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El de gabardina subió a su habitación en compañía del ojiazul, una vez ahí  Zim no pudo evitar notar todo el aparente "desastre" que había en el lugar; arqueó una ceja con cierta confusión al percatarse de las múltiples hojas de colores que abundaban tanto en el escritorio como regadas por el suelo.

—Sientate ahí– Indicó Dib amablemente, mientras comenzaba a rebuscar entre todo el desorden de su escritorio, el castaño tomó asiento sobre la cama del pelinegro; aún no comprendía muy bien lo que sucedía. El de lentes lo notó y decidió explicarle.

—Verás...– Habló el de gabardina mientras igualmente tomaba asiento frente al contrario —Estuve pensando un poco, y creo que debería hacer algo para "ayudarte"... ¿Entiendes?– Irónicamente esa explicación sólo dejó más confundido al de vestimenta rosa; "¿por qué necesitaría ayuda?", se preguntaba, "no es como si esta mierda fuera algo realmente malo". Zim debía admitir que su supuesta "enfermedad" le había traído diversos problemas, pero no creyó que fuese tan grave como para que necesitara ayuda.

Después de un corto silencio, Dib decidió hablar.

—Entonces... ¿Te parece si empezamos de una vez?– Propuso en un tono de amabilidad, el castaño asintió ligeramente aún sin entender del todo lo que el pelinegro estaba por hacer.

El chico volvió a rebuscar entre el montón de basura sobre su escritorio, eventualmente sacó una pequeña bolsa de plástico negra de entre todo el desorden; el ojiazul observó el objeto frente a él con bastante curiosidad. Dib comenzó a sacar de esta unas pequeñas tarjetas con distintas letras en ellas, posteriormente las repartió sobre la cama para que Zim las observara.

—Muy bien... Me imagino que ya debes conocer el alfabeto, ¿cierto?– Cuestionó el de lentes, a lo que el contrario asintió ligeramente con la cabeza. En vista de que no sería necesario tener que enseñarle el abecedario, Dib procedió a mostrarle como formular algunas palabras sencillas; para (de ese modo) lograr que el castaño pudiese desarrollar mejor su habla.

Comenzó por formar sus respectivos nombres usando las tarjetas, tomó unas cuantas y procedió a "escribir" con ellas; Zim observaba cuidadosamente cada letra que el de lentes usaba e intentaba reproducir los sonidos de estas en su mente.

—¿Puedes decirme lo que dice aquí?– Preguntó Dib mientras señalaba la palabra que había formado, el ojiazul observó las letras frente a él durante un momento.

—...Z-Zim– Habló sin dejar de mirar la palabra formada, pues quería asegurarse de que la había pronunciado correctamente.

—¡Muy bien!– Mencionó el de gabardina con bastante entusiasmo, eventualmente procedió a formar otra palabra.

El castaño estaba ciertamente orgulloso de si mismo, pues no podía esperar para aprender más palabras con la ayuda de su amigo.

A•U•T•I•S•M  AU! [Invader Zim]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora