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—Entonces, ¿eso quiere decir que ahora somos...– Las palabras del castaño repentinamente fueron cortadas por el de gabardina.

—Mira, n-no estoy totalmente seguro– Habló, era claro que Dib tenía algunas dudas antes de siquiera "formalizar" su relación —S-Supongo que podríamos intentarlo... Pero antes debes prometerme una cosa, ¿de acuerdo?– Comentó.

—¡Cuenta con ello!– Mencionó el ojiazul con bastante entusiasmo de por medio, mientras que el de lentes se encontraba (de nueva cuenta) en su aparente "fangirleo" interno. Debía admitir que Zim era lo más adorable de todo el mundo entero.

—Bien, debes prometerme que mantendrás esto en secreto– Habló, intentaba ser lo más específico posible para que el más bajo pudiera comprenderlo —Eso significa que no puedes contarle sobre lo nuestro a nadie, ni a tus padres, ni a Gir; ¿entiendes?– Concluyó, el de sudadera magenta se detuvo a pensar un momento para comprender mejor la aparente petición.

—Oh, suena bien– Habló después de un corto silencio —Soy bueno guardando secretos– Mencionó con una pequeña sonrisa.

Ambos procedieron a salir de la eskuela, cuando repentinamente el de gabardina recordó que la puerta principal ya debería estar cerrada; pues las clases habían terminado desde hace horas.

—Maldita sea...– Susurró para sus adentros —¿Como mierda saldremos de aquí ahora?– Mientras que Dib se encontraba pensando en una forma de abandonar el plantel sin ser vistos por los conserjes o algún profesor, Zim había comenzado a ponerse nervioso; pues temía no poder llegar a casa o que sus padres lo castigaran por llegar realmente tarde.

—... Bien, creo que tengo una idea– Mencionó el de peinado de guadaña —Ven, sigue... ¿Estás bien?– Preguntó al notar el ahora obvio nerviosismo en el lenguaje corporal del castaño.

—...– No hubo respuesta, el mencionado permanecía con la mirada clavada al suelo e intentando respirar profundo para calmar los nervios.

Casi como una respuesta instintiva, el azabache se acercó y depositó un suave beso en una de las mejillas del contrario; pues creyó que dicha acción podría ayudarlo a mantener la calma. Una vez logró calmarse, Zim tomó suavemente la mano del pelinegro; debía admitir que por algún motivo se sentía más cálida que antes.

El par se dirigió a uno de los costados de la eskuela, donde el edificio limitaba con una valla hecha de alambre. Había un pequeño espacio entre ambas construcciones, lugar por el que el par decidió pasar para llegar a la fachada del plantel y volver a casa.

Al ser un espacio relativamente estrecho, tenían que ser extremadamente cuidadosos para no lastimarse o ser cortados por los ocasionales alambres sueltos de la valla... Sólo que al parecer, Zim se percató de ello muy tarde.

Un sonoro quejido proveniente del mencionado detuvo abruptamente la caminata de Dib, volteó para ver lo que ocurría encontrándose con el ojiazul sosteniendo firmemente su antebrazo; aparentemente había sido cortado accidentalmente por uno de los alambres.

—¡Por Saturno!– Rápidamente se acercó para revisar al contrario, mientras este último soportaba el llanto lo mejor que podía; pues su padre le había indicado que no debía llorar cuando le pasara algo así.

El de gabardina se apresuró en salir y volver de prisa a casa para poder tratar la herida del más bajo, si bien no era lo suficientemente grande como para preocuparse por alguna otra cosa; aún sangraba y eso sí era motivo de preocupación.

—S-Sólo mantente calmado, ¿si?...– Habló el pelinegro mientras abrazaba con suavidad al contrario con uno de sus brazos, una vez afuera se apresuraron en volver a casa.

Puesto que obviamente no podrían ir a casa de Zim debido a la posibilidad de que sus padres no se encontrasen ahí, Dib optó por llevarlo a la suya; después de todo era mejor idea que dejar al ojiazul sólo en su casa sin nada para curarse... O al menos hasta que sus padres volvieran del trabajo.

Emprendieron camino hacia el hogar del azabache, durante el trayecto el castaño ocasionalmente miraba de reojo a su acompañante. Mientras que este último también lo miraba, algunas veces dedicándole pequeñas y tranquilizadoras sonrisas.

A•U•T•I•S•M  AU! [Invader Zim]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora