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Se instalaron dentro de una oficina abandonada en una cuarta planta, frente a la Biblioteca de Cloven Cross. El sitio aún conservaba restos de ocupantes ilegales, yendo y viniendo durante las últimas décadas: capas de grafitis y residuos apilados en las esquinas. Los carroñeros se habían llevado hasta el último trozo de metal, incluidas las manijas de las puertas y los cables de las paredes. Un viejo y precario escritorio de madera contrachapada se encontraba en un rincón bajo una capa de polvo, y algunas de las paredes del cubículo seguían en pie, oliendo a moho, perforadas con grampas, agujeros de clavos y retazos de pósteres arrancados hace mucho tiempo.

Felix advirtió sobre una de las paredes un calendario caducado hacía treinta años que seguía detenido en el mes de julio y que exhibía una foto desteñida de una remota ciudad costera, donde todos los edificios decolorados por el sol estaban pintados en tonos coral y durazno. Imaginó a un oficinista aburrido soñando con viajar allí algún día, un lugar tan diferente de Gatlon City como pudiera llegar.

Los Renegados se habían preparado para la noche, habían traído una manta grande y suave que Hyunjin extendió sobre la sucia alfombra apenas se acomodaron en el lugar. Han esparció algunos cojines, para estar cómodos y, de inmediato, se arrojó encima. Minho abrió un refrigerador portátil y ofreció a todo el mundo un refresco y algunos pretzels, que Felix rechazó. Caminó hacia las ventanas y miró la biblioteca del otro lado de la calle. Acababan de pasar las once de la noche, y la biblioteca había estado cerrada hacía horas, tal como lo indicaba un letrero visible que colgaba de un cordel en las puertas principales. Todo el edificio de dos plantas estaba a oscuras por dentro, y aunque unos antiguos apliques de luz colgaban junto a la entrada, parecían haberse extinguido hacía mucho tiempo, al dejar solo una solitaria farola junto a la acera, que arrojaba un sombrío resplandor color ámbar sobre la fachada principal.

Se trataba de un edificio de aspecto solemne. La parte exterior estaba revestida con enormes piedras graníticas, y las ventanas se hallaban enmarcadas en madera de roble oscuro, realzadas con piedras angulares que sobresalían del plano de la pared. Las puertas de entrada estaban flanqueadas por dobles columnas con éntasis, que soportaban un llamativo frontón triangular, donde hacía tiempo se habían grabado en la piedra las palabras biblioteca pública. A pesar de que la imponente fachada había sufrido el desgaste de los años, existían señales evidentes de que no recibía un mantenimiento riguroso: desde la irrupción de la hiedra que invadía la pared occidental hasta las grandes áreas del techo donde faltaban tejas, las ventanas rajadas sin arreglar y los canteros alrededor de la base, que alguna vez habían albergado setos de boj cuidadosamente podados, pero que ahora se hallaban invadidos por la maleza.

Desde su puesto de observación, Felix alcanzó a ver parte del callejón que separaba la biblioteca de una sala de cine que vendía entradas a precios reducidos, donde una hilera de contenedores y cubos de basura desaparecían entre las sombras. Había dos pequeñas puertas en la pared de la biblioteca, ninguna de las dos tan formal como la entrada principal, pero de todos modos enmarcadas por molduras floridas de piedra. Aun así, las barras de hierro que alguien había colocado sobre ambas puertas en algún momento de los últimos ciento cincuenta años atenuaban el efecto. A Felix se le ocurrió que una de las puertas podía haber sido una salida de emergencia; la otra, tal vez, una entrada trasera para el personal o un lugar para recibir encomiendas. No había ningún tipo de actividad en el callejón ni en ningún lado. Hasta la ventanilla de boletos del cine estaba oscura.

Yuna y el Bibliotecario habían tenido más de veinticuatro horas para prepararse para la visita de los Renegados. Debió ser suficiente tiempo para cancelar cualquier actividad comercial ilegítima y asegurarse de que nada comprometedor quedara olvidado.

—¿Qué te parece? —preguntó Hyunjin, apareciendo a su lado.

Felix mantuvo la atención enfocada en la calle.

SUPERHERO   •   [Hyunlix]  •  ADAPTACIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora