—¡Felix! —llamó Hyunjin y su grito irrumpió el silencio inesperado. El infierno desapareció tan rápido como había aparecido.
Felix, intacto, estaba de pie a tan solo unos metros de los demás que estaban aferrándose entre ellos en el suelo. Estaban pálidos y su cabello estaba cubierto de sudor.
¿Por cuánto tiempo los había atormentado Phobia? ¿Por cuánto tiempo estuvieron intentando enfrentar a sus mayores miedos mientras el Anarquista los agotaba lentamente utilizando sus mayores debilidades?
BANG.
Todos se sobresaltaron por el disparo. Era ensordecedor y Hyunjin se volteó intentando encontrar su fuente, estaba seguro de que el arma había sido disparada a tan solo centímetros de su cabeza. Pero el santuario estaba vacío.
BANG.
Felix lloriqueó y Hyunjin volvió a concentrarse en él. Sus ojos estaban cerrados con fuerza y temblaba de pies a cabeza, sus dos manos se aferraban a su cabeza.
¡BANG!
Una sombra se irguió enfrente de Felix. Por un momento, Hyunjin pudo ver el contorno de Phobia formándose, la capa ondulada, la guadaña filosa, pero luego volvió a transformarse en otra cosa.
Un hombre. Una figura gigante que se imponía sobre la pequeña contextura de Felix. Su mentón era áspero y tenía una barba incipiente. Su cabello blanquecino estaba atado en su nuca. Tenía una salpicadura de sangre seca sobre su ceja. Estaba sosteniendo un arma y la presionaba contra la frente de Felix.
Hyunjin sintió emerger dentro de él un odio que nunca había experimentado y lo próximo que supo fue que había colisionado con el costado del hombre.
Ambos cayeron. El hombre cayó de espaldas junto al altar, pero el impulso de Hyunjin hizo que rodara por el suelo. Se estrelló con una columna que se sacudió por el impacto de su armadura.
Del otro lado del santuario, Felix exhaló temblando y cayó de rodillas. El hombre estalló en carcajadas. Su cuerpo se disolvió en hilos de humo oscuro antes de volver a transformarse en una larga capa negra. El arma se estiró hasta transformarse en un bastón y en una hoja angular.
—Amo Bang —dijo Phobia, su voz áspera hizo que Hyunjin se retorciera con desprecio—. Deseaba que nuestros caminos volvieran a cruzarse antes de que esta noche terminara.
Hyunjin se puso de pie, apoyó una mano sobre un armario con grabados intrincados. Entrecerró los ojos en dirección a la oscuridad en dónde debería haber un rostro y se dio cuenta de que este era el momento que había pasado años imaginando. Había encontrado al asesino de su madre. La justicia estaba al alcance de sus manos.
—Asesinaste a mi madre —dijo entre dientes. La imagen lo atacó sin invitación. El cuerpo quebrado de su madre, su grito silencioso. Volvió a invadirlo el temor, pero necesitaba ganar tiempo. Necesitaba pensar.
Detrás de Phobia, vio a Felix urgiendo a los demás para que huyeran. A Narcissa parecía gustarle la idea, pero Minho y Yeji miraban a Felix con incredulidad. No confiaban en él.
¿Por qué lo harían?
Pero bueno… ¿cómo era posible que confiaran en Narcissa?
—Eso hice —chirrió Phobia—. Puede que haya sido mi muerte preferida. ¿Sabes cuál era su mayor miedo? —Hyunjin apretó los puños—. Es fácil de adivinar. Suele serlo con las madres —pronunció la palabra con desprecio y aburrimiento—. Temía perderte a ti. Temía que este mundo oscuro y cruel
arruinaría a su adorado pequeño. Arruinarlo o matarlo, lo que sucediera primero —soltó una risita—. ¿Te gustaría saber qué fue lo último que vio?
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SUPERHERO • [Hyunlix] • ADAPTACIÓN
Fiksi PenggemarEncontrar amor donde buscaba venganza... Encontrar venganza dónde una vez hubo amor... Felix decidió unirse al equipo de sus rivales con un único objetivo en la mente: Vengarse.