[6 5]

208 26 6
                                    

El azabache soltó un ligero suspiro y se apartó, pues decidió darle un poco de espacio al contrario antes de proceder a calmarlo totalmente.

Eventualmente el castaño se descubrió lentamente el rostro temeroso de que fuese Tak quien había entrado, sin embargo (al darse cuenta de que se trataba de Dib) rápidamente se apresuró en abrazarlo. El pelinegro podía sentir una ligera humedad en su hombro, señal de que el ojiazul estaba llorando amargamente.

~|Your eyes, they shine so bright I want to save their light, I can't escape this now... Unless you show me how|~

—Sólo cálmate, todo va a estar bien... Lo prometo– Habló el azabache en un tono suave, mientras que el contrario seguía notoriamente aterrado.

La mente de Dib rápidamente se llenó de dudas,"¿como demonios se atreve a regresar después de toda la mierda que le causó?", se preguntaba, "sólo espero que sus padres no sean idiotas esta vez". Irónicamente estaba en lo correcto respecto a eso último, tanto los padres de Zim como los de Tak no le quitarían la vista de encima ahora que sabían lo que la adolescente sería capaz de hacerle al ojiazul.

—Entonces... ¿Sabes qué demonios hace ella aquí?– Preguntó Dib, el de camiseta rosa permanecía con la mirada en el suelo.

—N-No lo sé, pero me quedaré aquí el tiempo que sea necesario– Contestó, por conveniente o gracioso que pueda sonar; Gir abrió la puerta.

—Hermanito... Cr-Creo que no querrás ver esto– Mencionó el menor, eventualmente dejó ver como sus tíos llevaban algunas maletas a la habitación de invitados. Aparentemente se quedarían ahí un tiempo.

Mientras que Dib se encontraba prácticamente maldiciendo internamente (puesto que ahora debería soportar a Tak durante el resto del verano), Zim lo llevó prácticamente al "extremo" (por decirlo así).

—¡Maldita sea!– Exclamó molesto, posteriormente comenzó a tirar prácticamente todo lo que se encontraba sobre la cama. Al parecer estaba en medio de otro ataque de ira.

Ante la amenaza de que se llegara a hacer daño en medio de dicho ataque, el de gabardina y el pequeño de goggles se apresuraron en tranquilizarlo; mientras que Dib lo tomaba por los hombros en un abrazo (obviamente evitando hacerlo con demasiadas fuerzas) Gir se encargaba de hablarle para mantenerlo calmado.

El desastre llamó la atención de los adultos, quienes se apresuraron en subir para descubrir lo que causaba tanto alboroto. La habitación del castaño rápidamente se llenó de aproximadamente siete personas... Todas ellas (exceptuando a la adolescente) intentaban tranquilizar al mencionado.

Cabe mencionar que en ningún momento se llegó a los gritos, sin embargo Zim estaba tan alterado que prácticamente su cabeza interpretó las múltiples voces a su alrededor como estos. Sin tener otra opción (y básicamente porque su cerebro ya estaba al límite) el ojiazul soltó un sonoro grito, asustando a los presentes; eventualmente colocó sus manos sobre su cabeza, aparentemente le había comenzado a doler enormemente.

Se dejó caer inconscientemente sobre sus rodillas, ocasionalmente dejaba escapar pequeños quejidos a causa del dolor que le provocaba su cabeza. Los presentes se comenzaron a dispersar dándole algo de espacio... Claro, a excepción de Dib; el azabache permaneció junto al contrario en todo momento.

~|They say it's what you make, I say it's up to fate; this woven in my soul.. I need to let you go|~

Nuevamente... Silencio, un tranquilo y relajante silencio abundaba en la habitación; la puerta fue cerrada por Gir para darles a ambos un poco de privacidad. No se escuchaba nada más que la respiración entrecortada del ojiazul, quien ahora se encontraba entre los brazos del azabache.

Este último sólo se dedicaba a mantenerlo abrazado, en cierta forma entendía el por qué de esa reacción tan desproporcionada (al menos a ojos de otras personas) después de todo al más bajo le costaba bastante el gestionar sus emociones; por ende a Dib no le pareció nada relativamente nuevo de ver... Sólo esperaba que los adultos también comprendieran eso y no lo castigaran por esa "rabieta".

—... N-No quiero que se quede– Habló el castaño con la voz ligeramente entrecortada.

A•U•T•I•S•M  AU! [Invader Zim]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora