Felix cruzó la calle con paso resuelto. La cabeza le daba vueltas. Estaba metido en esto para llevarlo hasta sus últimas consecuencias. Se hallaba interpretando el papel de Renegado no para darles una lección hoy o mañana. No para perjudicar una única misión o eliminar a un único equipo.
Él provocaría el fin de los Renegados. Derribaría al Consejo. Vengaría a la familia que ellos habían jurado proteger, y no protegieron. Su familia.
Yuna era una idiota por tener tan poca visión de futuro, por intentar tomar un atajo a la venganza. Aunque… Felix también había sido un idiota. Desde el momento en que entraron en la biblioteca y vio la mirada estupefacta y aterrada de Narcissa, debió saber que algo andaba mal. Debió reaccionar más rápido antes de que todo se saliera tan fuera de control. Pero había estado tan enfocado en completar la misión. Había confiado demasiado en Yuna, convencido de que habrían barrido con toda evidencia incriminatoria. Los Renegados revisarían el lugar y, cuando salieran con las manos vacías, esta investigación habría acabado.
En cambio, Yuna había engañado a Felix, y ahora se había derrumbado todo. O, por lo menos, la biblioteca se había derrumbado. El humo salía por las ventanas de la planta inferior. Felix podía ver el enorme agujero en los cimientos donde había estallado la bomba. La humareda que se esparcía del cráter era negra como el carbón.
La multitud se hallaba observándolo mientras avanzaba hacia el edificio, su
atención se desplazaba de él a Yuna, y a la biblioteca.—¿Qué está pasando? —reclamó una mujer—. Eres un Renegado, ¿verdad? ¿Acaso no van a ocuparse de esto?
Felix se detuvo y se volteó para mirar a la mujer. Un sentimiento de irritación comenzó a crecer rápidamente por dentro.
—Ocuparse de algo —dijo—. Como… ¿atrapar al malo? —señaló hacia atrás, donde estaba Yuna.
La mujer escudriñó con desprecio a Felix.
—Como apagar el incendio.
—¿Dónde está Tsunami? —preguntó un chico.
—¡Sí! —intervino otro—. ¡O alguien que pueda arrojar agua! Eso es lo que se necesita.
Felix abrió la boca, listo para decirles que, en este momento, estaban haciendo lo mejor que podían con los poderes que tenían, pero luego vaciló, recordando que la opinión favorable –o desfavorable– que tenía el público de los Renegados no era su problema.
—Lo que sea —farfulló, atravesando la multitud a empellones y dirigiéndose a
la biblioteca. Escudriñó a través de las ventanas. No había señales de Hyunjin ni del resto. ¿Habrían encontrado al chico desaparecido? ¿Seguirían buscando? Seguramente que sí. Eran profesionales. Eran superhéroes de verdad. Si no habían encontrado aún al chico, lo harían en cualquier momento.Pero… ¿y el Bibliotecario?
Felix exhaló, haciendo un esfuerzo por no perder la concentración en medio del caos. Por no perder de vista sus prioridades. Habían descubierto al Bibliotecario. Sería arrestado el instante en que lo volvieran a encontrar, acusado de traficar armas ilegales, de conspiración y de quién sabe cuántas cosas más. Había desaparecido cualquier esperanza de que los Anarquistas conservaran su conexión con sus distribuidores. Salvo que Yuna pudiera encontrarlo antes. Salvo que pudiera, de algún modo, ponerlo a salvo. Quizás, solo quizás, podía evitar que el barco terminara de naufragar.
Gene Cronin era un cobarde. Era lo que Yuna le había dicho cientos de veces. Habría huido. A estas alturas, estaría bien lejos, seguramente a mitad de camino de los límites de la ciudad.
¿O no?
Se masajeó la nuca, acosado mentalmente por la incertidumbre. De pronto, una serie de explosiones sacudieron los cimientos de la biblioteca. A continuación, el crujido ensordecedor de madera que se derrumbaba. La muchedumbre retrocedió a los empellones, al tiempo que las ventanas y el enorme agujero del muro inferior arrojaron fuera una densa humareda negra. Felix sabía que las detonaciones provenían del arsenal de explosivos en el sótano, aunque no podía estar seguro de si les seguirían más. Luego oyó gritos.
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SUPERHERO • [Hyunlix] • ADAPTACIÓN
FanfictionEncontrar amor donde buscaba venganza... Encontrar venganza dónde una vez hubo amor... Felix decidió unirse al equipo de sus rivales con un único objetivo en la mente: Vengarse.