El cielo de la tarde denotaba presencia con el sol ocultándose a la distancia, las nubes que cubrían el imponente atardecer eran levemente teñidas por un manto de tonos rojizos y amarillentos.
A través de las calles de aquel vecindario era perceptible la figura de cierta adolescente caminando a paso rápido por la acera, al parecer Tak tenía algo de prisa por llegar al encuentro con su compañero.
Mientras tanto, en una esquina relativamente apartada en uno de los límites del vecindario era, de igual forma, distinguible a Skoodge recargado de espaldas contra una de las paredes de una casa cercana. El chico con suéter rojo soltó un pesado suspiro mientras elevaba momentáneamente la vista, encarando al enorme y fascinante manto de combinaciones anaranjadas, rojas y turquesas en el cielo.
"¿Por qué demonios estoy haciendo esta mierda?", se preguntaba el pelinegro, "oh, cierto... Esa maldita hija de puta".
Siendo sinceros, esa pregunta había comenzado a rondar por la cabeza de Skoodge desde hacía un tiempo... No comprendía el por qué alguien como Zim era merecedor de tan horrible sufrimiento, podría decirse que incluso sentía algo de lástima por él; pues (si bien aún no lo conocía) entendía perfectamente lo que era tener a Tak en su vida.
Los pensamientos del ojiámbar fueron abruptamente interrumpidos al divisar a la mencionada aproximándose a su encuentro.
—Lamento la tardanza, pero... Tú entiendes– Mencionó la pelimorada, el contrario sólo le restó importancia asintiendo desinteresado.
—¿Y bien?– Preguntó —¿Qué es lo que sigue?– Una sonrisa de diversión se formó en el rostro de la chica gótica.
—Sólo escucha...–
•••
—...¡¿Qué?!– Preguntaron ambos adultos al unísono, sobresaltando ligeramente al ojiazul; quién se encontraba con la mirada en el suelo prácticamente desde que llegaron. Realmente parecía nervioso.
Por otra parte, podríamos decir que el encargado de "soltar la bomba" fue nada más ni menos que Dib. Pues al presentir que obviamente su pareja se encontraría demasiado nervioso e incómodo como para siquiera dignarse a hablar... Era claro que la responsabilidad recaería sobre él.
¿Qué sucedió?, como seguro ya podrán suponer... Obviamente el par optó por revelar su "secreto".
—E-Escuchen, no les voy a obligar a que lo acepten– Comentó el azabache mientras tomaba suavemente la mano del contrario en un intento por mantenerlo tranquilo —S-Sólo les pido que n-no sean tan duros con Zim... Al igual que yo, él es completamente nuevo en este asunto; y no creo que merezca...–
—¡Oh!, no te preocupes– Interrumpió la mujer, confundiendo notablemente a ambos —No estamos molestos, si eso es lo que crees... Es sólo que esto es...–
—Inesperado...– Añadió el hombre —N-No imaginamos que Zim lograría tanto, y como padres "primerizos" en todo esto del autismo... D-Digamos que esto era lo que más nos preocupaba, pero estamos agradecidos de que seas tú quien se encargue de introducirlo a esto– Concluyó.
El par se miraron entre sí un tanto sorprendidos... Sinceramente ambos se esperaban cualquier otra cosa, pero no algo como lo que acababa de ocurrir.
—... ¿De verdad?– Mencionó el de gabardina después de un corto silencio.
—¡Por supuesto!, ¿sabes?... Honestamente te hubiéramos preferido a ti antes que a cualquier desconocido que Zim pudiera haber traído a casa– Comentó la mujer, haciendo que tanto su esposo como el pelinegro soltaran pequeñas carcajadas... Y dejando al ojiazul bastante confundido.
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A•U•T•I•S•M AU! [Invader Zim]
FanfictionZim ha pasado toda su vida oyendo a las demás personas catalogando sus comportamientos cómo "anormales", o "extraños". Sin embargo, años después, finalmente obtiene la aparente respuesta al ser diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista, tres...