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La última vez que Hyunjin estuvo de pie frente al espeluznante póster dentro de los lúgubres túneles del metro, Felix había estado a su lado. Hasta ahora, era la única persona a la que le había contado sobre el pasaje que conectaba el túnel hacia las catacumbas. Hubiera dado cualquier cosa para tenerlo a su lado otra vez. Preferiría estar besándolo otra vez, en lugar de estar preparándose para arriesgar su vida para asegurar la derrota de Ace Anarquía, pero hubiera estado feliz solo con tenerlo allí.

Él era un aliado feroz, un luchador fuerte y sus habilidades hubieran tranquilizado la mente de Hyunjin mientras se preparaban para escabullirse en la catedral. Eso y no estaría dedicando un espacio de su cerebro a preocuparse por él.

No había escuchado noticias de Felix desde antes del ataque en la arena, a pesar de los numerosos intentos por contactarlo a través de su brazalete de comunicación. Seguramente se había enterado de las noticias, todos en Gatlon City sabían qué había sucedido a esta altura. Pero Felix no apareció en la arena y, hasta donde él sabía, nadie había escuchado de él en el cuartel
general tampoco. Hubiera ido a buscarlo en persona y le hubiera contado el plan de escabullirse en la Catedral mientras el Capitán Chromium lideraba a los Renegados en un ataque como distracción sobre la superficie, con la esperanza de que se les
uniera. Salvo que… no sabía en dónde estaba. La casa en Wallowridge ya no estaba y no tenía idea de dónde estaba el apartamento en el que él y su tío se estaban quedando.

Cuánto más pensaba en ello, más se retorcían sus dedos por su ansiedad nerviosa.

¿Y si le había pasado algo?

Hyunjin sabía que tenía de dejar de pensar en ello. Una crisis a la vez se dijo a sí mismo y, por ahora, esa crisis era detener a Ace Anarquía y proteger al mundo que conocían.

Estiró una mano hacia la esquina del póster y jaló de él hacia afuera, revelando el angosto túnel detrás de él. Minho silbó. Yeji permaneció en silencio. Los tres estaban solos esta vez, el equipo se sentía desequilibrado sin Felix, quien se había convertido en una incorporación confiable en su grupo y sin Jisung, quien había ido a cuidar de JeongIn hasta que pudieran estar seguros de que Ace Anarquía no iría por él. Aunque la familia de Jisung había recibido indicaciones de quitar todos los espejos de su hogar, todavía les preocupaba que Nightmare pudiera tener otras maneras de descifrar la ubicación de JeongIn. Lo último que quería hacer era subestimarla a ella o a cualquiera de los Anarquistas.

El Capitán Chromium había querido ir con ellos. De hecho, al principio insistió en entrar solo a la catedral para enfrentar a Ace y a los otros por su cuenta. Pero su liderazgo era necesario en el cuartel general para organizar a los Renegados que llegaban desde otros sindicatos y prepararlos para el
contraataque que pronto se pondría en marcha.

Christopher y Seungmin accedieron con recelo a permitir que la unidad de Sketch
intentara el ataque por sorpresa solo después de que Hyunjin les recordara a sus padres que su equipo ya había luchado con Ace Anarquía. Y solo después de que Hyunjin hiciera un número de demostraciones de sus habilidades como Centinela, para probar que, de hecho, se había convertido en uno de los prodigios más poderosos de todos los tiempos.

También fue necesario remarcar que este plan requería sigilo, una habilidad que el Capitán Chromium no poseía. Christopher y Seungmin sabían, al igual que Hyunjin, que atacar a Ace Anarquía por sorpresa era su mejor oportunidad para neutralizarlo, robar
el casco de nuevo y derrotarlo de una vez por todas.

—Revisaré que no haya guardias —dijo Yeji, se transformó y el enjambre desapareció en las sombras, sus alas resplandecieron en el brillo de la linterna de Hyunjin.

Inclinándose sobre su bastón, Minho se asomó detrás de Hyunjin.

—Sobreviviremos a esto, ¿verdad?

SUPERHERO   •   [Hyunlix]  •  ADAPTACIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora