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"Así que... Autismo",  pensaba la chica gótica mientras escuchaba a ambos hermanos hablar en la habitación del chico, "bueno, supongo que sólo era cuestión de tiempo para que se dieran cuenta de que algo estaba mal en ese idiota". Estaba parada cerca de la puerta, mientras escuchaba detalladamente el como tenían pensado pedirle a los padres de Zim que dieran un alto a sus "bromas"... Aunque obviamente ella no se detendría; no ahora que había descubierto una oportunidad increíble para aprovecharse del ojiazul.

—¡Tak!, ¡debemos irnos!– Se escuchó al padre de la pelimorada llamar desde la planta baja, eventualmente la chica bajó para despedirse.

—Nos vemos luego, deberán disculpar el comportamiento de Zim... Pero ustedes lo entienden– Habló el padre del ojiazul mientras se despedía.

—¡Por supuesto!– Habló el hombre de chaqueta púrpura —No hay problema, ¿cierto?– Preguntó ahora dirigiéndose a su pareja con chaqueta roja.

El de cabello negro y barba de candado solamente asintió desinteresado, la verdad no le importaba tener que tratar con un sobrino "disfuncional" (o al menos así era como él lo veía). El par de hombres salieron del lugar junto a su hija, eventualmente Zim bajó con cautela esperando que efectivamente se hubiesen ido.

—¿Tak ya se fue?– Preguntó el menor quien de igual forma bajaba junto a su hermano, recibiendo una confirmación por parte de sus padres.

En vista de que aparentemente ya se encontraba "fuera de peligro", el castaño bajó a la cocina para cenar junto a sus padres y hermano. No iba a mentir, se encontraba un tanto nervioso sobre lo que Tak sería capaz de hacerle ahora que estaba en la ciudad; "¿que mierda se supone que haga ahora?", Se preguntaba, "¿se quedará mucho tiempo?, nah... No había tantas maletas en su auto, tal vez se largue en unos días".

Después de cenar, Zim subió nuevamente a su habitación esperando que el dormir lo ayudara a despejar su mente de las múltiples inseguridades que tenía respecto a su prima; y principalmente al hecho de que bien podría tratarlo como basura después de meses sin verla.

•••

A la mañana siguiente despertó sin tanta emoción de por medio, se vistió y bajó para desayunar mientras su cabeza seguía siendo azotada por las mismas dudas de la noche anterior. Sin dudas el día sería toda una porquería, o al menos hasta encontrarse con Dib.

"Dib..", el nombre del pelinegro había comenzado a rondar por su mente; el castaño se había dado cuenta de que estaba ciertamente "protegido" con el chico de gabardina junto a él, así que no debería preocuparse tanto por Tak sabiendo que su nuevo amigo estaría a su lado.

Al igual que casi todos los días, decidió ir a la eskuela junto a él; pues estaba seguro de que su inseguridad y miedo sobre Tak se desvanecerían después de una amena plática con el del peinado de guadaña. Salió de casa en compañía de sus padres y de Gir, encontrándose al de lentes en el mismo lugar de cada mañana.

Continuó el resto del camino junto al de gabardina y su hermana, a pesar de estar ciertamente feliz de estar con él después de lo sucedido el día anterior; por algún motivo había una pequeña voz en su cabeza que intentaba convencer al ojiazul de que algo malo sucedería tarde o temprano... Irónicamente ese presentimiento estaba en lo correcto.

A la distancia, podia verse a cierta chica gótica observando al castaño con una sonrisa de diversión; pues estaba por dar inicio a su plan para aprovecharse (cruelmente por cierto) de la reciente condicion del ojiazul.

•••

—Niños, quiero presentarles al nuevo apéndice sin esperanzas de nuestro explotado sistema educativo– Habló la señorita Bitters, la cara de Zim en ese momento reflejaba el terror puro al ver de quien se trataba.

—Mi nombre es Tak... Y soy nueva– Habló la pelimorada, eventualmente desvío la mirada hacia el castaño dedicándole una sonrisa. Haciendo que el mencionado se ocultara lentamente bajo su pupitre a causa del miedo.

Dib notó dicha acción por parte del ojiazul, por lo cual múltiples preguntas habían comenzado a formularse en su mente; "¿quién demonios es ella?", se preguntaba, "sea quien sea, parece que a Zim no le agrada". La chica gótica se sentó unos cuantos lugares más atrás del de vestimenta rosa, durante el resto de la clase mantuvo la mirada fija en el mencionado; ocasionando que se pusiera realmente nervioso.

Los minutos transcurrían de una forma exageradamente lenta, la penetrante y fría mirada de la pelimorada se posaba cada vez más sobre el hombro del castaño. Eventualmente el mencionado había comenzado a sudar en frío debido a los nervios que, en ese momento, comenzaban a abrumarlo.

Después de un rato la campana del almuerzo sonó, sobresaltando ligeramente al de vestimenta rosa; y, por otro lado, dándole a Tak una gran idea para continuar con su plan.

Zim se apresuró en dirigirse a la cafetería en compañía del de gabardina, siendo seguidos desde lejos por la chica gótica.

A•U•T•I•S•M  AU! [Invader Zim]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora