—Ehh, ¿Dib?– El azabache fue sacado repentinamente de sus pensamientos por el chico de sudadera magenta —¿Estás bien?...– Preguntó, pues el de gabardina lucía ciertamente preocupado.
El mencionado sacudió ligeramente su cabeza intentando deshacerse de la paranoia e inseguridad que le generó la aparente revelación por parte del ojiazul.
—E-Estoy bien– Habló, era claro que en el fondo no lo estaba; pero no quería decircelo al contrario —... ¿Por qué no continuamos?, ¿te parece?– Propuso en un intento por ignorar lo ocurrido, a lo que Zim asintió gustoso.
Pasaron los siguientes minutos probando ejercicio tras ejercicio para que el castaño pudiese comprender mejor el tema de la socialización, irónicamente parecían no tener éxito; al parecer el tema se complicaría más de lo que se esperaba.
—¿Por qué debería hablar con alguien que ni siquiera conozco?– Preguntó el ojiazul —Papá y mamá siempre dicen que no debo hablar con extraños– Dib respiró profundamente para proceder a explicarlo, cuando de repente recordó algo que podría ayudarlo con ello.
—Escucha, no sé si te diste cuenta antes...– Habló mientras soltaba una pequeña risa —Pero eso fue justamente lo que pasó cuando nos conocimos, ¿recuerdas?– Ante el comentario, el rostro del castaño se tiñó de un ligero tono rojo al recordar ese día.
—Pe-Pero eso es diferente...– Mencionó con un pequeño tartamudeo en su voz —T-Tú fuiste amable conmigo todo el día, ¡no es lo mismo a que me acerque a cualquier persona que vea!– De un modo casi inconsciente, Zim infló sus mejillas en un intento por hacer que el sonrojo disminuyera; dándole al contrario una imagen verdaderamente adorable.
—... ¿P-Podrías disculparme un momento?– Mencionó el de lentes después de un corto silencio, para posterioremente abandonar la habitación; dejando ciertamente confundido al ojiazul.
Dib se apresuró en entrar rápidamente al baño, cerro la puerta y soltó un grito de felicidad que apenas fue perceptible desde el exterior. Curiosamente (si bien el castaño no lo pudo escuchar del todo) dicho grito terminó por llamar la atención de Gaz, a quien el azabache había irritado bastante.
—¿Qué demonios le pasa a Dib?– Preguntó la pelimorada al subir y darse cuenta de que Zim se encontraba en la habitación del pelinegro; el mencionado sólo se encogió ligeramente de hombros. Pues tampoco entendía el por que de su reacción.
Tras pasado un rato, el pelinegro salió del lugar; encontrándose con las miradas de extrañez provenientes del ojiazul y la chica gótica.
—¿Qué?...– Preguntó al notar como ambos lo observaban, aunque la mirada del castaño parecía más de aparente curiosidad ante su reacción.
—... ¿Por qué estuviste gritando como una niña?– Preguntó el de sudadera magenta mientras ladeaba su cabeza con confusión, a lo que Gaz soltó una carcajada tras el comentario de este.
"Maldición", pensó el de lentes, "¿por qué demonios tenía que escucharme". Dib estaba tan concentrado en maldecir internamente, que no notó cuando el más bajo había comenzado a reír al igual que la pelimorada.
Para el de gabardina no había duda, cada día sólo se enamoraba más del ojiazul.
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A•U•T•I•S•M AU! [Invader Zim]
FanfictionZim ha pasado toda su vida oyendo a las demás personas catalogando sus comportamientos cómo "anormales", o "extraños". Sin embargo, años después, finalmente obtiene la aparente respuesta al ser diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista, tres...