Habían pasado ya unos cuantos meses desde aquel pequeño "encuentro" entre Dib y la pelimorada, un periodo durante el cual las cosas cambiaron un poco; pues el de gabardina era un poco más cercano al ojiazul en un intento para protegerlo de aquella chica que se hacía llamar su "prima" (según se enteró después).
Por otro lado, el cruel y ciertamente macabro plan de la chica para fastidiar como nunca al castaño recién comenzaba; sin embargo sabía que el de lentes no se lo dejaría nada fácil. Por lo cual decidió cambiar su enfoque, primero se encargaría del azabache y posteriormente de Zim; durante semanas se dedicó a vigilar de un modo un tanto obsesivo al de peinado de guadaña para, de ese modo, analizar sus debilidades y esperar una oportunidad para poner su plan en marcha.
Volviendo con Dib, este se encontraba un tanto confuso desde hace unos días; pues había una imagen (o mejor dicho, varias) que no dejaba de rondar por su mente a todas horas... Zim, el chico de ojos azules había comenzado a invadir su mente desde lo sucedido el día de la "pelea"; pues no podía olvidar la mirada aterrada y derrotada que el mencionado desprendió aquel día.
•••
—¿Como estuvo la eskuela hoy?– Preguntó el hombre de cabello rubio y chaqueta púrpura a su hija
—Estuvo bien... Supongo– Contestó la chica en un tono de fingida tristeza
—¿Qué ocurrió?– Cuestionó nuevamente el hombre de vestimenta roja
—Es sólo que, Zim tiene un nuevo amigo– Contó en un intento de hacer un drama —Y ese bastardo lo está alejando de mi, es una muy mala influencia para él– Habló la pelimorada, con esa frase había dado inicio a la segunda fase de su plan... Hacer ver al de gabardina como una mala influencia para el castaño.
Los hombres frente a ella se miraron mutuamente con cierta confusión, no conocían al chico del que su hija les hablaba; pero si a ella le molestaba era probable que a ellos también. Después de un corto silencio, el hombre de chaqueta roja habló.
—Bien... ¿Por qué no discutimos eso mañana con tus tíos?– Mencionó —Tal vez sea mejor que se lo cuentes a ellos– Una sonrisa de victoria se formó en el rostro de la gótica, pues parecía una oportunidad única para deshacerse de Dib y poder continuar con su plan respecto al ojiazul.
•••
La mañana recién comenzaba, una ligera brisa entró por la ventana del chico haciendo que eventualmente se despertara de bastante mala gana. Cerró la ventana junto con las cortinas de esta y se recostó nuevamente para volver a dormir.
—... ¡Feliz cumpleaños hermanito!– Como era de esperarse, la paz de Zim no duró mucho tiempo; pues Gir entró a su habitación dispuesto a felicitarlo. Ya que ese día era el cumpleaños del mayor.
El ojiazul soltó un quejido y se tapó nuevamente con las sabanas, a lo que el menor respondió lanzándose a la cama para posteriormente comenzar a saltar en un intento por despertarlo; harto de ello, Zim soltó un grito ciertamente molesto por la acción de su hermano pequeño.
—¡Felicidades!– Exclamó el niño de goggles para darle un abrazo al chico, el castaño bufó molesto por el contacto; pero después de todo debía admitir que los abrazos que el pequeño le daba eran bastante agradables.
El par de hermanos pasaron el resto de la mañana hablando, o al menos hasta que sus padres despertaran para bajar a desayunar.
—¿Qué es lo que más te gustaría de regalo?– Preguntó Gir con curiosidad, el mayor rápidamente tomó un lápiz junto con una hoja y comenzó a dibujar lo que él deseaba como regalo de cumpleaños.
El pequeño observaba con atención cada uno de los trazos que el castaño realizaba sobre la hoja. Si había algo que más le agradara de su hermano mayor, sin duda era la facilidad con la que podría darle algo a entender sin la necesidad de hablar; pues generalmente usaba dibujos (o al menos con él) para decir lo que quería o como se sentía.
—Ohhh, interesante– Mencionó el menor, curiosamente no se sorprendió del todo; pues era algo que Zim deseaba desde hace bastante tiempo.
Después de un rato ambos bajaron para el desayuno en compañía de sus padres, mientras el ojiazul disfrutaba tranquilamente de sus waffles con helado; los mayores comenzaron a hablar sobre una pequeña "reunión" que se llevaría a cabo por el cumpleaños del chico.
—¿Invitarás a tu amigo?– Preguntó su padre, a lo que Zim contestó asintiendo con entusiasmo; pues no perdió la oportunidad de hacerlo el día anterior durante la eskuela.
—A propósito...– Añadió su madre —También vendrán tus tíos, ¿no estás emocionado Zim?– Al escuchar ese comentario, el ojiazul soltó repentinamente sus cubiertos debido al miedo. Pues sabía que si sus tíos estarían invitados, lógicamente también lo estaría Tak... Y eso era lo que menos deseaba, no quería que la pelimorada le hiciera pasar un mal rato; mucho menos en su cumpleaños.
—¿No pueden hacer que vengan sin Tak?– Preguntó el menor al notar el nerviosismo en su hermano mayor, pues debía admitir que no le agradaba cuando la adolescente se comportaba de un modo "pesado" con el castaño.
—¿Por qué no querrían que venga Tak?– Preguntó su padre, ya que (al menos según lo que él sabía) la relación de la chica gótica con el ojiazul era relativamente buena.
—Además, ella y Zim son inseparables– Comentó la mujer, dando un aparente "caso cerrado" con esa frase.
ESTÁS LEYENDO
A•U•T•I•S•M AU! [Invader Zim]
FanfictionZim ha pasado toda su vida oyendo a las demás personas catalogando sus comportamientos cómo "anormales", o "extraños". Sin embargo, años después, finalmente obtiene la aparente respuesta al ser diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista, tres...