Había dos restaurantes que abrían toda la noche dentro de un radio de un kilómetro y medio del cuartel general. Hyunjin y el equipo frecuentaban ambos. A veces parecía una mejor opción que regresar al cuartel general y obtener algo de las máquinas expendedoras o comer un bocadillo de la barra de ensaladas frías de la cafetería, que dejaba de servir platos calientes después de las nueve. Luchar contra el crimen era una actividad que quemaba muchas calorías; a veces un superhéroe necesitaba un sándwich grasiento de queso fundido o un waffle enorme con chispas de chocolate cubierto con crema batida.
No sabía si la catalogación de datos o lo que fuera que hacía Felix para el departamento de armas quemaba muchas calorías, pero Hyunjin sí sabía que todo el mundo necesitaba comer algo cuando quedaba despierto hasta altas horas de la madrugada, y dudaba de que la incapacidad de dormir fuera a cambiar eso.
De cualquier manera, necesitaba una distracción. Dado que el equipo continuaba, técnicamente, analizando el caso de Nightmare –un caso que se estaba convirtiendo con rapidez en una investigación de todos los Anarquistas–, habían pasado los últimos días siguiendo todas las pistas posibles para dar con el paradero de Yuna Shin, la Detonadora. Frecuentaban los negocios en los que se supiera que hubiera entrado; llamaban a cualquier ciudadano que pudiera tener una conexión con ella, por más tenue que fuera… una compañera de la escuela secundaria, un vecino de antaño. Hasta ahora, ninguna de estas pistas los habían llevado a algún lado. Hyunjin no podía evitar pensar que estaban perdiendo el tiempo. Necesitaban algo reciente y concreto: la grabación de un video, o un testigo ocular, o… no lo sabía. Tal vez, un arsenal de brillantes explosivos azules, descubiertos en un depósito abandonado. Algo tangible.
En lugar de encontrar algo que hiciera avanzar la causa, Hyunjin obtuvo tres
noches de sueño agitado y ahora, una bolsa llena de sándwiches de La cuchara grasienta, de Mamá Stacey. Como no conocía lo suficiente a Felix para adivinar su opción preferida de sándwich, había traído un surtido: uno de queso fundido, uno de pavo, uno de carne asada y un wrap de pollo del sudoeste. Sentía que estaba preparado para cualquier eventualidad –al menos, en cuestión de sándwiches– y Stacey había metido seis bolsas de patatas fritas, porque, según dijo: “Hay que mantener a nuestros héroes bien alimentados”, y luego, un guiño de ojo.Aún no sabía lo que significaba el guiño de ojo. De todos modos, esperaba que Felix lo considerara un gesto amable. Esperaba que no se sintiera irritado por el hecho de que estuviera interrumpiendo su trabajo. Esperaba que tal vez pudieran sentarse y conversar, porque él no dejaba de pensar en la noche que habían pasado en el edificio frente a la biblioteca y lo agradable que había sido hablar con él. Conocerlo, por lo menos, un poco. Cuanto más pensaba en ello, más quería seguir conociéndolo. Cuando no estaba con él, se le ocurrían preguntas todo el tiempo, pero luego desaparecían cuando estaban juntos, y todas las conversaciones volvían a enfocarse en la investigación.
Preguntas como: ¿de dónde sacaba las ideas para sus inventos? Y ¿qué era lo más extraño que había hecho para evitar aburrirse a las tres de la mañana? Y si tenía novia u… otra cosa.
Estaba casi seguro de que conocía la respuesta a esta última pregunta. Jamás
él había hablado de una novia. Aunque por otra parte… tampoco había hablado demasiado de su vida personal, así que no podía estar seguro. Incluso se le ocurrió una idea descabellada al salir de La cuchara grasienta. Se trataba de la fantasía de entrar a hurtadillas en el cubículo de Felix mientras estuviera fuera y acomodar todos los sándwiches y las servilletas como si fuera un picnic. Dibujaría además unas velas, aunque aquello tal vez fuera demasiado. Además, no quería que creyera que esto era algo romántico. Salvo que una parte de él, en cierto modo, lo deseaba.Para cuando llegó al cuartel general, sus palmas estaban húmedas, y tenía que cambiar la bolsa de papel de una mano a otra para frotarlas contra el pantalón y secarlas. El escáner cerca de la puerta reconoció la señal de su brazalete de comunicación y se destrabó con un sordo sonido metálico. Empujó las puertas giratorias para pasar, y de inmediato, oyó a alguien gritando.
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SUPERHERO • [Hyunlix] • ADAPTACIÓN
FanfictionEncontrar amor donde buscaba venganza... Encontrar venganza dónde una vez hubo amor... Felix decidió unirse al equipo de sus rivales con un único objetivo en la mente: Vengarse.