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—Woow... Vaya que es algo intenso– Mencionó Gaz, aparentemente lucía impactada tras lo contado por el azabache —¡¿Qué carajo haces aquí entonces?!, ¡corre con él, maldita sea!... Tu amigo podría estar siendo abusado por un maldito pederasta, y tú sólo estás perdiendo el tiempo actuando como idiota– La pelimorada prácticamente sacó al de gabardina a patadas, este rápidamente se apresuró en ir a la casa del ojiazul.

Corría tan rápido como podía, cabe mencionar que estuvo a punto de ser atropellado un par de veces; pero ni siquiera eso lo detendría. Su cabeza había comenzó a llenarse de múltiples pensamientos e imágenes mentales... Imágenes tan desagradables que desearía borrar lo antes posible.

Eventualmente logró llegar, se detuvo a tomar un poco de aire y posteriormente tocó la puerta... Irónicamente lo que encontró dentro sólo lo dejó más aterrado de lo que estaba.

—... ¿Dib?, ¡vaya! Es un gusto volver a verte– Habló la adolescente al darse cuenta que de trataba del de lentes. El rostro del mencionado reflejaba el terror puro que sentía al reencontrarse con Tak.

Rápidamente dirigió su mirada hacia el interior del lugar buscando al ojiazul, al no encontrarlo lo único que pudo hacer fue ingresar y confrontar a la pelimorada; sin importarle que sus padres se encontraran ahí.

—¡¿Donde está Zim?!, ¡¿Qué demonios le hiciste?!, ¡maldita hija de...– Los gritos del pelinegro fueron interrumpidos abruptamente por la madre del castaño.

—Él está arriba...– Antes de que la mujer pudiese continuar, Dib ya se encontraba por subir las escaleras; no sin antes hacer un pequeño gesto con los dedos indicando que no le quitaría la mirada de encima a la adolescente.

A paso lento el azabache se dirigía a la habitación del castaño, estando lo suficientemente cerca pudo notar como Gir se encontraba "patrullando" esperando que Tak no volviera a subir. El menor lo divisó y rápidamente se apresuró en abrazar al de gabardina, al parecer creía que él podría lograr que Zim se tranquilizara

—¡Mary!, mi hermanito está allá adentro– Habló el pequeño de goggles, eventualmente el azabache continuó su camino. Abrió ligeramente la puerta de modo que hiciera el menor ruido posible, encontrándose con la escena del ojiazul metido entre sus sabanas en lo que aparentaba ser una posición fetal.

Al escuchar pequeños sollozos aparentemente provenientes del mencionado, el corazón de Dib se hizo trizas (metafóricamente hablando) pues nunca había visto a Zim así de asustado e inseguro... O al menos no desde ese pequeño "encuentro" que tuvo con la adolescente en la eskuela.

—Maldita sea...– Susurró el azabache para sus adentros, procedió a acercarse lentamente a la cama donde el castaño se encontraba. Una vez ahí tocó suavemente uno de sus hombros, sintiendo como este se tensó al sentir el contacto; realmente lucía aterrado.

El ojiazul soltó un pequeño quejido en cuanto sintió el tacto, eventualmente se cubrió el resto de la cabeza con la sabana en un intento por protegerse.

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Hoy no habrá nota final, sólo un pequeño aviso:

La aplicación de Wattpad ha estado valiendo pito las últimas horas, y parece que (para sorpresa de absolutamente nadie Xdxd) no planean resolverlo hasta que se lo restrieguen al equipo de soporte en la cara.

So, si fueran tan amables de hacerme saber si este capítulo les llegó, se los agradecería mucho.

A•U•T•I•S•M  AU! [Invader Zim]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora