• C. 132 • [43]

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Felix tropezó y cayó hacia atrás al mismo tiempo en que Hyunjin lo empujó con su codo, derribándolo al suelo. La jabalina voló por encima de la cabeza de Hyunjin, no lo tocó por centímetros y se alojó en una de las vigas de madera que funcionaban como soporte de las campanas. Una nube de polvo explotó en el campanario.

Mareado por el pico de adrenalina, Felix se apoyó sobre sus codos y miró a Hyunjin boquiabierto. El chico le devolvió la mirada, parecía tan sorprendido como él.

Jeon in-Hwa rio.

—¿Qué fue eso ? ¿Acabas de salvar su vida? Ay, querido, si no fueras tan asquerosamente noble, yo misma estaría medio enamorada de ti.

Hyunjin no apartó la mirada de Felix.

—Una vez salvó mi vida —dijo—. En realidad, un par de veces.

Felix tragó saliva. Afuera, escuchó que el Capitán todavía gritaba. El sonido estaba cargado de furia y enojo y la promesa de que aniquilaría a cualquiera que pusiera un dedo sobre su hijo.

Conteniendo la respiración, Felix se obligó a desviar la mirada de Hyunjin y de todas las emociones garabateadas en su rostro. La intensidad, la franqueza.

Una vez salvó mi vida…

Felix no soltó el arma, aunque su mano temblaba mientras se ponía de pie y regresaba a la ventana. El Capitán corría a toda velocidad hacia la entrada de la catedral. Los villanos estaban de pie inmóviles en las torres occidentales, lo observaban acercarse. Felix no pudo descifrar si estaban nerviosos por el hecho de que este superhéroe supuestamente invencible parecía listo para demoler la iglesia en búsqueda de Hyunjin. Ellos tenían superioridad numérica, la ventaja del terreno en altura y la familiaridad con la catedral y a… Ace.

Todavía tenían a Ace.

Felix se percató con sorpresa de que Ace no le estaba prestando atención a su archienemigo. Lo estaba mirando a el. Su boca se movió, pero en medio del bullicio ya no podía escucharlo. Frunció el ceño y le hizo ceñas a Megáfono para que se acercara a él.

Un momento después, la voz de Megáfono retumbó en el espacio cerrado.

—Querías ver una ejecución, ¿no? ¡Que así sea!

Ace le asintió a Felix.

Sintiendo escalofríos, el chico alzó el arma. Hyunjin no se movió cuando el apuntó el arma contra su cabeza otra vez.

El corazón de Felix palpitaba en su pecho.

El Capitán Chromium soltó otro grito de guerra. Arrastraba la cadena detrás de él mientras corría, parecía determinado a destruir la iglesia piedra por piedra. Cualquier cosa para detener a Felix. Para mantener a Hyunjin a salvo. Fue demorado cuando una serie de vigas de madera se desprendieron del domo abovedado y se estrellaron delante de él. Gruñó y con un solo golpe, la primera viga se quebró. El Capitán sujetó otra y la hizo a un lado, luego apoyó su palma sobre la tercera viga y la saltó por encima como si fuera una valla. Pero por cada obstáculo que superaba, otro estaba listo para ocupar su lugar. Llantas de goma. Portones de hierro. Bloques de carbonilla.

Ace estaba jugando con él. No le preocupaba que su viejo rival estuviera utilizando todas sus fuerzas para llegar a la iglesia, para llegar a Hyunjin.

Volvió a mirar a Felix con una pregunta en los ojos, esta vez, teñida de sospecha.

Felix ajustó el arma en su mano y apoyó el cañón contra la piel de Hyunjin. Él miraba hacia adelante, su concentración estaba encadenada a la lucha de abajo. Sus gafas se habían deslizado levemente por su nariz. Felix observó el movimiento de sus pestañas cuando parpadeó y cómo sus hombros subían y bajaban de manera estable.

SUPERHERO   •   [Hyunlix]  •  ADAPTACIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora