• C. 7 •

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Hyunjin puso los pies sobre la mesa de café, con un tazón de cereal sobre el regazo. Era lo que comía cuando sus papás trabajaban hasta tarde, un hecho frecuente, y después del día que habían tenido, no esperaba que regresaran pronto a casa.

Tomó el mando de la televisión y encendió las noticias nocturnas. En la pantalla de la TV, aparecieron imágenes trémulas y granulosas del desfile: el video del globo de arlequín del Titiritero, que flotaba a la deriva a través de las calles del centro de Gatlon mientras la multitud gritaba y huía en estampida. La voz de un reportero fuera de pantalla citaba las estadísticas. Las cifras habían aumentado desde que las había escuchado aquella tarde. Ahora decían que había sesenta y ocho heridos, con cincuenta y un civiles que aún estaban internados en el Hospital de Gatlon City, y dos Renegados, incluida la miembro del Consejo, Sunmi Lee, que recibía tratamiento por lesiones en el Cuartel General de los Renegados. Afortunadamente, no había muertos. El agresor, el Anarquista Hongjoong Kim, conocido para la mayoría como el Titiritero, estaba detenido...

Hyunjin apartó la mirada de las imágenes y apoyó la mano sobre la libreta que tenía al lado. Abrió la cubierta y dio vuelta las hojas con el pulgar hasta que encontró sus dibujos más recientes, los que había garabateado rápidamente apenas llegó a casa, con el recuerdo aún fresco en la memoria. Mientras masticaba un bocado de cereales, levantó la libreta a la altura de los ojos, examinando los dibujos.

Ideas para un tatuaje nuevo.

No había planeado dibujarse ningún otro, pero siempre pensaba que cada tatuaje sería el último. Y, a menos de dos meses de comenzar este experimento, ya tenía tres, tatuados sobre la piel. Pero en aquellas azoteas, enfrentado a Nightmare, había aprendido mucho sobre sus habilidades. O, más bien, había aprendido mucho sobre las habilidades del Centinela.

Allí había potencial. Un gran potencial... lo sabía. La armadura había funcionado tal como lo había pensado, ofreciendo flexibilidad y protección, incluso aunque Nightmare hubiera logrado encontrar un punto vulnerable en la vestidura. Y los resortes de sus pies funcionaron a las mil maravillas. La primera vez que se lanzó desde el nivel de la calle hacia una cornisa a tres plantas de altura fue casi como si hubiera remontado vuelo.

Pero el fuego… el fuego era un problema.

Cuando se le ocurrió, parecía una gran idea. De hecho, fue el primer tatuaje que se realizó, incluso antes de saber si de verdad funcionaría. Antes de estar seguro de que el don de sus dibujos podía transferirse a un tatuaje permanente e imbuir a su cuerpo de un superpoder nuevo, absolutamente real.
Todo el mundo quería manipular el fuego. Era un clásico, y tenía tantas aplicaciones: desde encender velas de cumpleaños hasta prender fuego a un depósito entero lleno de estupefacientes ilegales. No es que se hubiera topado alguna vez con un depósito semejante, pero si lo hiciera, le gustaba saber que podía hacer algo al respecto. Pero el fuego también era impredecible. Era una fuerza de la naturaleza… salvaje y errática.

Lo que Hyunjin necesitaba era algo limpio y metódico. Algo que pudiera apuntarse y dispararse sistemáticamente, incluso por él quien, debía admitir, no era el mejor tirador de los Renegados. Necesitaba algo que tuviera muchas menos posibilidades de herir a uno de sus propios compañeros de equipo. En lo primero que pensó fue en una especie de apéndice de pistola incorporado a la armadura. Pero luego recordó a una chica que había venido a entrenarse al cuartel general hacía unos años: una prodigio que podía disparar rayos delgados de energía, de un nódulo que tenía en el medio de la frente, con el que embestía cualquier objetivo mediante un golpe contundente. La gente se  había referido a ellos, mayormente, como láseres , pero no es lo que eran. De hecho, Hyunjin no estaba seguro de lo que eran, pero sí sabía que tenían suficiente impacto como para aturdir a un oponente y, a veces, dejarlo inconsciente, sin que quedara ninguna de las pruebas que dejaba una bala. Ni cartucho, ni casquillo, ni herida sangrante.

SUPERHERO   •   [Hyunlix]  •  ADAPTACIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora