podía apreciarse a cierto chico pelirrojo esperando pacientemente la llegada de alguien; Keef arrastraba ligeramente sus pies por el suelo del lugar para entretenerse. Después de unos minutos pudo divisar al ojiazul acercarse en compañía de Dib, al tiempo que Gir y Gaz se adelantaban.

Llamó la atención de ambos saludando y agitando vigorosamente su mano, mientras que rápidamente logró captar la atención del de gabardina (quien eventualmente le devolvió el saludo) fue un poco más tardado el lograr que Zim lo notara; pues casi parecía ser que el castaño lo ignoraba a propósito.

—¡Hola!– Saludó el de camiseta azul cuando notó que el par ya estaba relativamente cerca.

—Buen día, Keef– Saludó de igual modo el azabache, eventualmente ambos comenzaron a hablar de cosas sin sentido alguno (o al menos, así era como Zim lo percibió). Después de unos minutos llenos de una aburrida plática entre Dib y el pelirrojo, repentinamente las voces de ambos fueron calladas.

El castaño levantó un poco la vista, encontrando la mirada de ambos fija en él; al parecer esperaban que igualmente saludara al pelirrojo, cosa que Zim no entendió del todo. Pues eventualmente había comenzado a incomodarse al tener los ojos de ambos completamente fijos en él.

—Zim, ¿no vas a saludar a Keef?– Preguntó Dib al notar la incomodidad en el mencionado; "¿es en serio?", pensaba el ojiazul, "si sólo querían que lo saludara ¡¿para que demonios se me quedaron mirando como idiotas?!". Era claro que las indirectas no eran totalmente su fuerte.

—...Hola– Saludó el castaño mientras devolvía su mirada al suelo, sinceramente lo único que quería era entrar a la eskuela de una vez.

El de camiseta azul quedó ciertamente estupefacto al escuchar al ojiazul hablar, pues (al menos en el tiempo que llevaba conociéndolo) jamás lo había oído decir absolutamente nada.

—¡Woow!, ¡estás hablando!– Mencionó el pelirrojo con entusiasmo, eventualmente (y prácticamente de un modo inconsciente) abrazó fuertemente al de vestimenta rosa; cosa que (obviamente) lo incomodó más de lo que ya estaba.

Zim soltó un ligero quejido dando a entender que quería que lo soltase, para su desgracia no fue escuchado y, por ende, no fue soltado. Al menos hasta que el de gabardina lo notó y cuidadosamente los separó de aquel asfixiante abrazo.

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Durante el resto del día, Keef se mantuvo un poco más apegado al ojiazul; el pelirrojo lo explicaba como un intento para "ayudar" al de vestimenta rosa. Sólo que, o no lo hacía del todo bien, o prácticamente terminaba por sofocarlo enormemente.

Esto último terminó por confirmarse durante la hora del almuerzo; mientras que (al igual que antes) Dib lo observaba con esa cara tan característica de un imbécil enamorado, el de camiseta con estampado de arcoiris permaneció extremadamente atento a cada movimiento que el castaño realizaba.

Eventualmente unos ligeros nervios e incomodidad habían comenzado a manifestarse dentro del ojiazul, haciendo que su lenguaje corporal fuera más que obvio al momento de expresarlo; la cuchara en su mano temblaba ligeramente al igual que su pierna derecha. Podría decirse que era una especie de tic nervioso que (por lo general) lo ayudaba a relajarse, sólo que en esa ocasión no funcionaría.

Después de un rato, Dib se percató de la abrumadora situación por la que el castaño estaba por atravesar; en vista de que obviamente no permitiría que pasara algo similar a lo de la última vez, actuó prácticamente en base a sus "instintos" (aunque más bien pareció ser lo único que se le ocurrió en el momento).

Tomó ligeramente una de las manos del contrario por debajo de la mesa, se acercó lentamente para que el contacto no fuese tan "brusco" y lo llegase a molestar más; eventualmente tomó con delicadeza una de las manos que el castaño tenía libre, la acarició suavemente en un intento de mantener al contrario tranquilo.

Zim respiró hondo mientras que (de igual forma) acariciaba la mano de la que ahora tomaba, debía admitir que le agrada bastante cuando el azabache hacía esa clase de cosas para tranquilizarlo.