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El par de amigos se encontraban en la cafetería teniendo una de sus acostumbradas pláticas sobre prácticamente cualquier cosa, por otro lado; Tak había comenzado dirigirse a ambos de un modo extremadamente amenazante. Cosa que eventualmente el castaño notó, Zim no pudo evitar petrificarse del miedo al sentir la pesada y aterradora mirada que la pelimorada desprendía.

—¿Qué pasa Zim?–  Preguntó Dib al notar el nerviosismo en el ojiazul, el contrario no contestó; desvío su mirada mientras su respiración se agitaba ligeramente a causa de los ya mencionados nervios y tensión que abundaban.

Instintivamente, el azabache miró al frente encontrándose con la sonrisa (que a su parecer era realmente inquietante) de aquella chica gótica justo frente a él. Hubo un silencio incómodo entre ambos por unos segundos; cuando la pelimorada habló, rompiéndolo eventualmente.

—¡Hola pequeño alien!– Saludó la chica ignorando completamente la presencia del de gabardina y sentándose junto al castaño —¿Qué estás haciendo?– Preguntó, era realmente obvio que al ojiazul no le agradaba para nada la presencia de la chica; mucho menos que estuviese tan apegada a él.

—Ehh, no creo que a Zim le agrade mucho eso– Mencionó el de lentes al notar la incomodidad en el rostro del de vestimenta rosa, ganándose una mirada un tanto amenazante por parte de Tak.

—¡Claro que le agrada!– Mencionó la chica en un tono aparentemente "entusiasta" —¿No es así, primo?– Cuestionó nuevamente al castaño, mientras que este era lentamente consumido por los nervios, incomodidad y demás cosas que hacían un desastre en su cabeza.

Temblaba ligeramente mientras su respiración se agitaba cada vez más conforme la chica lo presionaba más en ese "abrazo", aunque era obvio que sólo quería molestarlo. El casi asfixiante contacto con la pelimorada, los nervios e incomodidad que abundaban en su mente junto con las luces fuertes del lugar (o al menos así era como Zim las percibía) y los múltiples ruidos provenientes de los alumnos que se encontraban a su alrededor; fueron más que un desastre para él.

Harto de ello y sin tener otra opción, separó a la pelimorada con un empujón para posterioremente salir corriendo del lugar mientras las lágrimas eventualmente comenzaban a brotar de sus ojos. Dib decidió ir tras él para tranquilizarlo, mientras Tak sólo observó aquella escena con diversión; pues aparentemente la primera fase de su plan había salido a la perfección.

~|So save me 'cause I'm so scared, Will you show me the way?|~

El ojiazul corría desesperado a través de los pasillos, sus ojos estaban cada vez más inundados de lágrimas que temía derramar en público debido al miedo a ser juzgado por los demás alumnos; así que decidió ir al lugar más apartado de la eskuela para poder romper a llorar sin ser blanco de miradas de extrañez.

Por otro lado, el azabache le seguía el paso desde la distancia; quería calmarlo antes de que se hiciese daño en medio de la aparente crisis por la que atravesaba pues (según la investigación que había hecho hace un tiempo) sabía que la mayoría de personas con su condición eran capaces de herirse a si mismos en un intento por tranquilizarse*.

Eventualmente Dib lo perdió de vista después de que el castaño diera vuelta en una esquina, afortunadamente se encontró con Keef y decidió preguntar si lo había visto pasar.

—¡Keef!– Exclamó el de gabardina, un tanto cansado de correr por mucho tiempo —¿Haz visto a Zim por aquí?– Preguntó mientras intentaba recobrar el aliento.

—Claro, acaba de pasar por aquí– Contestó el pelirrojo —Realmente lucía mal, intenté hablar con él pero salió por esa puerta antes de que pudiera detenerlo– Mencionó señalando una puerta que se encontraba al fondo del pasillo, estaba mohosa y sucia; parecía que nadie había entrado ahí en mucho tiempo.

—¡Mierda!– Exclamó Dib para posterioremente correr y salir por dicha puerta, pues daba a la parte trasera de la eskuela; lugar donde se encontraba gran parte de la basura que arrojaban y algunos pupitres rotos u oxidados. Al no tener una valla adecuada, Dib temía que Zim pudiese dar un mal paso y caer a una zanja que se encontraba ahí.

El de lentes entró y comenzó a buscar con la mirada al de vestimenta rosa, eventualmente pudo escuchar algunos sollozos provenientes del mencionado; caminó unos cuantos pasos y pudo ver al castaño sentado de espaldas contra la pared metido en un pequeño espacio que había entre dos viejos pupitres.

—¿Zim?... ¿Estás bien?– Preguntó el de gabardina agachándose al nivel del contrario.

El castaño levantó la mirada dejando ver como sus ojos se encontraban ligeramente enrojecidos y empapados de lágrimas.

A•U•T•I•S•M  AU! [Invader Zim]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora