No tuvo que correr una gran distancia para regresar a la casa. Sin embargo, al irrumpir por la puerta trasera de la cocina, jadeaba y el pulso le retumbaba en los oídos.
El recipiente de miel había quedado sobre la mesada, la cuchara pegajosa colocada encima, en equilibrio, pero no se veía a la Abeja Reina por ningún lado. Felix cruzó como una flecha hacia las escaleras y estaba a mitad de la subida cuando oyó que llamaban a la puerta principal. Soltó un chillido e irrumpió en la habitación de Siwon. Su equipamiento de laboratorio ocupaba la mitad de la pieza, y un brebaje burbujeaba en un caldero sobre un quemador eléctrico. Pero Siwon mismo había desaparecido.
Tras darse vuelta, Felix cruzó corriendo la distancia que lo separaba de la segunda habitación, ahora compartida con Hwa, pero también estaba vacía, salvo por las bolsas de dormir, el colchón inflable y algunas prendas de ropa interior arrojadas al descuido sobre el suelo.
Su mirada se dirigió a la puerta de acceso al desván, que se encontraba en el techo. Se suponía que era el reducto de Phobia, aunque no sabía con qué frecuencia lo estaba empleando.
Otro golpe sonó en la puerta.
Tragando saliva, Felix volvió a dirigirse escaleras abajo, se detenía para echar
un vistazo detrás de todas las puertas y en cada armario que pasaba, pero no había rastros de Hwa ni de Cianuro. Seguía temblando cuando, finalmente, abrió la puerta principal. Su primera impresión al ver a Hyunjin de pie sobre el porche de entrada de la casa adosada fue que aquel estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano por no parecer fuera de lugar, y no lo estaba logrando.Sonrió, incómodo e inseguro. Felix seguía demasiado extenuado para devolver la sonrisa.
—Hola —dijo.
—¿Qué haces aquí? —soltó él a modo de respuesta.
Hyunjin se sobresaltó, metiendo las manos en los bolsillos.
—Me tenías preocupado.
Aquellas palabras sencillas resquebrajaron la creciente frustración que sentía hacia él, aunque no atenuaron para nada el pánico de tenerlo delante de él. Los hombros de Felix se inclinaron con ligereza pero, por más que lo intentara, no conseguía recomponer los rasgos en un gesto calmo, seguro, incluso cordial. Así que, en cambio, siguió mirándolo, sin conseguir soltar la manija de la puerta.
—Te envié cerca de un millón de mensajes... —añadió Hyunjin, incluso mientras su mirada se deslizaba a la muñeca de Felix—. No sé por qué no se me ocurrió que podrías sencillamente haberte quitado el brazalete de comunicación -sacando una mano del bolsillo, se rascó detrás de la oreja—. Imaginaba que estabas desvanecido en alguna zanja.
—Oh, claro —balbuceó Felix, recordando sus mensajes de preocupación cuando él aún seguía en el cuartel general—. Yo, eh... —intentó encontrar una explicación—. Me lo quito para ducharme.
En el instante en que lo dijo fue plenamente consciente de su cabello seco por completo y sin lavar, y del hecho de que seguía llevando la misma vestimenta de anoche, cuando él lo encontró dentro del área de cuarentena. Felix carraspeó e hizo un gesto impreciso hacia la casa.
—Estaba a punto de hacerlo... pero luego me distraje con un par de cosas... —inhaló bruscamente y, por fin, consiguió esbozar algo parecido a una sonrisa—. Pero como podrás ver, estoy bien. No me desvanecí ni estoy en una zanja.
La mirada de Hyunjin se deslizó detrás de Felix, moviéndose veloz alrededor de la sala. Los muebles andrajosos, la alfombra manchada, el papel descascarillado de las paredes. Aunque no dijo nada y su expresión permaneció perfectamente neutral, Felix tuvo la inconfundible sensación de que su hogar real no era mucho mejor que la zanja que él había imaginado. O tal vez, estaba demasiado sensible.
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SUPERHERO • [Hyunlix] • ADAPTACIÓN
FanfictionEncontrar amor donde buscaba venganza... Encontrar venganza dónde una vez hubo amor... Felix decidió unirse al equipo de sus rivales con un único objetivo en la mente: Vengarse.