• C. 134 • [45]

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Un grito de sorpresa llamó la atención de Hyunjin hacia los capiteles de la catedral. Su papá estaba cayendo, se tambaleaba por el costado empinado del techo de la catedral. Logró sujetarse de un arbotante y colgó por un momento antes de ponerse de pie. Con un gruñido, arrancó una gárgola boquiabierta de su estructura y la lanzó a la cabeza de Ace, quien siquiera se inmutó y la esquivó con facilidad. Pero, en el mismo momento, el Capitán atacó a Ace con su cadena y lo golpeó en el pecho. El villano retrocedió, su espalda impactó contra el interior del domo improvisado.

—Ace no puede controlar las armas de tu papá, ¿no? —preguntó Felix.

—Nunca pudo —Hyunjin sacudió su cabeza—. No están hechas de metal normal.

—Sí, lo sé. Tu familia es un poco aterradora.

—¿Mi familia? —Hyunjin lo miró boquiabierto.

Felix se atrevió a dejar que se asomara una sonrisa, Hyunjin vaciló y luego estalló en risas. Largas y cansadas carcajadas.

—Me transformaré en el Centinela —dijo llevando una mano a su esternón—. ¿Estás seguro de que puedes bajar solo?

—¿Sabes con quién estás hablando? —Felix sonrió con satisfacción.

Comenzó a hurgar en el estuche de su cinturón cuando el sonido de madera quebrándose y metal chirriando sacudió la torre. Las dos campanas gigantes en el centro del campanario estaban siendo arrancadas de sus marcos de madera.

Hyunjin jaló del cierre en su esternón y, en segundos, la armadura lo había envuelto. Sujetó el cuerpo inconsciente de Cianuro, volvió a colocarlo sobre su hombro mientras una serie de tornillos se liberaba y caían hacia las profundidades de la torre destripada. Saltó de la viga, apenas logró sujetarse de la campana adyacente a la de
Felix. Se movió por su peso, el badajo comenzó a agitarse. Se sujetó con fuerza a la viga con una mano, la otra aseguró el peso muerto de Cianuro y miró hacia atrás justo a tiempo para ver las campanas centrales elevándose, estaban siendo jaladas de manera antinatural de sus estructuras. La madera cedió con un crujido ensordecedor y las campanas salieron disparadas hacia la pared lateral. Hyunjin intensificó su agarre mientras las campanas atravesaban la pared de piedra exterior del campanario con un sonido ensordecedor. Piedras y argamasa explotaron hacia afuera y cayeron como lluvia sobre el techo mientras las campanas se agitaban en al aire y se dirigían hacia el Capitán.

Su padre se preparó para el impacto en la cima del contrafuerte. Escondió la cabeza y la primera campana voló por sobre él y se estrelló contra el domo, luego extendió ambas manos y sujetó el borde de la segunda. El badajo golpeó contra el caparazón de bronce. Utilizando la fuerza de la propia campana, giró en un círculo y se la lanzó a Ace.

Ace se agazapó. La campana no lo tocó por centímetros e impactó contra la barrera. Gran cantidad de escombros cayeron hacia el páramo. Hyunjin todavía estaba sosteniendo a Cianuro y observando las campanas cuando la torre comenzó a gruñir. Había soportado tanta destrucción como le fue posible. Miró hacia Felix, pero ya no estaba su silueta en el marco de la ventana contigua.

—¿Felix? —gritó buscando dentro de la torre, pero no había rastros de él—. ¡Felix!

El techo sobre él cedió. El alto capitel cayó hacia adelante, arremetió contra las ventanas demolidas, separó vigas. La desproporción de peso comenzó una reacción en cadena que debilitó las paredes. Se derrumbaron piedras y varias molduras de adornos se liberaron y desaparecieron en el vacío.

Hyunjin todavía estaba buscando a Felix cuando el alféizar en el que estaba ubicado se inclinó y luego, cayó.

Por favor, ay, por favor, que no esté haciendo algo imprudente en este momento, pensó observando el rápido acercamiento del cielorraso de la catedral e intentado determinar un lugar seguro para saltar. Ajustó su brazo alrededor del villano inconsciente.

SUPERHERO   •   [Hyunlix]  •  ADAPTACIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora