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—¡Hermanito!– Se escuchó al menor exclamar —¡Mira quien está aquí!– Llamó al chico, quien se encontraba en la planta alta del lugar. Como respuesta sólo obtuvo un quejido de parte del mayor, pues se rehusaba a bajar.

"Son unos idiotas si creen que bajaré",  pensaba, "no soy ningún estúpido", obviamente el castaño creía que se trataba de Tak; por lo cual se encontraba ciertamente asustado de bajar y encontrarse cara a cara con su peor pesadilla.

Después de unos minutos, y en vista de que obviamente Zim no tenía pensado bajar, Dib decidió subir en compañía del menor. Al llegar se encontraron con la puerta de la habitación del mayor  ligeramente entreabierta.

—Debe estar asustado– Comentó Gir al asomarse y notar que el castaño estaba metido entre sus sabanas —Él siempre hace eso cuando tiene miedo, tal vez debamos volver en un rato...– Sus palabras fueron interrumpidas por el de lentes.

—No, está bien... Quizás pueda ayudarlo– Mencionó acercándose lentamente a la cama del ojiazul, el pequeño de goggles eventualmente los dejó sólos para que pudieran hablar.

El de gabardina se sentó a un lado de la cama, eventualmente removió un poco la sabana sobre el castaño; dejando ver que el mencionado se encontraba con su rostro ligeramente metido entre sus piernas. Mientras jugaba con sus dedos y observaba sus manos.

—... Hola Zim– Habló Dib en un tono suave, pues se notaba que el contrario lucía un poco asustado —¿Estás bien?– Preguntó con amabilidad; el mencionado levantó la vista encontrándose con una cálida sonrisa por parte del pelinegro.

El castaño negó ligeramente con la cabeza, era claro que temía encontrarse con Tak en cualquier momento de la tarde; pues no quería que la pelimorada lo molestase como todos los días.

—¿Puedo saber que te pasa?– Preguntó nuevamente el de lentes, posteriormente Zim le mostró un dibujo que había hecho hace poco. Estaba rayoneado, un poco roto y arrugado; sin duda lo había hecho con bastante odio de por medio.

—¿Es... Tak?– Preguntó Dib, pues el dibujo estaba tan maltratado que casi no se distinguía la figura de la persona en él; Zim solamente asintió mientras desviaba la mirada nuevamente al suelo.

—¿Ella vendrá?, ¿estará aquí?– Cuestionó nuevamente el de gabardina, si sus sospechas resultaban ciertas debía proteger al castaño; pues odiaría verlo tan aterrado como la última vez.

Unos ligeros nervios habían comenzado a invadir internamente al ojiazul, era claro que no quería tener nada que ver con la adolescente en ese momento; pues estaba prácticamente garantizado que lo molestaría como nunca.

—Oye, tranquilo... Te prometo que todo estará bien, ¿de acuerdo?– Mencionó el pelinegro en un tono suave al notar los nervios del contrario —Oh, casi lo olvido; te traje un regalo, espero que te guste– Habló mientras sacaba la pequeña caja de uno de los bolsillos de su gabardina, eventualmente se la entregó al castaño.

El mencionado observó el objeto con curiosidad, posteriormente comenzó a desenvolver cuidadosamente la caja; una vez logró quitar la envoltura procedió a abrirla. Dib observaba con cierta satisfacción la gran sonrisa por parte del ojiazul al ver de lo que se trataba.

Dentro de la caja podía apreciarse la versión CD del álbum "Ocean Eyes" de Owl City, artista que (como se sabe) era el favorito de ambos.

—Lamento si no es tu álbum favorito– Habló Dib mientras el ojiazul observaba incrédulo el CD en sus manos —Pero me pareció una buena idea regalarte el que tuviera tu canción favorita, ¿te gustó?– Ante la pregunta, Zim abrazó al de lentes dándole las gracias.

—Feliz cumpleaños Zim– Lo felicitó, a lo que el castaño respondió dedicándole una sonrisa. Ambos pasaron un rato hablando; mientras que el castaño seguía sin creer que tuviese un álbum físico de su artista favorito en sus manos.

"¡Increíble!", pensaba, "Hot Air Balloon, Tip Of The Iceberg... ¡Fireflies!"; comenzó a repasar mentalmente todas las canciones con las que el CD contaba. Realmente estaba agradecido enormemente con el azabache por darle el mejor regalo que pudo pedir.

Después de unos minutos ambos decidieron bajar, pues Zim estaba ciertamente emocionado por mostrarles a sus padres y a Gir su regalo... Aunque tal vez no fue una gran idea después de todo.

—¿Donde está Zim?– Se escuchó a cierta chica gótica preguntar desde la planta baja, el castaño se quedó paralizado en medio de las escaleras; distancia suficiente para que Tak lo alcanzara a divisar.

A•U•T•I•S•M  AU! [Invader Zim]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora