La entrada al Parque Cosmópolis era un monumental arco de cemento con la forma de un poni gigante de carrusel, que parecía montar guardia sobre el antiguo parque de atracciones. Alguna vez, la escultura había sido pintada con una combinación de colores durazno y blanco perlado, pero se había desteñido y descascarillado con los años. El orgulloso animal también había perdido un lado de la cara, seguramente a causa del vandalismo de la Era de la Anarquía, y nadie había considerado oportuno repararlo aún.
No obstante, el parque era uno de los tantos emprendimientos de Gatlon City que vio un resurgir desde el Día del Triunfo. No es que alguna vez hubiera dejado de operar, pero durante el gobierno Anarquista, algunos villanos habían gastado grandes fortunas a fin de convertirlo en un refugio para el tráfico de drogas, las apuestas y las riñas sangrientas de perros. Todo el mundo sabía que el parque era el feudo del Titiritero, pero este nunca se molestó en imponer ningún tipo de restricción mientras le pagaran por usar el espacio: ya fuera con dinero o con golosinas, como había escuchado Felix una vez.
Cuando los Renegados recuperaron la ciudad, el parque fue una de las primeras áreas que ellos creyeron conveniente reactivar. Derribaron muchas de las antiguas atracciones, deterioradas por la intemperie y, en su lugar, construyeron una tierra de fantasía, con una montaña rusa, una rueda de la fortuna y un carrusel clásico, rodeados de juegos de habilidad y de azar, y contaron con no pocos vendedores de perritos de maíz y algodón de azúcar. Pero, como tantos de los proyectos en curso que tenía el Consejo, lo interrumpieron justo cuando estuvo a punto de terminarse, por lo que dejaron bastantes detalles a la vista que permitían recordar cómo había sido ese sitio hasta no hace mucho. Las pocas hectáreas del fondo del parque permanecían cercadas con letreros de advertencia, que informaban a los visitantes que aquella área seguía en construcción. Del otro lado de la valla de la tela metálica, los usuarios podían ver una casa de la risa; embarcaciones varadas del decrépito túnel del amor, y una hilera completa de atracciones en ruinas, cuyas paredes aún permanecían engalanadas con docenas de ositos color púrpura que, abandonados a la intemperie, se hallaban desfigurados y llenos de moho.
Hyunjin estaba esperando a Felix debajo de la boca embridada de la estatua ecuestre. No habían hablado acerca de si debían o no llevar sus uniformes, y al verlo en jeans y chaqueta, Felix lamentó al instante la decisión de llevar su entero gris.
El joven esbozó una amplia sonrisa al verlo, pero él lo miró furioso.
—¿Es una broma? Podrías haberme dicho que íbamos a ir de incógnito.
—No se me ocurrió —dijo. Se llevó la mano al cuello de su camisa y lo descubrió lo suficiente como para revelar la parte de arriba de su propio traje—. ¿Te sentirías mejor si me cambio?
—En realidad, no —masculló—. Así como estás, despiertas suficiente atención.
—Ya compré los boletos —dijo él, sacándolos del bolsillo. Le entregó uno, y luego inclinó la cabeza mirando la verja.
Los nudillos de Felix estaban blancos al aferrar el boleto y meterlo en la pequeña máquina bajo el vientre del caballo. Una luz se encendió, y empujó el molinete para pasar a través de él. Tras franquear la entrada, se detuvo del otro lado, paseando la mirada por la cacofonía de luces y cuerpos, atracciones estridentes, juegos sonoros, y casetas llenas de juguetes inflables baratos y bisutería fosforescente.
De día era un lugar completamente diferente.
—¿Y? —preguntó Hyunjin, alcanzándolo—. ¿Cómo te sientes?
La pregunta despertó una ráfaga de emociones. Se sentía tenso, se sentía nervioso, se sentía sacudido por la adrenalina en tanto su cuerpo se anticipaba a lo que estaba por suceder. Pero eso no era lo que Hyunjin quería saber. Se volteó hacia él con la sonrisa más luminosa que consiguió esbozar.
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SUPERHERO • [Hyunlix] • ADAPTACIÓN
FanfictionEncontrar amor donde buscaba venganza... Encontrar venganza dónde una vez hubo amor... Felix decidió unirse al equipo de sus rivales con un único objetivo en la mente: Vengarse.