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La eskuela había llegado a su fin tras algunas horas más, el par de amigos se encontraban de camino a sus hogares en compañía de sus respectivos hermanos; con lo que aparentemente no contaban era que el castaño estaba siendo seguido desde lejos por la mirada del pelirrojo. Sin dudas algo ciertamente perturbador.

Ninguno de ellos se percató de la ciertamente aterradora mirada de Keef, o al menos no hasta que Zim estaba por entrar a su casa; el ojiazul sintió una extraña sensación de estar siendo observado, prácticamente podía sentir la mirada ajena sobre su hombro. Instintivamente volteó intentando divisar al responsable; eventualmente la encontró gracias al llamativo cabello del de camiseta azul, el pelirrojo se encontraba "oculto" en otra de las esquinas de la calle.

El castaño soltó un bufido con bastante fastidio, procedió a abrir la puerta y entrar ignorando completamente lo sucedido.

•••

—¡Gaz!– Se escuchó al de gabardina llamar —¡Ven rápido, necesito tu ayuda!– La chica gótica gruñó con desdén mientras apagaba su consola de videojuegos y subía furiosa hacia la habitación del chico.

—¡¿Acaso no puedes hacer las cosas por tu maldit...– Estaba por exclamar cuando fue interrumpida por Dib.

—¿Crees que estas cosas sean fáciles de reconocer?– Preguntó el azabache mientras mostraba uno de lo "paneles" que había hecho hace tiempo, en este podían apreciarse varias tarjetas que ilustraban diferentes emociones; estaban pegadas a una pequeña banda de velcro, de modo que fueran fácilmente removibles y adheribles a este.

—¿Para qué demonios querrías saberlo?– Cuestionó la pelimorada —Los dibujos en sí ya son una mierda– Mencionó al notar lo mal que estaban hechas las ilustraciones; realmente se notaba que el de lentes había hecho todo por su cuenta.

—Quiero decir, ¿que carajos es esto?– Preguntó nuevamente la chica gótica, posteriormente señaló una de las ilustraciones que (a juzgar por el letrero bajo esta) aparentaba representar la emoción de alguien "enojado"; pero que más bien parecía estar bajo el efecto de algún narcótico por la expresión de su rostro.

—Por favor Gaz, sabes que soy un asco de dibujante– Habló el chico mientras procedía a corregir la mayoría de las emociones que había en las tarjetas.

•••

El ojiazul se dirigía a las ya acostumbradas "sesiones de trabajo" que tenía ocasionalmente con el de gabardina, sin embargo al parecer ese día el universo conspiró para estar cruelmente en su contra; pues justo cuando estaba a unas cuadras de llegar, fue detenido... Por Keef.

—¡Hola Zim!– Saludó con entusiasmo —¿A donde vas?– Preguntó con curiosidad, mientras que el castaño estaba maldiciendo internamente; pues (por exagerado que pueda sonar) era alguien súper exigente cuando se trataba de respetar horarios específicos.

Claramente, el no poder llegar a tiempo era algo que molestaba a Zim en gran medida.

A•U•T•I•S•M  AU! [Invader Zim]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora